La tendinitis rotuliana, también conocida como rodilla de saltador, es una lesión en el tendón que conecta la rótula con la tibia.

El tendón rotuliano trabaja con los músculos de la parte frontal del muslo para que puedas extender la rodilla, correr, saltar o patear.

Es más común en atletas cuyo deporte incluye saltos continuos, como el baloncesto y el voleibol. De igual manera, personas que no practican deportes, también pueden sufrir tendinitis rotuliana.

¿Cómo se desarrolla?

La tendinitis rotuliana se produce por el uso excesivo y frecuente de la rodilla, teniendo como consecuencia la tensión repetitiva en el tendón rotuliano.

Esta tensión genera pequeños desgarros en el tendón que, cuando se multiplican, causan dolor debido a la inflamación y al debilitamiento del tendón.

Cuando el daño en el tendón se mantiene activo durante semanas, se convierte en una tendinopatía (tendinitis que implica inflamación del tendón).

Lo que deberías saber

• El aumento repentino en la intensidad o frecuencia de tus actividades físicas: correr o saltar, se relacionan con la tendinitis rotuliana.
• La tensión en los músculos de los muslos (cuádriceps) y los músculos isquiotibiales, puede aumentar la tensión en el tendón rotuliano.
• Si algunos músculos de tus piernas, son mucho más fuertes que otros, pueden tirar con más fuerza del tendón rotuliano, causando tendinitis.
• Algunas enfermedades, como: lupus, artritis reumatoidea, diabetes e insuficiencia renal, interrumpen el flujo sanguíneo a la rodilla, causando debilidad en el tendón.

Si tienes dolor en la rodilla, a causa de ejercicios, coloca hielo en la zona y mantén reposo.

Y si el dolor se mantiene, a tal punto que interfiere con tus actividades diarias y presenta hinchazón o enrojecimiento de la articulación, llama a tu médico.