Campaña pone un rostro humano a la crisis de vivienda
Una coalición de organizaciones da voz a las personas sin hogar
Dorothy
Dorothy Edwards vivió en las calles, “casi toda su vida”.
“La última vez que perdí mi hogar, viví siete años en las calles”, compartió en entrevista con La Opinión.
La historia de Dorothy incluye haber sido víctima de violencia doméstica, lo que a su vez la llevó a usar drogas para anestesiar el dolor. Pero su historia también incluye esperanza. En la actualidad, tiene un hogar y un empleo como Coordinadora de servicios de enriquecimiento para Housing Works , una organización de servicios y ayuda para las personas sin hogar.
Dorothy aseguró que el primer paso para su recuperación fue el tener un lugar dónde vivir.
“La vivienda es primordial. Es imposible tratar de rehabilitarse en las calles”, señaló, y cuestionó uno de los muchos prejuicios que existen en contra de la gente sin hogar. “No todas las personas que viven en las calles hacen drogas”, recalcó.
“Mientras seguimos discutiendo el tema de las viviendas, hay personas muriéndose en las calles. Vivir en la calle es muy peligroso, una vive con mucho temor. Uno de mis mayores miedos siempre fue que mi hermana me encontrara algún día muerta detrás de un callejón”.
“Cuando vives en las calles, las horas se transforman en días, los días en meses, los meses en años. Vives avergonzada y no sabes cómo pedir ayuda. Hay muchos que deshumanizan el problema de la falta de vivienda, pero esa persona que ves en las calles, y que muchos rechazan, puede ser tu hermana, tu madre, tu padre, tu hijo. Un accidente de auto, una enfermedad, cualquier evento puede hacer que pierdas tu hogar de un día para el otro”, indicó.
Desde que tiene un hogar y se rehabilitó del uso de drogas, Dorothy volvió a encontrarse con su familia, de la cual estuvo alejada por muchos años.
“Me alejé porque me sentía avergonzada. Cuando vives en las calles, te escondes de ti misma, te sientes aislada y desconectada. Por eso es tan importante recordar que las personas sin hogar somos seres humanos. Yo siempre digo, cuando ves a alguien en las calles, acércate, aunque más no sea para hablar, pregúntale su nombre. Esa persona es como tú y yo, y está sufriendo”, señaló.
Dorothy reconoció la ayuda y el apoyo que recibió de Housing Works y otras organizaciones, así como de la Ciudad de Pasadena. Su consejo para aquellos que perdieron o están por perder su hogar: aprendan a confiar en aquellos que quieren ayudarlos.
“Cuando viviste tantos años en las calles, es muy difícil confiar en la gente, pero debes tener fe en el proceso y en aquellos que tratan de ayudarnos, porque sí funciona”, aseguró.
En un esfuerzo por ayudar a otros a comprender mejor el problema, Dorothy comparte regularmente su historia a través del programa CSH Speak Up.
Shawn
Shawn Morrisey perdió su hogar a los 38 años de edad, y por años vivió en las calles de Los Ángeles. En la actualidad, es Director de abogacía y participación comunitaria de Union Station Homeless Service, una organización sin fines de lucro de programas y servicios para las personas sin hogar.
“Crecí en un hogar con mucho trauma, víctima de abuso físico. A los 12 años empecé a automedicarme para anestesiar el abuso, con opioides recetados”, recordó en entrevista con La Opinión. Los opioides se hicieron adicción y los siguió la heroína, las agujas y la vida en las calles de LA.
Shawn coincidió con Dorothy en la importancia de tener una vivienda, antes de poder resolver cualquier otro problema.
“Nadie quiere vivir en las calles. En 15 años jamás me crucé con alguien que me dijera que prefería no tener vivienda. Pero existen muchos prejuicios en contra de la gente sin hogar. Por ejemplo, hay quienes asumen que las personas homeless son violentas, cuando en realidad somos seres humanos que hemos pasado por eventos traumáticos y que no sabemos si ese día tendremos algo para poder comer, un lugar donde dormir, o poder bañarnos. Se siente mucho miedo cuando vives en las calles. Estás solo y desconectado de todo”.
Gracias a la ayuda de Union Station Homeless Service, Shawn pudo dejar las calles. Atribuye el éxito de su historia particularmente a dos estrategias: “vivienda primero” y “reducción de daños”.
“La ayuda que ofrecen algunas organizaciones es condicional y no funciona. La organización necesita entender primero las necesidades del individuo y tratar de acercarse a él de ese modo. El modelo de ´vivienda primero’ (‘Housing First’) funciona y tiene un 96% de resultados positivos”.
La reducción de daños, por otro lado, es un conjunto de estrategias prácticas que buscan reducir las consecuencias negativas asociadas con el uso de drogas, por ejemplo, ofreciendo agujas limpias, para evitar contagios.
“Hay quienes tratan a las personas sin hogar como a criminales. Dicen ‘el problema de los homeless’. Pero los homeless no somos el problema, somos las víctimas del problema. El problema es la falta de viviendas asequibles”, señaló.
“Las personas sin hogar son el síntoma de un problema mucho mayor. En este momento, tenemos a 170 personas con cupones (“vouchers”) para vivienda y no hay unidades disponibles a las que puedan acceder. Las rentas están demasiado altas. Quienes viven las calles y necesitan tratamiento médico, psicológico o de rehabilitación tienen que esperar por semanas, o meses, para ser admitidos en un centro de tratamiento, y terminan consumiendo las drogas que encuentran en las calles, en un intento de automedicarse. La crisis de vivienda es resultado de estructuras de racismo, de inequidad y de falta de acceso”.
Entre los elementos claves para resolver la crisis, Shawn destacó la vivienda antes que nada, así como la importancia de las relaciones interpersonales auténticas, de abrir el corazón e invitar a todos a ser parte de la comunidad.
“Sabemos cómo resolver la crisis. La solución de los problemas de los homeless es el acceso a un hogar”, destacó.
Everyone In
Los testimonios de Dorothy y Shawn son dos de las muchas historias de “Stories from the Frontline” (Historias de primera línea) y parte de Everyone In, una campaña de United Way que busca dar voz a las personas sin hogar, y concientizar a la comunidad sobre la crisis de vivienda.
“Somos una coalición de organizaciones no lucrativas trabajando para ponerle fin a la falta de viviendas”, indicó Gabriela García, Subdirectora de organización de Everyone In.
Cada mes, Everyone In organiza un evento en distintas ciudades, en el que se dan cita organizaciones sin fines de lucro de dicha ciudad. Personas que vivieron en las calles comparten sus historias en una presentación. La reunión mensual busca humanizar y ponerle un rostro al problema de falta de vivienda y concientizar a la comunidad sobre una crisis que nos concierne a todos.
“En 2018, el 46% de las personas sin hogar perdieron su vivienda por cuestiones económicas. Más que los problemas de salud mental, o el uso de drogas, lo que lleva a las familias a perder sus hogares es la falta de viviendas asequibles. Las rentas han subido, mientras que los sueldos están congelados. Hay quienes tienen que elegir entre arreglar el auto, pagar una cuenta médica, o poder pagar el alquiler. Es una crisis de asequibilidad”, explicó la experta.
“La imagen de la persona homeless caminando con su carrito ha cambiado. Hoy vemos familias viviendo en las calles”, agregó.
García mencionó que en el distrito escolar de Downey, el 8% de los estudiantes no tienen hogar. En sus conteos, los distritos escolares clasifican como “homeless” a aquellas personas que viven aquí y allá, por ejemplo, un mes se quedan con la tía; al otro mes, un amigo les presta el sofá.
“Ese es un conteo más preciso, porque esas personas que no vemos en las calles, en realidad tampoco tienen hogar, también son ‘homeless’. Si contaran de ese modo en el condado de Los Ángeles, la cifra de personas sin hogar sería aún mayor”, opinó.
En el último conteo de homeless, realizado en enero de 2019, casi 60,000 personas en el condado de Los Ángeles, no tenían hogar (L.A. County Homeless Count).
Un problema de todos
En una encuesta de United Way que preguntaba a los residentes de distintas zonas si apoyarían la construcción de viviendas asequibles en su barrio para ayudar a acabar con la crisis, el 70% de las personas dijo que sí lo haría. Sólo un 27% se opuso a la idea.
“Esto significa que la mayoría de los angelinos está a favor de viviendas asequibles. Los que se oponen y dicen ‘Not In My Back Yard’ (No en mi terreno de atrás) en realidad son la minoría, pero que tienen la voz amplificada”.
Las acciones de comunicación e información al público, así como los eventos mensuales de Everyone In, ayudan a ampliar la voz de la mayoría de los angelinos y a concientizar a la población de la urgencia del problema.
En detalle
El próximo evento gratuito de Historias de primera línea (Stories from the Frontline) tendrá lugar en Hollywood, el próximo jueves 18 de julio, de 6:30 a 9:00 y todos están todos invitados.