El príncipe Harry lucha por no quedarse calvo como su hermano William
Tras casarse con Meghan Markle, el duque de Sussex comenzó a perder cabello con mucha más velocidad
Parece que Meghan Markle no solo ha aportado su pasión por la vida sana y el ejercicio físico, tan habituales en una chica californiana como ella, a su convivencia con el príncipe Harry, sino que también ha puesto al corriente a su marido de los tratamientos estéticos que triunfan entre sus antiguos compañeros de profesión.
Según afirma ahora el periódico The Sun, el nieto de Isabel II se habría animado a visitar el año pasado el centro Philip Kingsley Trichological, una exclusiva clínica capilar situada en el barrio londinense de Mayfair, para someterse a un tratamiento contra la calvicie. La propia duquesa de Sussex habría recurrido a esos mismos especialistas para lucir el mejor aspecto posible antes de su boda de 2018.
La presencia de Harry en las instalaciones no habría pasado precisamente desapercibida, pero soportar ese revuelo habría merecido la pena, ya que la mejora en la densidad de su cabello, en especial a la altura de la coronilla, resultaría más que evidente.
La velocidad con que el royal de 35 años estaba perdiendo pelo se multiplicó tras su enlace, algo que estaría directamente relacionado con el estrés al que habría vivido sometida la pareja por el escrutinio mediático que finalmente les ha llevado a abandonar Reino Unido y sus funciones como miembros de la familia real británica para instalarse en Canadá.
Sin embargo, todo apunta a que él se resiste a seguir el mismo camino que su hermano mayor William, que hace ya años que se rapó la cabeza tras aceptar que se había quedado calvo, o su padre el príncipe Charles.