Después del Black Friday llega Shop Small: las compras por (y para) la comunidad

En los últimos nueve años el gasto de los consumidores en negocios pequeños locales ha sido de más de $100,000 millones, casi el 67% se queda y es riqueza para los vecindarios donde están

Sandra Alfonzo es la dueña de Behind Bars en Brooklyn y la organización caritativa Adptability con la dona bicicletas adptadas a niños con discapacidades./A. B. N.

Sandra Alfonzo es la dueña de Behind Bars en Brooklyn y la organización caritativa Adptability con la dona bicicletas adptadas a niños con discapacidades./A. B. N.  Crédito: El Diario

Este año Sandra Alfonzo ha hecho dos cosas que no había hecho antes. Preparar una cena de Acción de Gracias en Nueva York y abrir su tienda de accesorios y reparación de bicicletas, Behind Bars, en la Quinta Avenida en Brooklyn, en estos días de fuertes compras.

Esta puertorriqueña explica que para ella el invierno es la estación de menos actividad porque su negocio es estacional y la gente monta menos en bicicleta en los meses del frío por lo que siempre aprovecha las fechas para visitar a su familia en la isla. Pero este año va abrir su tienda y participar activamente en el Sábado de Pequeños Negocios. Alfonzo ya ha promovido durante otros años la campaña de Small Business Saturday, Shop Small, que patrocina American Express. Este año se va a unir con descuentos que pueden llegar a ser del 30%.

Alfonzo cree que animar el sábado a la compra en los pequeños negocios locales es importante. “Se hace comunidad cuando se va de una tienda a otra en el mismo barrio”, asegura. “Acaba de abrir un negocio cerca que vende chocolates y creo que les irá bien, el tráfico de gente nos va a beneficiar a todos”.

Los datos que maneja Amex así lo avalan. Las cifras de esta financiera apuntan a que dos tercios de cada dólar ($0.67) gastado en un pequeño negocio local se queda en la comunidad por lo que el gasto de los consumidores en ellos pueden ser significativos para el desarrollo de ésta. Cuanto mejor les vaya a los negocios locales, más gastan sus empleados y estos en mantener las compras y los servicios en el área.

La iniciativa de Amex se creó hace diez años para ayudar a superar la crisis a las empresas más vulnerables. Ahora está dando protagonismo a pequeñas empresas que tienen muchos vientos contra los que navegar el día a día, y en especial en Nueva York. Compiten contra grandes superficies y centros comerciales que tienen un fuerte poder de compra, con lo que obtienen buenos precios para sus inventarios y pueden hacer atractivas rebajas para ganar consumidores.

Y sobre todo compiten con la conveniencia del comercio electrónico. La consultora PricewaterhouseCoopers ha anticipado que este año, por primera vez, la mayoría de los consumidores de EEUU, el 54%, harán sus compras en este periodo de fiestas en las tiendas en la Red.

El problema de las rentas altas

Por último, estas empresas generadoras de empleo hacen frente a unos costos operativos muy elevados con la subida continuada durante años de las rentas comerciales y los pagos de los impuestos de propiedad que muchos dueños de locales trasladan a sus inquilinos.

Alfonzo explica que de las conversaciones que tiene con otros comerciantes, el problema de las altas rentas es el más importante de todos junto con el de los impuestos. Mark Caserta, director ejecutivo de Park Slope Fifth Avenue BID, explica a El Diario que los impuestos y las regulaciones además de la renta son un peso que estos comerciantes arrastran.

Uno de los efectos de estas presiones son los locales vacíos. “Tenemos más que otros años”, admite Caserta, quien dice tener evidencias de que las rentas están empezando a caer. El Real State Board of NY (REBNY), que aúna a la industria de bienes raíces, dijo ayer en un comunicado que lo que se está pidiendo por los alquileres ha estado cayendo entre un 8% y un 12% en el último año en 11 de los 17 corredores comerciales de Manhattan. Entre ellos están SoHo, Columbus Avenue, y el sur de la Quinta Avenida.

Shop Small se creó tras la Gran Recesión, en 2010, para animar el consumo en pequeños negocios./Cortesía American Express

Los altos precios de los alquileres comerciales en una época de márgenes sobre ventas ajustados en los pequeños negocios han dejado muchas calles y bloques de la ciudad con tiendas cerradas durante meses que en muchos casos se han convertido en años. Según un reciente informe del contralor de la ciudad, Scott Stringer, cuando a eso se le añade la competencia del comercio electrónico el paisaje que se queda en muchas zonas de la ciudad es de desolación. Si en 2007 había 5.6 millones de pies cuadrados vacíos, diez años más tarde esta llegaba a los 11.8 millones de pies cuadrados.

Hay varios proyectos legislativos en el Concejo de la ciudad que tratan de atajar el peso que las rentas suponen sobre los negocios. La última en proponerse por parte del concejal Stephen Levin abre la posibilidad de un control de rentas comerciales, muy similar a las residenciales, con un consejo de estabilización de renta para locales de determinados pies cuadrados (10,000 en el caso de oficinas y locales de ventas).

Es un proyecto al que está totalmente opuesto REBNY, como también lo está la Ley de Supervivencia de Empleos para Pequeñas Empresas que aboga por el arbitraje a la hora de negociar precios de renovación de renta. Esta propuesta tuvo su audiencia después de muchos años de estar en la agenda del Concejo pero aún no ha prosperado.

Alfonzo dice que le gustaría que la ciudad ayudara a los negocios a permanecer abiertos. “No hay nada más bonito que caminar en un vecindario y sentirse seguro porque nos conocemos los unos a los otros y nos apoyamos”.

Esta empresaria cuenta que a diferencia de lo que ocurre en los grandes centros comerciales, los empresarios locales conocen a sus vecinos y acomodan a los clientes. “A mí me dicen que no pueden venir a recoger algo y yo les espero antes de cerrar”, cuenta. “La gente viene aquí por un servicio único que no van a encontrar en un centro comercial”, explica esta empresaria.

Para la dueña de esta tienda de repuestos, accesorios y reparación de bicicletas merece la pena el descuento porque es una manera de agradecer a sus clientes que vienen regularmente. “He conocido a gente asombrosa en mi tienda”, dice con entusiasmo.

El objetivo de dar relevancia a los comerciantes de cada comunidad se va haciendo realidad.

El informe anual que elabora Amex explica que el 75% de los consumidores se interesan más por comprar y hacer uso de servicios de negocios pequeños e independientes una vez que entienden el impacto positivo en su vecindario. “En los últimos nueve años los consumidores han gastado más de $100,000 millones en el sábado en el que se promociona el Shop Small. Basada en esa cifra y dado que dos tercios de cada dólar se quedan en la comunidad en la que se asienta el negocio, “se estima que unos $67,000 millones se han quedado en los vecindarios ayudándoles a prosperar”.

Los comerciantes y los corredores comerciales han preparado actividades en las calles, están haciendo promociones vía medios sociales y descuentos para animar el consumo de sus vecinos y visitantes. Caserta dice que en la Quinta Avenida de Brooklyn se iluminará el árbol de Navidad a las 6.00 PM y el propio Santa llegará en un carro antigüo para hacer los honores.

La puertorriqueña Sandra Alfonzo muestra una de las bicicletas para niños con necesidades especiales que dona su organización, AdaptAbility./A B. N.

Un regalo como hay pocos

Sandra Alfonzo se ha hecho experta en regalos. Están hechos con donaciones y en ellos esta boricua pone todo su empeño. Los regalos se entregan cuando están listos, se trata de bicicletas para niños con discapacidades.
Esta mujer se estaba preparando para una maratón en Prospect Park cuando vio a un niño en una silla de ruedas que movía un adulto. A su lado pasó otro niño en bicicleta con una cara que reflejaba lo que lo disfrutaba. “No puedo explicar cómo se reflejó en los ojos de ese niño en la silla de ruedas la tristeza pero también la alegría que le dio ver al otro”, cuenta. “No me esperaba ver esa imagen y aún me emociona”.
Tanto la impresionó que decidió hacer de ello campaña. Creó AdaptAbility, una organización sin ánimo de lucro para financiar bicicletas a medida para niños con necesidades especiales y personales. Estas bicicletas se hacen teniendo en cuenta lo que necesita su usuario y las fabrica una empresa canadiense llamada Freedom Concept.
Son caras, por eso muchos de los padres con niños con discapacitados no pueden hacer frente al costo. Estamos hablando de cantidades que superan los $4,000 dólares por bicicleta. Alfonzo empezó a financiar su compra con 25 centavos de donación por arreglar cada rueda de bicicleta pinchada de sus clientes. Era una propuesta de partida que se ha complementado con otras donaciones. Alfonzo dice que las donaciones de 25 centavos son complicadas de gestionar y que cuando se lo cuenta a sus clientes estos no se conforman con dar esa pequeña cantidad sino que sacan los billetes.
En los seis años que lleva funcionando AdaptAbility se han entregado 15 bicicletas en todos los condados de la ciudad salvo Staten Island, Nueva Jersey, Connecticut y Florida. Y hay más en la tienda que pronto se hará llegar a su dueño, una de ellas está en la caja porque se llevará a California. Alfonzo tiene una lista de personas a las que le gustaría tener esta bicicleta y trabaja sobre ella por que cada una es distinta, dependiendo de las necesidades del usuario.
Cada vez que entrega una de estas bicis especiales se hace una fiesta y Alfonzo muestra feliz las fotos de niños que por fin sienten lo que es tener pedales en sus pies. Es un momento emocionante al que quiere dedicarse más en el futuro.

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