“¿Con mamá o con papá?” La cruel pregunta de la Patrulla Fronteriza a una niña de 3 años
La pequeña Sofía tiene problemas de corazón. Ella y su familia tuvieron que huir de su natal Honduras cuando recibieron las amenazas de una pantilla
Sofi, una niña hondureña de tres años, se vio obligada el pasado jueves a decidir sobre el futuro de su familia. Según los padres de la menor, un agente de la Patrulla Fronteriza de El Paso, Texas, preguntó a su hija más pequeña si se quería quedar con su papá o con su mamá. El progenitor no elegido tendría que regresar a México mientras se resolvían sus casos migratorios.
Cuando el agente froterizo hizo la pregunta a Sofia, la niña respondió que se quería quedar con su mamá, según dijo la propia Tania a NPR. “Como la niña está más apegada a mí, dijo mamá. Pero cuando se lo llevaron (al papá) la niña empezó a llorar. El oficial dijo: ‘dijiste (que quieres ir) con mamá'”.
Tania y su esposo Joseph estuvieron dos días de la semana pasada intentando evitar la separación de su familia. El médico que examinó a Sofía pidió a la Patrulla Fronteriza que toda la familia permaneciera unida y en Estados Unidos. El doctor alegó que el problema del corazón que padece la pequeña Sofía se volvería más aún en contra de la familia si tienen que volver a México.
No es la primera vez que esta familia -no conocemos sus apellidos por razones de seguridad- trata de entrar en Estados Unidos. El pasado abril, cruzaron desde la ciudad mexicana de Juárez hasta El Paso, pero los enviaron de vuelta a México. La familia, que recibió un amenazante ultimatum de pandillas hondureñas, forma parte de los Protocolos de Protección del Migrante (MPP). El conocido como programa “permanecer en México” (remain in Mexico) obliga a miles de migrantes centroamericanos a esperar la resolución de sus casos migratorios en zonas peligrosas del norte de México.
Linda Rivas, la abogada de la familia hondureña, pidió el miércoles en la audiencia que sacaran a sus clientes del programa MMP, alegando el problema de corazón de Sofía. Rivas, de Las Americas Immigrant Advocacy Center, presentó evidencias de una clínica mexicana que probaban que la niña había sufrido un ataque al corazón. Sofía lleva en el pecho la cicatriz de la operación.
Aunque quedó atónito con la historia de la familia, el juez de inmigración Nathan Herbert dijo no tener autoridad para quitar a la familia del plan “permancer en México”, pero pidió al abogado del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) que tomara nota sobre las preocupaciones de Rivas.
El pasado jueves un médico que trabaja para DHS vio a Sofía y dijo a la Patrulla Fronteriza que la niña tenía una afección cardíaca grave. Fue ahí, según contó el matrimonio a NPR, cuando los agentes fronterizos le pidieron a Tania que firmara unos documentos “porque te vamos a dar un permiso para ti y tus hijos“. Además de Sofía, Tania y Joseph tienen otra hija de nueve años y un niño de seis.
La pareja explicó a los agentes migratorios que incluso el médico les había dicho que era importante que se quedaran juntos. Sin enbargo, ellos insistían en la separación y le preguntaron a la pequeña Sofía con qué padre quería ir. “El doctor me había dicho que no les dejara preguntarle a ella porque no tienen derecho a interrogar a un menor”.
Un día después, el viernes, el doctor volvió a ir por la mañana. El agente que estaba de turno en ese momento dijo que sí iba a dejar entrar también a Joseph. El médico, cuyo nombre no recuerda, también consiguió que toda la familia tenga la misma cita en la corte.
Tania, Joseph, Sofía y los otros dos hijos salieron el mismo viernes del albergue de El Paso. La noche del sábado la pasaron en un pequeño apartamento que rentaron y ya el domingo tomaron un vuelo para reunirse con familiares.