VIDEO: Hallan “congelado en el tiempo” un barco maldito cuya tripulación murió de forma aterradora
Los restos de los buques HMS Erebus y Terror fueron descubiertos en 2014 y 2016, arrojando nueva luz sobre el destino de su expedición final
Una expedición británica partió hace un siglo y medio a bordo de un buque de guerra bautizado como HMS Terror en busca de un pasaje desconocido junto al Polo Norte. Todos sus tripulantes fallecieron en este viaje maldito, rodeado de leyendas escalofriantes de canibalismo y desiertos de hielo.
Los restos de aquel barco han sido hallados, sin embargo, y por primera vez se han podido observar fotografías “congeladas en el tiempo” de aquella pesadilla.
Al frente de esa expedición desaparecida estaba el capitán John Franklin, que partió de Inglaterra en junio de 1845 con dos barcos, el HMS Terror y HSM Erebus, y comida suficiente para tres años.
Como anécdota, indicar que Erebus era el dios griego de la oscuridad y las tinieblas; y HSM son las siglas en inglés de Barco de Su Majestad, en honor a la reina de Inglaterra).
A bordo iban 129 hombres. Ninguno sobrevivió.
Buscaban una posible ruta que permitiera navegar desde Inglaterra hasta el océano Pacífico atravesando el océano Ártico por encima de Canadá, un camino que había explorado anteriormente (su importancia comercial era capital) pero que no llegó a completarse por mar hasta medio siglo después, cuando lo logró el noruego Roald Amundsen.
La expedición británica jamás regresó. Se enviaron otros buques en su busca, y así se hallaron desperdigados por el territorio ártico restos de aquel viaje maldito, incluidas notas manuscritas que indicaban que los barcos habían quedado atrapados en el hielo, condenando a sus tripulantes a una muerte atroz.
Los buques quedaron varados en septiembre de 1846 en el estrecho de Victoria, varias millas al noroeste de la isla de King William. La tripulación se quedó a bordo hasta abril de 1848, alimentándose de comida enlatada. El hambre, el escorbuto y la intoxicación por plomo acabaron con muchos de ellos, incluido su comandante.
En abril de 1848, los 105 hombres que quedaban con vida decidieron dirigirse hacia el sur a pie.
Los primeros restos, esqueletos helados, fueron hallados en 1859 en un bote salvavidas en la orilla de la isla de King William. Desde entonces se han seguido recuperando cuerpos y objetos de la expedición en esa área; uno de estos hallazgos, en 1992, permitió confirmar los rumores de que los hombres fueron muriendo mientras caminaban, y algunos fueron devorados por sus compañeros.
El HSM Erebus fue descubierto en 2014, gravemente dañado, a 36 pies de profundidad al sur de la isla de King William.
En septiembre de 2016, un cazador inuit mencionó que, años antes, había descubierto un palo de madera emergiendo del hielo en una zona cercana. Tomó una fotografía pero luego perdió la cámara; cuando pudo regresar, el palo ya no estaba, así que decidió no decir nada.
Fue allí donde se descubrió al buque desaparecido, a 80 pies de profundidad, perfectamente conservado bajo el agua helada, “básicamente congelado en el tiempo”, según el Gobierno canadiense.
El barco fue sellado por sus tripulantes para sobrevivir al invierno, y esa protección, junto a los sedimentos acumulados, ha permitido ahora rescatarlo con su interior prácticamente intacto: botellas, platos, vasos y camastros, pero también instrumentos científicos, gabinetes de mapas y cajones protegidos que podrían contener documentos escritos aclarando lo ocurrido.
Sólo permanece un espacio sin explorar: el dormitorio del capitán, cuya puerta está cerrada con llave.