Monja fingió su propia muerte para disfrutar del sexo
Una carta pone al descubierto el escándalo protagonizado por una monja inglesa y hace replantear la historia de la época
Así se puede resumir la historia de uno de los personajes históricos más misteriosos y, por lo tanto, interesantes de los últimos siglos: Juana de Leeds.
Una carta encontrada recientemente por historiadores de la Universidad de York muestra que, hace más de seis siglos, el arzobispo William Melton le pidió a la religiosa que regresara a su orden. La monja había fingido su propia muerte para huir del convento de St. Clement, en España y poder vivir, tal y como se dice, una vida de “lujuria carnal”.
El texto revela que Juana de Leeds, apoyada por cómplices, construyó una especie de muñeco para engañar a los demás. Tan astuta fue que incluso procuró su falso entierro en un espacio sagrado para los religiosos del lugar.
Según creen los investigadores, cuando se descubrió que la monja no estaba muerta, la noticia causó un gran revuelo. En la carta, que data del año 1318, el arzobispo le advierte a la joven que debe regresar y la califica de perversa por llevar a cabo su plan.
Juana de Leeds huyó a Beverley, a 30 millas del convento. Aunque se le exigió regresar, los investigadores desconocen si la religiosa cedió o bien decidió hacer caso omiso y seguir con su vida de “lujuria”.
Según apunta una de las investigadores, la profesora Sarah Rees Jones, es algo que será casi imposible de averiguar.