La Víbora: ¿De verdad es necesario que Salma Hayek enseñe tanto?
A nuestra serpiente no le gustó el vestido que lució la actriz mexicana en los Golden Globes
Lo puedo entender de Ninel Conde, de Maribel Guardia, de Paty Navidad, de Aracely Arámbula, ¿pero de Salma Hayek? ¿Por qué tenía que ponerse unos implantes de senos tan, pero tan grandes?
Cuando digo que lo puedo entender de todas las demás es porque las pobrecitas no tienen más alternativa que vivir de su cuerpo. Ustedes saben, son tan pero tan malas como actrices o como cantantes que tienen que distraernos de alguna manera para que no nos demos cuenta de sus carencias de talento.
Además, yo me he dado cuenta de una terrible y triste realidad: mientras más grande es el tamaño de los implantes, más pequeño es el espacio que tienen para el cerebro; como que hay una reacción adversa cada vez que alguien se injerta algo en el cuerpo, ¿se han fijado? Quisiera pensar que no es el caso de Salma.
Les hago el comentario porque el domingo que se entregaron los Globos de Oro la actriz veracruzana rompió plaza con el escotazo que lució. Los viejos libidinosos y calenturientos estaban felices de la vida con los tremendos y frondosos atributos de Salma. Con decirles que leí un meme que decía que los verdaderos “globos de oro” fueron los de Salma. Y así hubo muchos más sobre la actriz mexicana.
Lo que yo me pregunto es, ¿cuál de las actrices súper famosas y respetadas de Hollywood tiene algo tan voluptuoso como lo de Salma? No puedo pensar en una siquiera. Todas las que se me vienen a la mente son mujeres que no están operadas o “arregladas”, como dicen mis amigos mexicanos. Más bien son chicas con cuerpos escuálidos y sin mucho chiste, pero eso sí, con mucho estilo.
Por otra parte, Salma es millonaria, puede darse el lujo de trabajar o no, ya lo que hizo en Hollywood ya lo hizo, de ahí no pasará. Entonces, ¿por qué aferrarse a lucir como mujer de la vida alegre si no puede ocultar su cara de señora de Beverly Hills? Eso que lo deje para Ninel, para Aracely Arámbula o para Maribel Guardia. Ellas, o enseñan o no ganan. Pero Salma no tiene necesidad, y además me preocupa cada vez que viste así porque se me figura que va a reventar la blusa o el vestido que trae puesto.
Alguien me dijo que en lugar de viborearla debería aplaudirle, pero no me parece ni me da la gana. A estas alturas Salma ya debería saber que las que enseñan de más sufren del síndrome que les dije, y si a ella le gusta estar en esa categoría pues no hay nada que yo pueda hacer. ¡Hasta la próxima!