El cáncer cervical puede prevenirse y aquí te decimos cómo

Desde la adopción generalizada de la prueba de Papanicolaou (también llamada frotis cervical) durante la década de 1960, las muertes por cáncer cervical en los Estados Unidos han disminuido en aproximadamente un 70%, según la American Cancer Society.

Y en los años de 1980 y 1990, las investigaciones revelaron que el virus del papiloma humano (HPV) era el causante de la mayoría de los cánceres de cuello uterino. Los científicos eventualmente desarrollaron un examen específico para determinarlo, así como una vacuna para prevenirlo.

Estos avances han permitido a los médicos prevenir el cáncer cervical y detectarlo a tiempo, dice Mark Schiffman, MD, MPH, investigador principal del Instituto Nacional del Cáncer. “De todos los tipos de cáncer”, él dice, “en este, sabemos lo que estamos haciendo”.

Sin embargo, muchas mujeres aún pueden tener preguntas sobre la mejor manera de hacerse un examen de detección, con qué frecuencia realizarlo y cuándo comenzar las pruebas de detección o cuándo vacunarse. Otras pueden carecer de un acceso fácil a una prueba de Papanicolaou o una prueba de HPV, o pueden sentirse confundidas por los cambios recientes en las pautas de detección, ya que continúan evolucionando.

Por ejemplo, el año pasado, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los Estados Unidos, un panel de expertos independientes que hace recomendaciones al gobierno y a las organizaciones médicas sobre la atención preventiva actualizó sus recomendaciones para la prueba de detección de cáncer cervical a fin de incluir más opciones para las estrategias de detección en mujeres entre 30 y 65 años.

El objetivo de la prueba de detección de cáncer cervical es detectar anormalidades potencialmente peligrosas de manera temprana, antes de que se conviertan en cáncer o evolucionen a una enfermedad grave; pueden pasar años para que los cambios precancerosos en el cuello uterino se conviertan en este tipo de cáncer.  La mayor parte de las mujeres estadounidenses que tienen cáncer cervical nunca se han hecho una prueba, no han tenido una prueba de detección en los últimos 5 años o tuvieron un resultado anormal en una prueba de detección de la cual nunca se realizó un seguimiento, dice Joy Melnikow, MD, MPH, directora de Center for Healthcare and Policy Research y profesora del Departamento de Medicina Familiar y Comunitaria de la Universidad de California, Davis.

Aquí te daremos más información sobre los muchos beneficios de la detección del cáncer cervical, además de lo que necesitas saber acerca de las diferentes opciones de prevención y detección en diferentes edades.

Prevención del cáncer cervical / HPV antes de los 21 años

Los expertos en salud no recomiendan hacerse una prueba de detección de cáncer cervical si eres menor de 21 años. Eso puede parecer contrario a la intuición, dado que el HPV es la infección de transmisión sexual más común en los Estados Unidos y la mayoría de las personas se exponen al virus en la adolescencia y en la década de sus 20 años.

Pero es precisamente porque el HPV es tan común en la juventud que la prueba de detección no es una herramienta útil para ellos. La mayoría de las infecciones por HPV desaparecen solas y nunca causan daño, y el cáncer cervical es muy raro en mujeres menores de 21 años.

Sin embargo, la medicina moderna ofrece otra herramienta poderosa para la prevención del cáncer cervical en personas demasiado jóvenes para hacerse una prueba de detección: la vacuna contra el HPV. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) dicen que todos los niños y niñas deben recibir 2 dosis de la vacuna contra el HPV a los 11 o 12 años, idealmente antes de que se vuelvan sexualmente activos. (La vacunación se recomienda también para mujeres hasta los 26 años de edad y para los hombres hasta los 21 años de edad si no fueron vacunados en su etapa de preadolescentes).

La vacuna contra el HPV es casi 100% efectiva en la prevención de verrugas genitales y lesiones cervicales que podrían convertirse en cáncer cervical, según los CDC.

Prueba de detección de cáncer cervical en tus 20

El USPSTF y la American Cancer Society recomiendan que la mayoría de las mujeres (a menos que tengan HIV u otra condición que cause un sistema inmunológico comprometido) comiencen a realizarse exámenes de detección regulares para detectar el cáncer cervical a los 21 años, con una prueba de Papanicolaou cada 3 años.

Después de una prueba de Papanicolaou, también llamada citología cervical, una muestra de tejido de tu cuello uterino se examina bajo un microscopio para detectar células anormales que podrían indicar cáncer o que eventualmente podrían convertirse en cáncer. “Las pruebas de Papanicolaou buscan el efecto del virus en las células, pero de una manera aproximada”, dice Schiffman. Esto hace que la prueba de Papanicolaou sea menos precisa que una prueba de HPV (que busca evidencia del virus en sí).

Sin embargo, los expertos siguen recomendando una prueba de Papanicolaou sobre una prueba de HPV para las veinteañeras. Eso se debe a que en tus 20 años, el HPV sigue siendo muy común, y tu sistema inmunológico se encargará de la mayoría de las infecciones sin ninguna ayuda. Detectar el HPV a esta edad probablemente conduciría a pruebas de seguimiento y tratamiento innecesarios para las infecciones por HPV que nunca podrían causar cáncer.

Sin embargo, es más probable que una prueba de Papanicolaou omita un cambio celular preocupante que una prueba de HPV, ya que no permite detectar rastros del virus. Es por eso que los expertos recomiendan que las personas se realicen una prueba de Papanicolaou cada 3 años, en lugar de cada 5 años; si no te realizaste la prueba de Papanicolaou, es mejor tener un recordatorio del examen en tu calendario 3 años después.

Prueba de detección de cáncer cervical para personas mayores de 30 años

A los 30 años, se cuenta con 2 opciones adicionales de detección de cáncer cervical.

Puedes optar por quedarte con una prueba de Papanicolaou cada 3 años. Otra opción es una prueba de HPV cada 5 años. La tercera opción es realizar ambas pruebas al mismo tiempo (llamadas pruebas conjuntas), también cada 5 años.

Todas son experiencias similares para el paciente: un médico recolectará células cervicales de manera rápida y por lo general  sin dolor; lo único que buscan en el laboratorio es lo diferente (un virus en el caso de una prueba de HPV; células irregulares que podrían indicar cáncer en el caso de la prueba de Papanicolaou; ambas en el caso de la prueba conjunta).

Los expertos dicen que puedes esperar 5 años entre las pruebas de HPV debido a que tiene una mayor precisión en comparación con una prueba de Papanicolaou. Un resultado negativo en una prueba de HPV es “más tranquilizador” que un Papanicolaou negativo, dice Schiffman; con un resultado negativo en una prueba de HPV, puedes estar tranquila de que no hay nada malo.

Además, a los 30 años, las infecciones por HPV tienen menos probabilidades de resolverse por sí solas y la probabilidad de que se conviertan en cáncer es más alta. Es por eso que la prueba de HPV puede ser una opción razonable después de los 29 años (aunque es importante que tomes en cuenta que una prueba de HPV positiva no significa que tengas cáncer o que estés destinada a padecer de cáncer).

La prueba conjunta también es una opción, y en este momento, en los Estados Unidos, en muchos lugares, la prueba conjunta puede ser la única estrategia de detección disponible para las personas que desean espaciar sus pruebas cada 5 años en lugar de cada 3, según Diane D. Davey, MD, profesora de patología y decana asociada de educación médica para graduados en el Colegio de Medicina en University of Central Florida. Muchos proveedores aún no ofrecen la opción para la prueba de HPV por sí sola.

Cualquiera de estas estrategias es una buena opción, dice Melnikow. “En conclusión, la evaluación es buena y las mujeres deben someterse a una prueba de detección”. 

La evidencia muestra que en las mujeres mayores de 65 años que se sometieron a exámenes de detección a lo largo de su vida, el cáncer cervical es poco frecuente. El USPSTF y la American Cancer Society coinciden en que la mayoría de las mujeres pueden dejar de hacerse la prueba de detección de cáncer cervical a los 65 años. 

Las excepciones son las personas que han tenido cáncer cervical, a quienes les han detectado una lesión precancerosa grave en el transcurso de los exámenes de detección, que podrían tener otros factores de riesgo, como un sistema inmunitario comprometido, o que no se han realizado exámenes de detección con regularidad. Si estás en uno de esos grupos, habla con tu médico acerca de por cuánto tiempo más debes someterte a exámenes de detección regulares para el cáncer cervical.  

Los daños potenciales de las pruebas de detección

Las pruebas de Papanicolaou y HPV tienen pocos efectos secundarios. Pero cualquier resultado, aparte de uno negativo, desencadena una serie de pasos de seguimiento, dependiendo de qué tan serio parezca el resultado inicial y lo que revelen las pruebas posteriores.

Sin embargo, un resultado inicial que parece potencialmente preocupante en ocasiones es realmente inofensivo. Eso se conoce como falso positivo, y puede suceder tanto con las pruebas de Papanicolaou como con las de HPV. Sin embargo, las pruebas de HPV se relacionan más con resultados falsos positivos que las pruebas de Papanicolaou.

Para tener una idea de cuán grande es el riesgo de un falso positivo, considera estos números: de acuerdo con una revisión completa de Cochrane publicada en 2017, en promedio, la tasa de lesiones cervicales precancerosas es de aproximadamente el 2%, o aproximadamente 20 de cada 1,000 mujeres que son examinadas. De esas mismas mil mujeres, 99 tendrán un resultado falso positivo si optan por la prueba del HPV, mientras que 95 tendrán un resultado falso positivo si optan por una prueba de Papanicolaou.

Otro estudio, publicado en JAMA en 2018, encontró que las estimaciones de falsos positivos oscilaban entre el 6.6 y el 7.4% para las pruebas de HPV, en comparación con 2.6 a 6.5% para las pruebas de Papanicolaou.

Y según Schiffman, algunas pruebas de HPV pueden detectar tipos de virus que es muy poco probable que causen cáncer. En ese escenario, aun cuando el resultado de la prueba sea positivo, no debería ser una razón para preocuparse.

Los resultados falsos positivos pueden causar mucha ansiedad innecesaria. También pueden conducir a pruebas de seguimiento innecesarias. Una prueba de seguimiento clave es la colposcopia, en la que un médico utiliza un dispositivo con aumento para examinar el cuello uterino en busca de lesiones precancerosas o cancerosas. El médico podría en ciertas ocasiones tomar una biopsia de tejido durante la colposcopia. Los riesgos pueden incluir sangrado, dolor, secreción e infección.

Finalmente, algunos tratamientos para eliminar las lesiones precancerosas detectadas mediante pruebas de detección también conllevan riesgos. Entre ellos, cambios en el cuello uterino que, según algunas investigaciones, pueden conducir a problemas de fertilidad, incluido un mayor riesgo de parto prematuro en un embarazo en el futuro. Este riesgo varía dependiendo del tipo de tratamiento, dice Melnikow, pero es un riesgo potencial que las mujeres deben conocer y es otra razón para evitar las pruebas con más frecuencia de lo recomendado. 

Cómo seleccionar una prueba de detección

Lo más importante que debes recordar acerca de las pruebas de detección de cáncer cervical es que la prueba que elijas una vez que cumplas los 30 años no es tan importante como hacerte una prueba de detección con regularidad. Además, para cumplir con la Ley del Cuidado de la Salud a Bajo Precio (Affordable Care Act), los planes de seguro deben dar cobertura a los exámenes de detección de cáncer cervical.

Tu decisión podría depender de las pruebas disponibles de tu proveedor, la frecuencia con la que prefieres acudir para la prueba de detección y tu grado de confianza en los resultados falsos positivos y en las pruebas de seguimiento que te debes realizar. Recuerda, las pruebas de HPV y las pruebas conjuntas tienen más probabilidades de causar un falso positivo que una prueba de Papanicolaou sola.

Las pruebas conjuntas específicamente pueden ser una buena opción para las mujeres que no han sido examinadas según una programación periódica, señala Davey. “Si las mujeres no se hacen las pruebas de detección con la frecuencia ideal, entonces es bueno tener ambas pruebas disponibles”. 

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