La mejor cocinera del mundo de 2019 es mexicana: Daniela Soto-Innes
"Tienes que ser feliz mientras estás haciendo mole o tamales. Si no, no saldrían bien", dijo la chef Daniela Soto-Innes
La mexicana Daniela Soto-Innes, socia del restaurante Cosme, en Nueva York, fue nombrada mejor cocinera del mundo de 2019 por la publicación británica The World’s 50 Best Restaurants.
Soto-Innes recibirá el premio en la ceremonia que se celebrará el 25 de junio en Singapur, cuando se conocerá además la lista de los mejores restaurantes del año.
Soto-Innes, de 28 años, abrió junto con Enrique Olvera en 2014 su restaurante de cocina mexicana moderna, con el que entraron por primera vez en el ránking de los mejores establecimientos del mundo en 2017.
Con 25 años, la mexicana ya ganó un premio como estrella emergente de la cocina entregado por la prestigiosa James Beard Foundation.
Soto-Innes se crió en Ciudad de México y se trasladó a Houston a los doce años.
Compitió como nadadora hasta los 20 y nunca tuvo intención de ser cocinera cuando era niña, pero su familia, y en particular su madre, sus tías y su abuela, le contagiaron la pasión por la gastronomía, que le llevó a iniciarse en los fogones.
Define el Cosme como una “institución cultural”, más que un restaurante, y ha establecido sus propias normas en la cocina, según destaca The World’s 50 Best Restaurants.
Sus empleados “no necesariamente tienen un entrenamiento formal, pero aprenden todas las habilidades que necesitan gracias a sus cuidadosas enseñanzas”, señala la publicación británica.
“No hay ninguna norma de silencio. La suya es una cocina vibrante en la que suena la música”, describe la organización que la ha premiado.
Su menú, que incluye platos para compartir, pone el “énfasis en el sabor”, agrega The World’s 50 Best Restaurants.
“Tienes que ser feliz mientras estás haciendo mole o tamales. Si no, no saldrían bien”, señaló la chef a la publicación.
“Cocinar en un restaurante que tiene un gran volumen y demanda mucho de tí es muy estresante en algunas ocasiones. Pero lo que hace que todo funcione son las personas con una sonrisa después de trabajar diez o doce horas al día, sin parar”, reflexiona.
En una industria dominada por los hombres, Soto-Innes gobierna una cocina en la que dos tercios de las trabajadoras son mujeres.