El grave daño que el polvo de tu casa le provoca a tu salud
El impacto en la salud del aire contaminado de las ciudades es un tema de investigación frecuente. ¿Pero cuánto sabemos sobre el polvo que ensucia el aire dentro de la casa?
Lo recoges con la aspiradora, lo barres y lo quitas de los muebles con un trapo. ¿Pero sabes qué es el polvo realmente y cómo puede afectar tu salud?
No te sientas mal si no tienes la menor idea acerca de tu polvo. Los científicos no han llegado mucho más lejos que tú cuando se trata de entender el origen y los riesgos para la salud del aire y las partículas en los espacios cerrados.
Y es un problema, ya que la gente pasa mucho tiempo en lugares cerrados.
Por esta razón resulta crucial entender mejor cómo los ambientes interiores afectan tu salud.
- Qué es el exposoma humano: el “aura viviente” individual que nos rodea (y qué dice de nuestra salud)
Para cuantificar mejor las influencias del medioambiente en la salud, varios investigadores comenzaron a usar el concepto de exposoma, que considera todos los elementos del ambiente a los que una persona estuvo expuesta a lo largo de su vida.
Tu propio exposoma incluye desde el humo de cigarrillo den un tercero que inhalaste cuando eras un bebé hasta la exposición al plomo en tu infancia, incluyendo la material particulado —una mezcla de partículas líquidas y sólidas, de sustancias orgánicas e inorgánicas, que se encuentran en suspensión en el aire—, si creciste cerca de un carretera importante o un centro industrial.
El polvo es un gran componente del exposoma. ¿Qué partículas estás inhalando e ingiriendo durante el día?
Yo soy geoquímico y mi laboratorio estudia la salud ambiental en el hogar.
Junto con el científico ambientalista Mark Taylor, de la Univesidad Macquarie (Australia), y otros socios internacionales, estoy liderando un proyecto de investigación sobre el exposoma en espacios cerrados.
En vez de tirar a la basura los residuos que recogen con la aspiradora, científicos ciudadanos los guardan en una bolsa que sellan y nos la envían a nuestro laboratorio para ser analizada.
El proyecto, llamado 360 Dust Analysis, es uno de una serie de esfuerzos recientes que están empezando a descifrar el código del polvo en espacios interiores.
El polvo que viene de adentro
Cerca de un tercio del polvo en el hogar se crea dentro de la propia casa. Los componentes dependen de la construcción y la edad de tu casa, el clima y los hábitos de limpieza del habitante y de si fuma o no. Por ello, no hay una fórmula estándar para el polvo.
Para empezar, tú y tu mascota generan parte de estos residuos. Las células cutáneas humanas desprendidas también lo componen. Lo mismo vale para las células de la piel de las mascotasy los ácaros del polvo que se alimentan de la piel, que son ambos fuertes alérgenos humanos.
Puedes estar seguro de que tu polvo incluye también algunos insectos descompuestos, restos de comida (sobretodo en la cocina) fibras de alfombra, ropa de cama y ropa, y material particulado del humo y la cocina.
Nosotros esperamos que el programa 360 Dust Analysis ayude a resolver algunas de las incógnitas en torno a qué más hay en el polvo.
Por el momento, todo es bastante asqueroso. La mezcla también contiene sustancias químicas producidas por el hombre.
Por décadas, fabricantes han tratado la ropa y los muebles con retardantes de llama (unos compuestos que inhiben la combustión de materiales orgánicos) y protectores. De hecho, durante un tiempo, fue obligatorio incluir esas sustancias en muebles y ropa de cama para niños.
Pero más tarde, investigadores comenzaron a encontrar estas sustancias químicas en sangre y tejidos humanos, e incluso recién nacidos mostraron evidencia de haber sido expuestos a estas sustancia en el útero.
¿Cómo acabaron estas moléculas en el cuerpo de la gente? En su mayoría por inhalación o ingesta de polvo en ambientes cerrados.
Resistencia
Esta es un área en la que las nuevas técnicas y ciencias están empezando a descubrir problemas que pueden ser serios para la salud.
Existe una serie de investigaciones en curso para determinar el potencial tóxico de estas sustancias químicas para el sistema humano.
Científicos también están desarrollando nuevas técnicas que implican el uso de dispositivos portátiles, como pulseras de silicona, para determinar la relación entre estas fuentes de polvo y cuánto acaba finalmente en el cuerpo de una persona.
Mantener un ambiente interior libre de mascotas y fibras es una forma de reducir la cantidad y la potencial toxicidad del polvo en lugares cerrados. Sin embargo, hay otra preocupación planteada por investigaciones recientes: el aumento a la resistencia antimicrobiana.
Investigaciones han vinculado varios productos desinfectantes para el hogar con la resistencia antimicrobiana.
Al menos un estudio descubrió que niveles elevados de triclosán, un agente antibacteriano común utilizado en jabones de mano, está vinculado a elevados niveles de genes resistentes a los antibióticos en el polvo, presumiblemente de la bacteria que vive en tu hogar y en tu polvo.
Esta relación se debe a la destrucción parcial repetida (no completa) de las bacterias y otros microbios que crecen y proliferan, y que tienen genes resistentes.
El polvo que viene de afuera
Para hacerte una idea cabal de las fuentes y los peligros del polvo, tienes que considerar los otros dos tercios del polvo en espacios interiores, que de hecho vienen de afuera.
Esta suciedad y polvo está en los zapatos, y en los pies y el pelaje de las mascotas. Llega por las ventanas y puertas abiertas, y por los conductos de ventilación. Y varía en tamaño y composición, desde limo arenoso hasta polen irritante y las partículas más finas del suelo.
Uno de los problemas de salud más comunes relacionado con elementos presentes en espacios exteriores está causado por el plomo. Esta potente neurotoxina se ha acumulado a niveles extremadamente altos en suelos y polvo después de un siglo de emisiones de fuentes industriales, vehículos que queman gasolina con plomo y pinturas degradadas que contienen plomo.
El peligro es particularmente alto en las ciudades y cerca de minas u otros sitios industriales (donde hay plomo).
Los suelos contaminados con plomo y el polvo que generan están estrechamente ligados al envenenamiento por plomo en niños.
Debido a su desarrollo neuronal activo, el plomo puede dejar permanentemente discapacitados a los niños expuestos.
Para evitar el envenenamiento por plomo, científicos se han centrado en lo que llaman puntos de origen: cosas relativamente fáciles de identificar como pintura que se está descascarando y cañerías de agua de plomo.
La exposición al suelo y el polvo (contaminados) son puntos menos conocidos.
Investigadores han encontrado recientemente correlaciones entre el plomo en el aire y los niveles de plomo en sangre en niños.
Ahora, varios laboratorios están examinando no solo la exposición en lugares abiertos sino también cómo el plomo puede entrar a las casas y convertirse en parte del exposoma del hogar.
Limita lo que puedas
Al igual que el freón (un derivado del metano) en refrigerantes y otros productos causaron la degradación de la capa de ozono estratosférica protectora de la Tierra, y el bisfenol A, un plastificante utilizado en botellas y otros productos de consumo terminó en el cuerpo de la gente, existe preocupación entre los científicos de que “una mejor vida a través de la química” pueda dar lugar a una serie de consecuencias no deseadas para la salud humana en el ámbito del polvo.
Quitarse afuera la ropa de exteriores como las chaquetas y adoptar una política de no usar zapatos en la casa es una manera de reducir la exposición a los contaminantes del exterior.
La suela de los zapatos es asquerosa: el 96% de los zapatos tiene trazos de bacteria fecal en la suela, incluyendo la bacteria resistente a los antibióticos llamada Clostridium difficile, y más del 90% de estas bacterias se transfieren al suelo.
Si a eso le agregas las toxinas causantes de cáncer que provienen de los residuos del asfalto y las sustancias químicas del césped que interfieren con el sistema endocrino, la recomendación es aún más evidente: no uses los zapatos que usas afuera en la casa.
*Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Gabriel Filippelli es profesor de ciencias de la tierra y director del Centro para la Salud Urbana, IUPUI.
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