Revolucionario hallazgo de ave prehistórica gigante hasta ahora desconocida
Fósiles de una inmensa criatura similar al avestruz revelan por primera vez la existencia de megafauna alada en el viejo continente
El revolucionario hallazgo de restos de la primera ave prehistórica gigante en Europa, publicado en el Journal of Vertebrate Paleontology, tuvo lugar durante las obras de ampliación de una autopista en la Península de Crimea, a orillas del Mar Negro.
Investigadores de la Academia de Ciencias de Rusia acudieron de inmediato al lugar de los hechos, la recién descubierta Cueva Taurida, donde determinaron que el gigantesco hueso desenterrado corresponde al fémur de una especie de ave gigante desconocida hasta el momento.
La noticia es de suma relevancia por dos motivos.
Para empezar, se trata de la primera ave de semejante tamaño encontrada en suelo europeo. Ejemplos de aves extintas de colosales dimensiones, como “el ave elefante” de Madagascar o el mihirung australiano, ya eran bien conocidos por la comunidad paleontológica internacional. Pero jamás se habían hallado restos de ningún tipo que apuntaran a la posibilidad de que un animal de semejantes características pudiera haber habitado por encima del ecuador en tiempos prehistóricos. Hasta ahora.
El inmenso fósil, de 15 pulgadas de largo, lleva a pensar a sus descubridores que el emplumado titán (catalogado provisionalmente como Pachystruthio dmanisensis) podría haber medido unos 12 pies de alto y pesado hasta media tonelada. De acuerdo a la estimación de Nikita Zelenkova, investigadora del Instituto Paleontológico Borissiak y líder del equipo responsable del hallazgo, se trataría no sólo del ave más grande registrada en el hemisferio norte, sino de “la tercera mayor jamás encontrada”.
¿Coincidió con humanos?
La segunda y probablemente más significativa razón por la que este descubrimiento podría obligarnos a reconsiderar todo lo que creíamos saber sobre la coexistencia entre humanos y megafauna antediluviana, es la datación del fémur. Y es que, tras compararlo con otros fósiles encontrados en el mismo yacimiento (principalmente pertenecientes a mamuts y bisontes), el Pachystruthio dmanisensis podría haber vivido en un período estimado entre 1.6 y 1.8 millones de años… lo que significaría que, al menos en teoría, el gigantesco animal pudo haber convivido con los primeros Homo Erectus que llegaron a Europa procedentes de Oriente Medio.
Esto lleva a pensar que nuestros antepasados, no sorprendentemente, podrían haber cazado a esta especie hasta su extinción. Ciertamente, la abundancia tanto de carne como de plumaje presente en uno de sólo de estos ejemplares habría hecho del Pachystruthio dmanisensis una presa más que apetecible para las sociedades cazadoras humanas de entonces.
Sin duda un hallazgo excepcional, no sólo por su intrínseco valor paleontológico, sino porque nos ofrece una segunda oportunidad de conocer más sobre otra de las tantas especies que terminaron pereciendo tras cruzar sus caminos con las distintas humanidades que poblaron el planeta. Aunque sólo sea estudiando sus restos podemos, en cierta modo, traer de vuelta a esta magnífica criatura en un mundo en el que, qué duda cabe, todavía queda mucho de nuestro pasado por descubrir.