¿Las alegrías y las tristezas te hacen comer más?
¿Tengo hambre o estoy comiendo por ansiedad? Pon en marcha un sencillo plan de autocontrol
Muchas veces un estado de ánimo triste o demasiado eufórico estimula a comer más.
A continuación te presentamos tres consejos para conservar una buena y saludable conducta a la hora de alimentarte.
1- Trata de mantenerte activa, haciendo cosas que te gusten. Sal a caminar. Ponte tus zapatillas y da un paseo por tu barrio. ¡Ese simple ejercicio hará que te olvides del deseo de comer!
2- Procura conversar con tus amigos y familiares. En nuestra condición de seres sociales, las personas necesitamos comunicarnos. La comunicación permite transmitir información e intercambiar o compartir ideas, lo que enriquece la experiencia humana. La comunicación es de vital importancia para desarrollar nuestras potencialidades. La soledad, especialmente después de las comidas, o cuando miras televisión dispara los picos de ansiedad que indefectiblemente te llevarán a la heladera.
3- Cuando vayas a comer algo que no debes, piensa: “¿Vale la pena tirar por la borda el esfuerzo que realicé para estar en el lugar que me encuentro de aceptación a mí misma y a mi cuerpo?”
Si la respuesta es NO, habrás ganado parte de la batalla contra la ansiedad que llevan a que sumes puntos en tu balanza y te alejan de la satisfacción de verte bien.