Hondureños en NYC se preparan ante posible llegada de compatriotas en caravana
En el área tri-estatal hay al menos 300,000 hondureños
Roberto Quesada ha pasado gran parte de su vida en Nueva York, uno de los centros urbanos con mayor número de hondureños en el país, donde como escritor, periodista y diplomático de la ONU ha logrado consolidar su “sueño americano”. En el verano de 2009, cuando dedicaba gran parte de su tiempo a la literatura, una noticia le impactó tanto, que activó su interés en participar políticamente en defensa de sus compatriotas.
Pese a llevar casi 30 años lejos de su país de origen, el golpe de Estado en Honduras cambió la perspectiva, tanto de él, como la de su esposa, Lucy Pagoada Quesada, también hondureña. En las semanas posteriores, una serie de acontecimientos sumió al país centroamericano en una crisis, que, según la pareja, es la raíz de las caravanas de migrantes que hoy, desesperadamente, tocan la puerta de Estados Unidos.
“Con el golpe de Estado se violó la Constitución de la República. No hubo más respeto por las leyes y se creó un desorden e irrespeto de todo tipo, resultando en muertes y caos general”, dijo el señor Quesada, quien explicó que esta desestabilización política incrementó el éxodo de hondureños.
La crisis no se detuvo. Mientras los cárteles de narcotráfico y las pandillas emprendieron una guerra abierta en las calles del país, la familia Quesada comenzó su trabajo de acompañamiento a sus connacionales que llegaban en masa a la Gran Manzana.
“En 2014, mientras estaban llegando muchas mujeres hondureñas embarazadas o que recién habían dado a luz, con grilletes, varios líderes de la iglesia nos llamaron a la comunidad hondureña para ayudar”, indicó la señora Quesada, quien trabaja de la mano de la Coalición Nuevos Santuarios, una organización que trabaja en la proteción de familias que están a punto de ser deportadas.
La familia Quesada hace parte de una comunidad creciente en Nueva York, donde viven al menos 51,000 hondureños. Según el censo de 2010, al menos 36,000 de ellos estarían radicados en la Gran Manzana, especialmente en El Bronx, Queens y Brooklyn. A nivel nacional, se estima que hay unos 630,000, sin embargo, no se conoce una cifra especifica, debido a que, según el Pew Research Center, casi el 60% es indocumentado.
Para la señora Quesada, la situación actual en la frontera con México, donde casi 10,000 migrantes centroamericanos, en su mayoría hondureños, esperan ingresar a Estados Unidos, con la esperanza de recibir asilo político, es un aviso de que es momento de prepararse para ayudar, así como lo hicieron en 2014.
Es por esto que, a principios de noviembre, la pareja se unió a decenas de personas en una protesta realizada en la plaza Union Square, en Manhattan, con el fin de enviar un mensaje de apoyo a los migrantes y pedir al gobierno del presidente Trump que “no ataque a los hondureños porque migrar es un derecho, no un crimen”.
La protesta hace parte de un plan aún más ambicioso. “Estamos trabajando para viajar a la frontera y llevar servicios de apoyo”, apuntó la señora Quesada, quien divide sus días entre su trabajo como maestra de español en una secundaria de Queens y sus labores como líder comunitaria.
“En Honduras estamos viendo una crisis constante. Las cosas no suceden así de la nada y queremos que nuestros compatriotas que vienen en camino sepan que cuentan con una mano amiga aquí en Nueva York”, apuntó la hondureña, quien planea viajar a mediados de febrero, pese a que el primer grupo de voluntarios saldrá de NYC la primera semana de diciembre.
“Ellos van con ayuda, no solo de ropa para el frío y comida, sino también con ayuda legal, porque al final, eso es lo que ello necesitan”, prosiguió el señor Quesada.
Panorama desolador
Los requerimientos para recibir asilo político en Estados Unidos no son fáciles. Expertos aseguran que las probabilidades para los centroamericanos son cada vez menores. En el año fiscal 2016, solo 20,455 personas recibieron asilo, de las aproximadamente 180,617 que lo solicitaron, lo que equivale al 11%. El 75% de los casos del Triángulo del Norte (Honduras, El Salvador y Guatemala) se negaron entre el año fiscal 2012 y el año fiscal 2017.
El señor Crescencio Bulnes Jr., presidente de la Sociedad Hondureña Activa de New York, una organización que se creó en 1994 con la finalidad de recolectar fondos para apoyar a hondureños afectados por desastres naturales, y que se ha convertido en un centro de encuentro para los hondureños que recién llegan a la ciudad, cree que la situación es aún más compleja de lo que muchos de los miembros de la caravana creen.
“Hace tres semanas le aconsejé a uno de mis empleados, que tenía dos sobrinos viajando en la caravana, que les dijera que desistieran de cruzar el muro y al final se devolvieron para Honduras”, dijo el señor Bulnes Jr. “Cruzar ese muro es cruzar el muro de la muerte y desafortunadamente muchos están tan desesperados que preferirán continuar y morir, antes de regresar al sitio de donde vienen huyendo”.
El señor Bulnes Jr., quien vive en Nueva York desde 1979, se refiere también a las dificultades que conlleva este proceso legal que, según asegura, “terminará con más y más deportaciones”.
No obstante, el hondureño explica que su oficina, ubicada en el centro de El Bronx, donde también se ofrecen oportunidades educativas para inmigrantes que trabajan en construcción, tendrá en cuenta las experiencias registradas anteriormente para ofrecer apoyo a sus compatriotas que logren pisar suelo norteamericano.
“Esto nos pone en alerta porque me recuerda como hace un tiempo recibimos a 100 mujeres que sobrevivieron el trayecto del Tren de la Bestia y llegaron hasta nuestra oficina”, señaló el hondureño. “En ese momento conseguí un contacto en la iglesia La Española para que les dieran alimentos. Además, las atendieron por varios meses en el Hospital Lincoln, debido a que yo les di un ID especial de nuestra organización”.
Hondureños:
- Aproximadamente 300,000 hondureños en el área tri-estatal
- Más de la mitad de los inmigrantes hondureños llegaron en el 2000 o más adelante, y aproximadamente una cuarta parte desde 2006
- Más del 60% son indocumentados