La Víbora: ¿La Gaviota se tiró al vicio del alcohol?
Nuestra serpiente chismosa cuenta detalles sobre el accidente que sufrió recientemente Angélica Rivera
Queridos, la Gaviota me tiene preocupada. Creo que la pobre se ha tirado al vicio. Lo que no sé es por qué. Tengo dos teorías, una es porque no puede soportar que su vida ya no tiene el glamour de los seis años pasados –ustedes saben, avión privado, maquillista gratis, codearse hasta con la realeza de Gran Bretaña, vestidos de diseñador de miles de dólares a cargo del erario público–, y la otra que ella no aparece en las revistas de gente fifí, como sucede con su ex, Enrique Peña Nieto.
Eso para ella, que ahora se encuentra desempleada, sin casa blanca, sin novio millonario y viajando en avión en clase pelusa, debe ser devastador.
Les cuento esto porque se supo que hace unos días tuvo un accidente en Ciudad de México supuestamente por andar borracha. Si fuera rica diríamos embriagada o con varias copitas de más, pero como ya bajó de categoría diremos las cosas como son: que andaba borracha.
Según una “amiga”, la exactriz se pegó en la cabeza, un ojo se le puso morado y se le zafó la mandíbula. Aunque ya saben, las hijas, que sienten que siguen siendo socialités, dicen que su madre está bien, que no le pasó nada. No obstante, dicen que la cosa estuvo tan grave que hasta a la sala de operaciones fue a dar la pobre Gaviotita.
Supuestamente Angélica Rivera andaba tan borracha que apenas podía caminar, y que al llegar a su casa, al intentar subir unas escaleras, se resbaló y se dio un porrazo de esos que hacen reír mucho cuando los ves en memes. Lo que le pasó no es para menos luego de se golpeara contra un barandal y rodara por los escalones.
La noticia corrió como reguero de pólvora, pero la familia, o más bien las hijas, hicieron todo lo posible para que no se arruinara la tan limpia reputación de la exprimera dama. Con decirles que hasta con guardaespaldas llegó al hospital.
Respecto de su manera de beber, yo digo que tiene muchas razones para tratar de olvidar su pasado y su presente. Haber estado casada con los dos hombres que estuvo casada debe haber sido muy traumático y aterrador. Además, imagínense que la quiera entrevistar Caras, Quién o una de esas publicaciones de pura falsedad, y no tener nada de qué hablar o qué presumir. Y en cambio, su ex sí sale en un montón de revistas con su novia veintitantos años menor que él y vive feliz en su mansión en una exclusiva zona de Madrid.
Supongo que eso debe tenerla amargada y llorando su suerte. Pero ella ya sabía que la burbuja de cristal era temporal, y que el precio que tenía que pagar era muy alto.