La lluvia, nueva protagonista veraniega
El Servicio Nacional de Meteorología advierte de que las precipitaciones irán a más durante los próximos veranos
Los residentes de Nueva York están cansados de mirar por la ventana, consultar sus aplicaciones móviles o las previsiones de la radio, para ver si necesitan coger el paraguas. Otra vez.
Junio está siendo un mes de mucha agua, y es algo a lo que hay que acostumbrarse. Las precipitaciones veraniegas están ganando protagonismo en los últimos años y según se apunta desde el Servicio Nacional de Meteorología (NOAA, en sus siglas en inglés), es una tendencia registrada que va a ir a más.
No es solo que llueva mucho. A las precipitaciones casi diarias hay que sumar el hecho de que realmente llueve sobre mojado. Eso dicen los datos. El año pasado fue el tercero más lluvioso desde que se tienen registros, lo que hace que el ánimo de los neoyorquinos se vea afectado cada vez que comienza a caer agua. Es un no parar.
El pasado año se registraron 65.55 pulgadas (166.497 centímetros) durante los doce meses y a estas alturas, 2019 va camino de superarlo. En junio de 2018, se habían medido 24.23 pulgadas de precipitación, frente a los 26.4 pulgadas de este año.
Lo cierto es que, según apuntan los datos oficiales, no está siento el junio más lluvioso, ya que el de 2003 rompió todos los récords (10.6 pulgadas) y este se han registrado 4.46 pulgadas. Aun así, la percepción de los ciudadanos es que la lluvia no da tregua. En los últimos meses, las precipitaciones han sido las protagonistas y, con la llegada del verano, cuando parecía que podían cesar los chubascos, sigue lloviendo.
Según una portavoz de NOAA, es prematuro concluir que sea una consecuencia del cambio climático porque sería necesario más tiempo para constatarlo, pero la evidencia muestra que existe este cambio y que se va a dar cada vez más uso al paraguas, en meses en los que tradicionalmente el agua está solo en la playa.
El principal motivo de que Nueva York no deje de mojarse, ni siquiera en verano, es por la corriente de aire, conocida como jet stream, procedente del oeste que hace que las precipitaciones no cesen en esta época. El jet stream hace que llegue una ola de aire que calienta la temperatura del agua del mar y esta se condensa mucho más rápido.
La presión en ambas costas hace que esta corriente se haya desplazado más al sur de lo normal en estas fechas. Este jet stream suele ir del oeste hacia el este, pero en esta época del año lo habitual es que se desplace por el norte. En otoño es cuando se suele bajar al nivel en el que se encuentra Nueva York.
La ciudad apenas puede resistir la lluvia. Cada vez que comienza a llover, las calles se llenan de agua. Hay pocos porches donde resguardarse del agua, excepto los que ha sido creados por los andamios de las obras. Hasta el metro se ve afectado por el agua.
Pero los que más achacan la caída excesiva de lluvia son los agricultores. Ellos dependen del clima para tener una buena cosecha o tirar el trabajo de todo un año por la borda.
Tras los daños causados por el clima extremo el año anterior, el Gobernador de Nueva York, Andrew M. Cuomo, convocó ayudas para los agricultores que afectados. “A medida que el clima extremo se convierte en algo normal, debemos proteger a nuestros agricultores, ya que con demasiada frecuencia son los más afectados por estos eventos climáticos, afectando a sus cultivos y sus tierras”, declaró el gobernador Cuomo.
Acaba de comenzar el verano, pero todavía damos las gracias cada día que sale el sol. A partir de esta semana, el pronóstico apunta a días más secos que pueden proporcionar un alivio tras estas semanas. Ante la previsión de que los paraguas nos acompañarán durante nuestras épocas vacacionales, solo nos queda afrontarlo con actitud positiva: al mal tiempo, buena cara.