Cómo sanar una uña encarnada
Este molesto problema puede complicarse en algo mayor que podría poner en riesgo tu salud
Una uña encarnada, llamada médicamente onicocriptosis o unguis incarnatus, es una afección dolorosa del dedo del pie. Ocurre cuando una de las puntas o de los bordes afilados de la uña se clava en la piel al final o al costado del dedo del pie.
Las uñas encarnadas son frecuentes en adultos y adolescentes, pero menos comunes en niños y bebés. También son más comunes en hombres que en mujeres, principalmente en jóvenes de entre 20 y 30 años.
Cualquier uña puede encarnarse, pero la condición generalmente se encuentra en el dedo gordo del pie.
¿Qué pasa si se deja una uña encarnada sin tratar? ¿Se puede curar? Si no se trata, una uña encarnada puede progresar a una infección o incluso a un absceso que podría requerir tratamiento quirúrgico. La consulta a un podólogo (pedicuro) o a un traumatólogo es necesaria para recibir un diagnóstico y un tratamiento adecuado a tiempo.
¿Cuáles son las causas comunes una uña encarnada?
- Los zapatos ajustados o los tacones altos hacen que los dedos de los pies se compriman y presionen para que la uña crezca de manera anormal.
- El corte inadecuado de las uñas de los pies puede hacer que las esquinas de la uña se claven en la piel. Las uñas deben estar rectas, no redondeadas.
- Los trastornos como las infecciones fúngicas (hongos) de la uña pueden hacer que se desarrolle una uña engrosada o ensanchada.
- Traumatismos. Ya sea una lesión aguda cerca de la uña o cualquier golpe que haga que la uña se dañe repetidamente (como jugar fútbol) también puede causar una uña encarnada.
- Herencia. Algunas familias tienen tendencia a desarrollar onicocriptosis porque sus uñas son más redondeadas que otras o el hueso subyacente puede estar más “hacia arriba”, lo que aumenta la posibilidad de desarrollar uñas encarnadas.
¿Cuáles son los síntomas y signos de las uñas encarnadas?
Una uña encarnada es un trastorno común que afecta con mayor frecuencia los bordes exteriores de la uña del dedo gordo (hallux) con mayor frecuencia. Sin embargo, la uña de cualquier dedo del pie puede encarnarse. Los signos y síntomas más comunes son dolor, enrojecimiento e hinchazón en los márgenes de una uña del pie.
- Enrojecimiento. Al principio, en el curso de una uña encarnada, el extremo del dedo del pie se enrojece y duele con una leve hinchazón. No hay pus ni drenaje. Puede sentir calor al tacto, pero no tendrá fiebre.
- Panadizo. Más tarde, crecerá más piel y tejido alrededor de la punta afilada de la uña. Puede aparecer pus amarillenta. Esta es la respuesta del cuerpo al roce de una uña que irrita la piel y no es necesariamente una infección. Se lo conoce como “panadizo” o paroniquia.
- Infección. A veces se desarrolla una infección (cuando la pus se pone verde). En este caso, la hinchazón empeorará y puede haber drenaje (pus) de color blanco o amarillo del área. Un área de la piel de color más claro puede estar rodeada de piel roja. Se puede desarrollar fiebre, aunque esto es inusual.
Cuándo ir al consultorio del podólogo
“En general, la uña encarnada suele tener un origen más complejo que el que se atribuye normalmente, que lo relaciona simplemente con un mal corte de uñas”, señala la podóloga María Elisa Guerrero (MN 3348), exjefe de trabajos prácticos de Onicología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. La experta explica que si bien en la mayoría de los casos si bien el mal corte de uñas termina provocando una onicocriptosis, este mal corte de uñas se realiza por dos causas:
1. La estética.
2. La presencia de onicofosis, que técnicamente son bandas queratínicas adheridas a la pared del surco de la uña que generan dolor y que suele confundirse con la conocida uña encarnada. A veces también puede ser provocado por un heloma o comúnmente denominado callo.
En todos los casos el tratamiento es podológico, ya que no solo realiza la extracción de la porción de uña encarnada sino que se ocupa del tratamiento de rehabilitación que es la parte más importante para controlar el problema y no llegar a la extirpación quirúrgica de la uña.
“Yo no recomiendo bajo ningún concepto que al paciente se le saque la uña, ya que luego de la práctica realizada por el profesional médico, puede ocurrir que la uña no vuelva a crecer porque no quedaron células en la matriz o que sí vuelva a crecer y en ese caso el paciente puede tener complicaciones aún mayores, porque en estos casos hay que evaluar que porción crece, como crece y qué se puede rehabilitar de la cirugía”, expresa Guerrero.
¿Cuándo hay que buscar atención médica para una uña encarnada?
En general la uña encarnada puede tratarla un podólogo matriculado para regular su crecimiento, pero siempre que haya una infección u otras condiciones de salud que pudieran complicar el cuadro se debe buscar atención médica. De acuerdo a doctor Alejandro Druetto (MN 99324), especialista en ortopedia y traumatología, incluso si la uña encarnada solo se inflama sin infección, conviene acudir a la consulta con el médico si tiene algunas de las siguientes condiciones:
- Si pasaron más de cinco años desde la última vacuna de refuerzo contra el tétanos
- Si no hay mejoría después de tres días de cuidados caseros.
- Si tiene diabetes, mala circulación, VIH Sida, si está recibiendo quimioterapia o si tiene alguna condición médica que lo coloque en mayor riesgo de infección o cicatrización lenta.
La mayoría de las uñas encarnadas se pueden manejar en el consultorio del médico, incluso del podólogo. Sin embargo, es preciso ir a una emergencia médica si se presentan estas circunstancias:
- Si tiene diabetes o tiene un mayor riesgo de infección y su médico habitual no está disponible (incluso si el dedo aún no está infectado)
- Si tiene diabetes o tiene un mayor riesgo de infección y tiene fiebre o signos de infección en el dedo del pie (las infecciones bacterianas y fúngicas son más comunes en personas inmunocomprometidas).
Cómo aliviar el dolor de las uñas encarnadas
Cuando empieza el dolor en la uña, pueden tomarse algunas medidas caseras que ayuden a reducir la inflamación. Lo que no se debe hacer por cuenta propia es jamás cortar las uñas o escarbar con algún elemento para intentar remover la parte clavada dentro de la piel.
- Remoje el pie en agua tibia cuatro veces al día. No hay necesidad de agregar jabón, sales de Epsom ni agentes antibacterianos al agua.
- Lave el pie, incluida la zona afectada, dos veces al día con agua jabonosa. Mantenga el pie limpio y seco durante el resto del día.
- No use tacones altos o zapatos ajustados. Considere usar sandalias, si es posible, hasta que la condición desaparezca.
- Puede tomar un analgésico de venta libre, como paracetamol o ibuprofeno, en las dosis indicadas en el envase.
- Si no mejora en tres días, llame a un médico.