“Ahomale”, lo nuevo de la banda neoyorquina Combo Chimbita

“Tropical futurista” o “tropical experimental” es la definición que hace de su sonido Combo Chimbita, un grupo colombiano afincado en Nueva York que en su nuevo álbum, “Ahomale”, presenta una cautivadora fusión de ritmos caribeños, rock y psicodelia con letras bañadas en temas místicos y espirituales.

“Viene de la influencia del afrofuturismo. Es reimaginarse de dónde venimos y a dónde vamos, es cuestionar la idea del futuro. Nosotros siempre hemos percibido en literatura, películas y hasta en la música una manera del futuro muy centrada en la visión anglo y europea”, explicó en una entrevista telefónica con Efe Prince of Queens, al mando del bajo y los sintetizadores en el grupo.

“Es imaginarnos un futuro más a nuestro sentir, a nuestro color, a nuestro ritmo”, añadió sobre un conjunto formado también por Carolina Oliveros, Dilemastronauta y Niño Lento.

Tras fichar por el prestigioso sello ANTI-Records, cuyo catálogo incluye a Tom Waits, Wilco o Mavis Staples, y actuar en festivales como el South by Southwest (SXSW) de Austin (EEUU), Combo Chimbita lanza mañana su segundo álbum, “Ahomale”, y lo presentará entre mayo y julio en ciudades como Los Ángeles, Washington, San Francisco, Houston, Filadelfia o Chicago.

“Cada disco es como un episodio de una historia que estamos creando. Ahomale, la protagonista de este disco, es una guerrera que tiene los poderes de comunicarse con los ancestros y de canalizar energías ancestrales. Contamos la historia de ella y sus dificultades para entender por qué tiene estos poderes y cómo encontrar su camino en un mundo que está muy confundido”, dijo.

Con la base siempre dominante de los ritmos caribeños y afrolatinos, Combo Chimbita camina entre el rock, la experimentación, la psicodelia y el jazz en canciones como “Esto es real” o “Brillo más que el oro”.

Tras casi ya cuatro años de carrera, Prince of Queens explicó la identidad y el nacimiento de una banda surgida en EEUU pero formada por tres bogotanos y una barranquillera.

“Nos conocimos todos en Nueva York. Todos somos colombianos, pero por cosas de la música nos conectamos acá. La banda empezó de una forma muy natural. Empezamos una residencia en un bar de Brooklyn, haciendo unas improvisaciones con unos amigos que son DJ, y en una de esas sesiones Carolina, que era amiga de nosotros, se trepó a la tarima y empezó a cantar”, recordó.

“No se pensó mucho ni se planeó: simplemente nos salió y empezó a ponerse cada vez más profundo, más complejo, y creció como una bola de nieve”, agregó.

Asimismo, Prince of Queens indicó que vivir a miles de kilómetros de Colombia fue paradójicamente lo que les llevó a interesarse por los ritmos de su gente y de su tierra.

“Crecimos escuchando rock, metal y punk en Colombia. Aquí migramos jóvenes, siendo adolescentes, y ya estando fuera como que nos picó ese bichito de la música tropical de Colombia, de Sudamérica, del Caribe -aseguró-. Estando lejos de la raíz empezamos a descubrir e investigar mucho más la música tradicional”.

Combo Chimbita también plantea una cierta resistencia ante el camino marcado y los rumbos prediseñados por la sociedad, por lo que, frente a un futuro hipertecnológico y cada vez menos humanizado, apuestan por mirar a un horizonte que no olvide las conexiones con los antepasados y con la esencia de pueblos antiguos.

“Las personas cargamos una energía que se ha transmitido por milenios. Cada uno tiene cierta información que se ha pasado por generaciones y generaciones”, defendió el músico.

En este sentido, Prince of Queens también instó a desafiar y cuestionar lo que se ha “inculcado” a la gente en la sociedad contemporánea y a buscar “otra manera de entender y percibir la vida”.

“Desde que uno nace, siempre nos vienen creando para seguir unos pasos y para no cuestionar muchas cosas, a tal vez, negar ciertos sentimientos o instintos que uno puede tener. Con la música tratamos de explorar esas cosas”, dijo.

Y con tanto bagaje místico y reflexivo detrás de sus canciones, no sorprende que Combo Chimbita se refiera a sus poderosos conciertos como “casi rituales”.

“Sentimos que estamos casi en una misión: transmitir energías y tratar de despertar curiosidad en la gente para cuestionarse a sí mismos. Tratamos que el show tenga elementos de trance, que uno pueda trascender en el espacio y el tiempo y conectarse con cosas que, tal vez, no están presentes en ese momento físicamente”, afirmó.