Agua: un recurso irremplazable

Ideas y recursos para evitar su derroche

Revisa los grifos y asegúrate de que no tengan pérdidas.

Revisa los grifos y asegúrate de que no tengan pérdidas. Crédito: Pixabay

Cada año, para el 22 de abril, honramos a nuestro planeta con picnics y festivales. Y cada año, una vez terminadas las celebraciones, nos subimos al auto, prendemos el aire acondicionado, abrimos una botella descartable de plástico para tomar agua y mientras manejamos en la autopista, nos imaginamos un mundo mejor.

Los consejos habituales de reducir el uso del aire acondicionado, o usar toallas de tela en lugar de papel, entre otros, siempre son buenos. Y si bien pueden parecer minúsculos, comparados con el daño que produce el “fracking”, los derrames de petróleo, los residuos farmacéuticos, o los radiactivos, cada poquito suma y puede hacer una diferencia.

Existen medidas que no siempre consideramos, y que también pueden ayudar al planeta, nuestro hogar. El tipo de alimentación, por ejemplo, influye mucho en el ambiente, comenzando por el agua utilizada para el riego de vegetales, o pastos que alimentan al ganado, hasta la comida que dejamos en el plato y tiramos a la basura.

Un asunto de H2O

El agua es, sin lugar a dudas, nuestro recurso más preciado. Se calcula que para el año 2100 habrá aproximadamente 10.8 mil millones de habitantes en el planeta (www.worldometers.info), y cada uno de ellos necesitará agua para poder sobrevivir.

Todos hemos oído una y otra vez la importancia de cerrar grifos, instalar inodoros de consumo eficiente de agua, y cantar menos en la ducha para bañarnos más rápido. Pero el consumo del agua va más allá de lo que bebemos y usamos para lavarnos.

Tony Allan, profesor de geografía de Kings College, en Londres, desarrolló el concepto de Agua Virtual (www.virtual-water.co.uk) que describe al agua que se utiliza para producir alimentos y productos. Por ejemplo, si consideras la cantidad de este líquido que se utiliza para regar una planta de café, empacar las semillas y enviarlas al punto de venta, un espresso termina utilizando 140 litros de agua virtual.

Según un estudio realizado por A. Hoekstra y M. Mekonnen y publicado por la Academia Nacional de Ciencias de EEUU (pnas.org), sólo el 8% del agua que se consume a nivel mundial se destina para beber. El resto, 92%, se destina en su mayoría a la producción de alimentos.

El agua que comemos

El estudio liderado por Hoekstra utilizó el término “huella hídrica” (water fooprint) para referirse a la cantidad de agua que interviene en un proceso de principio a fin. Cuando por ejemplo te sientas a comer una hamburguesa, debes considerar tu almuerzo utilizó 2,400 litros de agua, antes de llegar a tu plato.

Si consideramos la huella hídrica, el promedio de consumo de agua de una persona que come carne es de 5,000 litros de agua (1,300 galones) por día, mientras que el promedio para una persona vegetariana es de 2,500 litros (660 galones). Con sólo reducir tu consumo de carne y otros alimentos que necesitan grandes cantidades de agua para su producción, podrías ayudar al mundo.

Estos son algunos alimentos y la cantidad de agua que requiere su producción:

  • Un tomate requiere 13 litros de agua
  • Una manzana: 70 litros de agua
  • Una taza de café: 140 litros
  • Un kilo de carne: 16,000 litros
  • La almendra es uno de los alimentos más sedientos. El 10% del agua en California se destina al riego de almendros.
Cada año, $165,000 millones de dólares en comida se va a la basura.

De la mesa a la basura

Otro factor que afecta al medio ambiente son los alimentos que no consumimos y tiramos a la basura. Según datos de la Organización de alimentos y agricultura de la UN (fao.org), cada año, un tercio de la comida producida no llega a comerse. Esto se traduce en 1,600 millones de toneladas de comida que se tira cada año, a nivel global. El desperdicio ocurre tanto durante la cosecha, como durante los procesos de empacamiento,  distribución y venta, y termina en el hogar, cuando tiramos la comida que compramos y preparamos de más.

En Norteamérica y Oceanía se tiran alrededor de 115 kilos de comida por persona por año. En el sur y sudeste de Asia, se tiran aproximadamente 11 kilos, en Latinoamérica, 25 kilos y en Europa, 95.

A su vez, los alimentos que terminan en la basura producen 3,300 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono. Si el desperdicio de basura fuese un país, sería el tercero, después de EEUU y China, en emitir dióxido de carbono en el medio ambiente.

El agua en cifras

Si no deseas cambiar tus hábitos alimenticios, puedes ahorrar agua simplemente siendo más consciente de su consumo. Compartimos una lista de actividades diarias en las que podrías reducir el uso de agua.

  • Bañarse: una bañera llena requiere aprox. 36 galones de agua.
  • Ducharse: entre 2 y 2.5 galones por minuto.
  • Lavarse los dientes: 1 galón, siempre y cuando cierres el grifo mientras te cepillas.
  • Lavarse la cara y manos: 1 galón
  • Afeitarse la cara o las piernas: 1 galón
  • Máquina lavaplatos: 20 galones por carga (depende de la eficiencia del electrodoméstico)
  • Lavar los platos a mano: entre 2 y 4 galones por minuto
  • Máquina para lavar la ropa: entre 25 y 40 galones de agua (según el electrodoméstico)
  • Descarga de inodoro: 1.5 galones en los nuevos modelos; 3 galones para los modelos más antiguos.
  • Regar las plantas del jardín: 2 galones por minuto.

Fuente: http://water.usgs.gov

Jardines autóctonos

Según el sitio de Estudios Geológicos del Gobierno (usgs.gov) regar las plantas del jardín consume aproximadamente 2 galones de agua por minuto.
Los campos de golf, por ejemplo, se “toman” diariamente 312,000 galones del precioso recurso. Un campo de golf en el desierto de Palm Spring consume en un solo día la misma cantidad de agua que consumiría una familia de cuatro personas, en cuatro años.

En la actualidad, en EEUU existen alrededor de 16,000 campos de golf. Puedes hacer la cuenta de lo que esto representa para el mundo.

Cuando consideramos la cantidad de agua que se vierte en zacates y plantas de adorno, los jardines decorativos pierden su atracción y encanto. Y es por esto, que la tendencia de los últimos años ha sido crecer jardines con plantas indígenas y cactus, que no requieren riego artificial.

Otra alternativa al desperdicio de agua son los jardines comestibles. Existen diferentes modalidades de jardines comestibles, e incluyen proyectos comunitarios, educativos e incluso terapéuticos para la tercera edad.

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