“Mi apartamento casi me mata”: residente de NYCHA

Alcalde anuncia reparación de 62,000 apartamentos en medio de una lluvia de demandas por las pésimas condiciones de las Viviendas Públicas

En el 2002, Santiaga Sánchez lloraba la pérdida de su esposo sentada en la sala de un pequeño apartamento de una habitación en Parkchester, El Bronx. A su lado sus tres hijos escuchaban los lamentos de preocupación: sin su esposo, no había dinero para pagar una vivienda.

En el verano del mismo año, cuando la madre parecía no encontrar una solución, un pastor de su iglesia le indicó varias alternativas para lograr encontrar un nuevo hogar. Cuatro estresantes semanas tardó Vivienda Pública para oficializar una solicitud de Sánchez y permitir que  los cuatro integrantes de esta familia tuvieran un techo donde pasar las noches de los próximos años de sus vidas.

A los pocos días, un oficial de la Autoridad de Vivienda de Nueva York (NYCHA), le entregó las llaves de su nuevo apartamento de tres habitaciones, ubicado en el piso 7 de los edificios Morris Houses, en El Bronx.

“Fue uno de los días más felices para nosotros”, dijo la madre originaria de Honduras. “Todo estaba muy bonito y limpio. Había un trabajador que mantenía todo en orden”.

Santiaga Sánchez se mudó en su apartamento de NYCHA en 2002, junto a sus tres hijos, luego de perder a su esposo y estar a punto de quedar sin vivienda.

Pero la felicidad no duró mucho. Cinco años después los mismos pasillos y elevadores que alguna vez brillaban, se habían convertido en basureros.

“Era horrible. Todo comenzó con orines y heces en los elevadores y escaleras. Ya no se podían usar para nada”, indicó la inquilina.

Sin embargo, para la madre la mayor sorpresa llegó el día que casi resulta herida cuando su apartamento “casi la mata”.

“Yo me acababa de despertar y fui al baño como todos los días. No habían pasado ni cinco segundos desde que me levanté de la taza cuando un pedazo del techo se vino abajo. Me salvé de milagro. Mi apartamento casi me mata”, contó.

Tras el desplome del techo del baño de su apartamento, la señora Sánchez vivió con goteras y drenajes por un año.

En medio de la emergencia, la hondureña llamó a la línea de ayuda de NYCHA. No fue fácil. En un principio le dijeron que enviarían a un inspector en un plazo de seis meses. “Pero, ¿cómo es posible?”, enfatizó. “Me tocó llamar insistentemente y explicarles que literalmente se había caído el techo y que habían fugas de agua en el baño”.

Aún así, la señora Sánchez no tuvo más alternativa que esperar seis meses por una cita que nunca llegó. Un año después de la emergencia, finalmente un inspector reparó los daños.

En la unión está la fuerza

“Dos años más tarde la gotera apareció nuevamente y comenzó a crecer y yo volvía a limpiar. Llamé a Housing de nuevo, vinieron y no hicieron nada. Unos decían que la pared estaba mojada y que ‘no podemos hacer nada, vamos a esperar que se seque'”, así, desesperada y en busca de ayuda, la señora Sánchez relató su experiencia en un testimonio presentado el pasado 24 de abril en una audiencia sobre el estado de NYCHA en el Concejo Municipal.

Esta es solo una de las audiencias a las que ella, al igual que otros cientos de residentes han asistido para dar sus testimonios sobre la precariedad en la que, aseguran, se encuentran las viviendas públicas en la Gran Manzana, una problemática que ha dejado a los 400,000 inquilinos en peligro de contraer enfermedades como resultado de los altos niveles de plomo registrados en los apartamentos.

Morris Houses, es uno de las 89 desarrollos con 44.292 viviendas en El Bronx.

“Para nosotros ha sido un reto lograr unificar un mensaje dirigido a NYCHA, pero ha sido la única forma de que escuchen y agilicen las reparaciones de los inquilinos”, explicó Michael Stanley, organizador principal de Manhattan Together y South Bronx Churches, una amplia red de organizaciones, que incluye a la Fundación de Áreas Industriales Metro (Metro IAF), que han hecho uso de la presión cívica para que la Autoridad Vivienda Pública realice las reparaciones necesarias en los desarrollos.

La red se ha convertido en el primer número de emergencia para esas familias que no han logrado conseguir que les reparen sus viviendas. A menudo, quienes deciden reportar daños en sus apartamentos se enfrentan a procesos que requieren una paciencia extrema. Para Stanley, la Ciudad está atravesando una de las crisis más graves en cuestión de vivienda pública, pero no es nada nuevo.

“Llevamos casi 20 años presionando a NYCHA porque muchos inquilinos aún luchan con moho, fugas, elevadores rotos, falta de calefacción y otras condiciones terribles”, enfatizó el líder comunitario.

Desde el el verano de 2016, Manhattan Together y South Bronx Churches vienen trabajando con 649 apartamentos. Alrededor del 60% de estos apartamentos han tenido moho y/o exceso de humedad (fugas, etc.). De acuerdo con la información más reciente, de las 2,646 quejas que se les habían informado, 1,212 (aproximadamente el 46%) se habían resuelto y 1,434 (aproximadamente el 54%) siguen pendientes. Así que en total, alrededor del 46% de las quejas reportadas habían sido resueltas.

Lluvia de demandas

Y estas crecientes críticas han expuesto a la Ciudad a varias demandas. Tan solo la semana pasada un juez federal rechazó un acuerdo entre la oficina del Fiscal de los Estados Unidos y NYCHA para designar a un monitor federal que supervisaría a la agencia y que habría requerido que la Ciudad gastara más de $2,000 millones en reparaciones en estos edificios.

De acuerdo con el informe del juez William H. Pauley III, se rechazó el acuerdo después de determinar varios puntos: Por un lado, los términos no tenían suficiente énfasis en el enforzamiento y por el otro, se estaba dejando por fuera al Departamento de Vivienda (HUD) y Desarrollo Urbano y al Congreso federal, ambos que tienen la tarea, por ley, de abordar problemas importantes sobre la vivienda pública.

Michael Stanley dijo que estamos de “acuerdo con el juez Pauley en que los inquilinos de NYCHA están sujetos a condiciones que recuerdan a las plagas de Egipto. La mayor supervisión en nuestro decreto de consentimiento será un paso clave para proporcionar mejoras concretas para los inquilinos que han estado sufriendo moho y fugas”. “Además, instamos al juez a que tome todas las medidas que pueda para presionar a las partes que él identifica como responsables, el Alcalde y HUD, para que hagan todo lo necesario para que NYCHA proporcione un hogar digno para todos los que viven allí”, agregó.

La reacción de la Administración de Blasio no se hizo esperar. El secretario de prensa de la Alcaldía Eric Phillips, salió en defensa del mandatario municipal, asegurando que la decisión “no afectaría la inversión récord que el alcalde De Blasio ha dedicado para revertir décadas de desinversión y mala administración de viviendas públicas”.

“Por el bien de los residentes de NYCHA, las reformas de este Alcalde, incluidas las que se detallan en el decreto de consentimiento, no se detendrán ni se ralentizarán. Al mismo tiempo, responderemos a la Corte, y esperamos seguir colaborando con el Fiscal de los Estados Unidos para mejorar las condiciones en la vivienda pública”, dijo Phillips.

Pero, para el concejal Jumaane D. Williams, las acciones del Alcalde “no son coherentes”.

“Como hemos visto en los últimos días, tenemos el dinero. Sin embargo, el Gobernador y el Alcalde parecen preferir dar esos fondos al hombre más rico del mundo, en lugar de a los neoyorquinos que más luchan por este sistema roto”, indicó el líder político de Brooklyn, refiriéndose al anuncio de la construcción de la segunda sede de Amazon en Long Island City.

Cambio extremo

Sentada en el comedor de su apartamento, la señora Sánchez augura un futuro turbio. Pese a que solo tiene 57 años, sus músculos y huesos están perdiendo fuerza. Hace pocos meses debió comprar un caminador para lograr movilizarse, sin embargo, cada vez que los elevadores no funcionan, “soy una prisionera más”.

“El día que no hay elevadores, sencillamente no puedo salir del apartamento”, enfatizó la mujer.

Y tras varios meses de presión, De Blasio anunció este lunes otra iniciativa para reparar 62,000 apartamentos, con una inversión de casi $13,000 millones, a través de asociaciones público-privadas. Según la Alcaldía, estas viviendas se convertirán en fondos de la Sección 8 y seguirán siendo asequibles de forma permanente.

El alcalde Bill de Blasio anuncia un compromiso de la Autoridad de Vivienda de la Ciudad de Nueva York para llevar las reparaciones a 62,000 apartamentos.

Los 140,000 residentes de estas unidades, que permanecerán en sus viviendas durante las renovaciones, que incluyen cocinas y baños nuevos, sustitución de ventanas, ascensores, calderas y cubiertas; y mejora de las zonas comunes, conservarán todos sus derechos como residentes de viviendas públicas, y pagarán un alquiler limitado al 30% de sus ingresos, aseguró el líder neoyorquino.

Stanley Brezenoff, presidente y CEO interino de NYCHA, indicó que, debido a que las propiedades necesitan reparaciones por un valor de $32,000 millones, “es absolutamente necesario un enfoque nuevo y radical para abordar esa enorme cifra”.

NYCHA:

  • 175,636 apartamentos de vivienda pública.
  • 325 complejo de edificios o ‘proyectos’ en los 5 condados.
  • 2,418 edificios componen esos complejos.
  • 173,946 familias y 392,259 residentes autorizados, incluyendo 4,112 de Sección 8.
  • 8% de los apartamentos de alquiler de la ciudad.
  • $ 24,423 al año es el ingreso familiar promedio en vivienda pública.
  • $522 es la renta mensual promedio.

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Alcalde Bill de Blasio Autoridad de Vivienda de la Ciudad de Nueva York (NYCHA) Crisis de Vivienda

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