El camino a seguir para nuestros estudiantes es teniendo el control de las escuelas
Este sistema permite que nos concentremos en el progreso y no en el proceso
Antes de asumir como canciller de las escuelas de la Ciudad de Nueva York hace exactamente un año, dirigí el sistema escolar en tres distritos de tres estados. Antes de eso, fui director de escuela y maestro bilingüe de estudios sociales y de música. Hijo de un trabajador de la industria del metal y de una peluquera, y nieto de inmigrantes mexicanos, aprendí inglés por primera vez cuando comencé a asistir a la escuela pública.
Después de todas esas experiencias como estudiante, maestro, director y, ahora, como canciller del sistema escolar más grande del país, puedo afirmar sin ninguna duda que la educación pública puede cambiar la vida de una persona. Es por eso que en todos los distritos —todos ellos mucho más pequeños que la Ciudad de Nueva York— en los que tuve el privilegio de dirigir y trabajar con un equipo de personas hicimos todo lo posible a fin de promover la igualdad y la excelencia para todos los estudiantes. Sin embargo, no pudimos lograr todo lo que nos propusimos. Muy a menudo nos falta lo que se necesita para lograr resultados: una responsabilidad definida, una visión compartida, consenso político, además de estructuras y sistemas de organización efectivos.
La Ciudad de Nueva York es diferente debido al sistema del control de la alcaldía sobre las escuelas que se estableció en los cinco condados. Y cuando me reuní por primera vez con el alcalde De Blasio comencé a entender lo que eso significaba para nuestros 1.1 millones de estudiantes, lo cual me motivó a mudarme al otro lado del país y trabajar para cada uno de ellos.
El control de la alcaldía sobre las escuelas significa que como canciller del Departamento de Educación (DOE) dependo directamente del alcalde. Significa que las familias, los educadores y las comunidades acuden a nosotros y nos dicen lo que necesitan. Según lo que escuchamos de la comunidad, establecemos un plan junto con el alcalde y garantizo que todos en el DOE trabajemos juntos en sintonía para llevar a cabo esa visión. Es así de simple. Y si no lo logramos, los neoyorquinos saben exactamente a quién responsabilizar.
Este sistema permite que nos concentremos en el progreso y no en el proceso. Crea una línea de acción centrada en la responsabilidad, la innovación y los resultados para nuestro sistema escolar. Nos permite pensar en grande y establecer políticas para poner en práctica esas ideas.
¿Cómo pudimos añadir prekínder, un grado completamente nuevo, a las escuelas públicas de la Ciudad de Nueva York en solo dos años? Debido al control de la alcaldía sobre las escuelas. Las familias deseaban un programa de prekínder, el alcalde se comprometió a ello y fuimos capaces de hacerlo. Y no solo se ofrece en un vecindario o un condado, sino a todos los niños de 4 años que quieran asistir. Estamos en proceso de hacerlo de nuevo con 3-K para Todos (3-K for All).
Este año, cerca de 75,000 estudiantes están inscritos en los programas de prekínder y 3-K gratuitos y de día completo, entre ellos casi cuatro veces más hispanos de 4 años que los que asistían a prekínder en 2014. Las investigaciones demuestran claramente que esto les ayudará a tener un mejor desempeño en kínder, la escuela primaria y el futuro.
(Richard A. Carranza, canciller de las escuelas de la Ciudad de Nueva York)