Los cientos de asesinatos que se le atribuyen a “Popeye”, el exjefe de los sicarios de Pablo Escobar que murió
Jhon Jairo Velásquez se encontraba hospitalizado desde el 31 de diciembre de 2019 por un cáncer terminal al esófago
Uno de los sicarios más famosos de Pablo Escobar falleció en la madrugada de este 6 de febrero a causa de un cáncer terminal al esófago.
Jhon Jairo Velásquez, más conocido como “Popeye”, se encontraba hospitalizado desde el 31 de diciembre de 2019, según informó el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario de Colombia (INPEC).
El hombre fue capturado el 25 de mayo de 2018 y desde entonces cumplía condena por los delitos de extorsión y concierto para delinquir. La Fiscalía de Colombia lo vinculó con grupos de extorsión en la ciudad de Medellín.
https://twitter.com/INPEC_Colombia/status/1225385415181467648
Antes ya había pasado más de 23 años preso por su rol en el Cartel de Medellín, por el que se le atribuyen decenas de asesinatos (algunos medios señalan que hasta 300).
Una vez liberado, Popeye se convirtió en un activo usuario de redes sociales como Twitter y YouTube.
Previo a ser capturado nuevamente, hizo campaña a favor del actual presidente de Colombia, Iván Duque, y fustigó al postulante izquierdista Gustavo Petro.
De la Armada a La Catedral
John Jairo Vásquez Velásquez nació en 1962 en un pequeño pueblo de Antioquia, Yarumal, como el cuarto hijo de un matrimonio de clase media.
Le decían “Popeye” por su mentón pronunciado, el cual se operó entre otras cirugías que al final ya eran evidentes.
Estuvo en la Armada y en la Policía hasta que un día fue a la hacienda Nápoles, la finca de Escobar.
En 2009, le dijo a la revista Don Juan: “Un día un ingeniero amigo me dijo que lo acompañara a una finca donde debía realizar un trabajo. Fuimos a la hacienda Nápoles y vi armas, mujeres bellas y animales exóticos y pensé: ‘esto es lo mío'”.
“Vi a ese señor (Pablo Escobar) y sinceramente vi a Dios. Desde ese momento hice todo lo que estuvo a mi alcance por estar cerca de él. Luego me convertí en conductor de su organización y después integré la banda de sicarios que trabajaba para el Cartel”.
Según declaraciones de miembros de la policía, Popeye era uno de los sicarios más difíciles de capturar.
Nunca lograron dar con él, pero entró a la cárcel en 1991 cuando Escobar negoció su entrega con el gobierno a cambio de una prisión hecha a su medida, conocida como La catedral.
Un año después, Popeye y Escobar se fugaron.
Testigo preferencial
Durante los últimos años, su historia fue contada en decenas de series, libros y perfiles periodísticos que usaban sus recuerdos para construir el personaje.
La confesión de sus crímenes ante la justicia colombiana le valió reducciones de penas, porque entre ellas se encontraban cruciales asesinatos como el del candidato presidencial Luis Carlos Galán, el periodista Guillermo Cano y la voladura de un avión de Avianca en 1989 que dejó 110 muertos.
Esa condición de testigo preferencial le redujo condenas, pero lo obligó a estar aislado durante años y le costó decenas de torturas y atentados de muerte.
Solía contar que el crimen que más le costó realizar fue el de Wendy Chavarriaga Gil, una amante de Escobar de la que él se había enamorado. Pero, al parecer, era informante de las autoridades.
Cómo se convirtió en celebridad
Popeye se convirtió en una celebridad cuando, entre 2010 y 2012, aparecieron series y libros que popularizaron la historia de Escobar.
Sebastián Marroquín, el hijo más famoso de Escobar, suele argumentar que Popeye era un “sicario más” que vive de “mentiras” para realzar su figura.
En la serie “El patrón del mal”, de 2012, Popeye es representado por un sangriento personaje llamado “El marino”. Vásquez dolía decir que la producción se quedaba corta en cuanto a su maldad real.
El periodista Rafael Poveda le hizo una serie de entrevistas, “Las confesiones de Popeye”, que hoy cuentan con cientos de miles de reproducciones en YouTube.
En 2014, Popeye salió de la cárcel y se dedicó a comentar noticias y aprovechar su habilidad para contar historias en las redes sociales.
Su canal de YouTube, Popeye Arrepentido, se hizo viral y en él manifestó su apoyo al expresidente Álvaro Uribe y su crítica a Gustavo Petro, la cual le valió denuncias penales que casi lo devuelven a la cárcel.
Popeye escribió tres libros y un guion para una serie que no se ha estrenado.
Análisis de Daniel Pardo, corresponsal de BBC Mundo en Colombia
Quizá nadie aprovechó tanto como Popeye la demanda de las audiencias por historias de narcotraficantes.
En el 2010, Popeye no era un personaje recordado a nivel nacional hasta que aparecieron las series y libros que volvieron a realzar su figura.
El sicario usó esa plataforma, el perdón de algunas de sus víctimas y su capacidad retórica para convertirse en un prominente comentarista de la realidad nacional.
Sus opiniones conectaron con la de algunos colombianos críticos del proceso de paz que ven en el uso de la fuerza la única manera de resolver los problemas del país.
La veracidad de sus relatos ha sido cuestionada por algunos periodistas y la familia misma de Escobar, pero lo cierto es que Popeye murió sin que algunos de sus delitos más graves fueran del todo esclarecidos.
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https://www.youtube.com/watch?v=ZxEkMGziyDU