El aceite para freír más usado en Estados Unidos podría causar cambios genéticos en el cerebro
Los hallazgos solo se aplican al aceite de soya, no a otros productos de soya ni a otros aceites vegetales
El aceite de soja podría no ser del todo saludable, estudios recientes refieren que el consumo de dicho aceite ya sea modificado o no modificado, puede causar alteraciones en el cerebro.
Entre las afecciones neurológicas con las que se relacionó el consumo de aceite están el autismo, Alzheimer, ansiedad y depresión, de acuerdo a la investigación realizada por la Universidad de California, Riverside, en Estados Unidos.
El aceite comestible de soya utilizado para freír comidas rápidas, agregado a alimentos envasados y alimentado al ganado, es el más producido y consumido de acuerdo al Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA).
Afecta la hormona del amor
En las pruebas realizadas en ratones alimentados con aceite soja, se encontró que sus genes no funcionaban correctamente. Uno de estos genes produce la oxitocina, también llamada “hormona del amor”, cuyos niveles disminuyeron.
“El hipotálamo regula el peso corporal a través de su metabolismo, mantiene la temperatura corporal, es fundamental para la reproducción y el crecimiento físico, así como su respuesta al estrés“, dijo Margarita Curras-Collazo, profesora asociada de neurociencia de la UCR y autora principal del estudio.
Otros 100 genes además del que produce la oxitocina también fueron afectados por la dieta del aceite de soya.
Se pueden desencadenar enfermedades como el autismo o la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no hay pruebas de que el aceite cause estas enfermedades en humanos.
Los investigadores trabajarán en identificar los compuestos en el aceite de soyas responsables de los efectos negativos, de los cuales ya se descartaron algunos como el ácido linoleico y el estigmasterol.
Tofu y leche de soya no tienen los mismos efectos que el aceite
Los hallazgos solo se aplican al aceite de soya, no a otros productos de soya, ni a otros aceites vegetales.
“Muchos productos de soya solo contienen pequeñas cantidades de aceite y grandes cantidades de compuestos saludables como ácidos grasos esenciales y proteínas”, asegura Frances Sladek, toxicóloga de la UCR y profesora de biología celular.
Por lo que tofu, leche de soja, edamame o salsa de soya no tendrían los mismos efectos que el aceite.
Aceite de soya no es el mejor para cocinar
La investigación promueve diseñar aceites dietéticos más saludables en el futuro. Frances Sladek aclara que no todas las grasas saturadas son malas, ni todas las grasas no saturadas son buenas.
El aceite de coco, que contiene grasas saturadas, produjo muy pocos cambios en los genes hipotalámicos.
Anteriormente al aceite de soja se le había relacionado en 2015 con la obesidad y la diabetes, aunque de estudio de 2017, halló que si el aceite de soya está diseñado para ser bajo en ácido linoleico, induce menos obesidad y resistencia a la insulina.
Los hallazgos no tienen la finalidad de causar pánico en los consumidores, ya que los estudios en ratones no siempre se traducen en los mismos resultados en humanos.
Aceites saludables
Uno de los aceites para cocinar más saludables es el aceite de aguacate. El punto de humeo del aceite de aguacate (520°F) es mucho mayor que el del de oliva (extra virgen 320°F), y a diferencia de éste puede ser usado para freír sin que pierda sus propiedades.
Se caracteriza por contener una baja proporción de ácidos grasos saturados, y una mayor cantidad de grasas saludables, incluso comparado con el aceite de oliva.
El ácido oleico llega alcanzar hasta un 80 por ciento del total de los ácidos grasos en el aceite de aguacate. Con esta grasa monoinsaturada aumentan los niveles en sangre del “buen colesterol” (HDL-colesterol).
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