El niño prodigio que migró de la Unión Soviética a EEUU y creó una empresa multimillonaria
"Nos instalamos en un barrio bastante duro de Brooklyn"
Cuando Rob Bernshteyn y su familia finalmente lograron salir de la Unión Soviética, se encontraron con una situación aún peor en Estados Unidos.
“Nos instalamos en un barrio bastante duro de Brooklyn”, dice Bernshteyn recordando su desde Leningrado (hoy San Petersburgo) en 1980, con apenas seis años.
“No querías caminar por la noche. Quiero decir, era un barrio duro, muy duro. Nueva York era un lugar diferente en aquel entonces”.
En el departamento en el que vivía con su familia había cucarachas.
“Recuerdo su tamaño, cuatro centímetros, y cómo caminaban por el piso. Las calles estaban llenas de grafiti y en sonido de las sirenas de ambulancias y la policía era constante. Era todo aterrador”, cuenta quien es hoy un empresario de éxito, el director ejecutivo de la compañía de software Coupa.
Como era una familia judía, sus padres deseaban alejarse del antisemitismo que enfrentaban en la Unión Soviética y de paso aprovechar la oportunidad económica que representaba Estados Unidos.
Entonces, arriesgándose a enfrentar la ira de las autoridades soviéticas, su padre y su madre, ambos ingenieros, solicitaron emigrar.
“Les tomó cuatro años obtener la aprobación”, dice Bernshteyn.
“El riesgo de presentar una solicitud para emigrar era real, porque si la rechazaban, te convertías en un refuseniky, a menudo, esas personas perdían sus trabajos. Muchos terminaron en la calle y algunos fueron enviados a Siberia.
“Pero afortunadamente quedamos en la lista de los autorizados a salir y en EE.UU. nos ayudó una agencia judía”.
Su familia llegó a EE.UU. con solo US$1.000 y dos maletas, y dice que recuerda a su padre llevándolo a “bucear en el basurero” para tratar de encontrar muebles desechados que pudiera arreglar y poner en su pequeño apartamento.
“Golpes en la escuela“
Afortunadamente sus padres encontraron trabajo pronto; su padre en el gigante de ingeniería Honeywell y su madre en el Departamento de Protección Ambiental de Nueva York.
Peor suerte tuvo Bernshteyn en el colegio.
“Era una escuela realmente difícil en Brooklyn, y me golpeaban, porque, ya sabes, me veían como comunista y todo eso”, cuenta.
Bernshteyn dice que las cosas mejoraron cuando comenzó a aprender inglés y descubrió que tenía talento académico, especialmente para las matemáticas.
La vida en el hogar también mejoró mucho cuando sus padres ahorraron lo suficiente como para mudarse de Brooklyn a los suburbios de Long Island.
Después de la escuela secundaria, estudió sistemas de información en la Universidad Estatal de Nueva York en Albany.
Y comenzó su vida laboral como consultor de gestión, primero con Accenture y luego con McKinsey.
En 2000, a los 24 años, se tomó un tiempo para cursar la famosa maestría en administración de empresas de la Universidad de Harvard, antes de ingresar a la industria del software.
Al mudarse a Silicon Valley, pasó varios años trabajando primero con Oracle y luego con SAP.
Ser su propio jefe
Pero como quería ser su propio jefe, en 2009, con solo 32 años, asumió el liderazgo de una pequeña empresa de software llamada Coupa.
Fundada tres años antes, Coupa se dedica a crear sistemas de adquisición basados en la nube para permitir a las empresas comprar más fácilmente todos los suministros que necesitan, como laptops y sillas de oficina, o las empresas de limpieza que emplean.
Bernshteyn tenía planes ambiciosos para expandir la empresa, pero con la crisis financiera mundial aún en pleno apogeo en ese momento, le fue difícil conseguir respaldo financiero.
“Me ponía en contacto con los inversores tres o cuatro veces al día, durante varias semanas, y nadie creía que Coupa pudiera convertirse en una compañía multimillonaria”, dice.
“Unas tres docenas de personas me rechazaron“.
“Luego, justo antes de que nos quedáramos sin dinero, encontré un inversor de riesgo que decidió respaldarme. Conseguimos US$7 millones, con una valoración del negocio de US$15 millones”, cuenta.
Desde entonces las ventas en Coupa han aumentando constantemente, gracias a los comentarios positivos de los clientes.
Hoy, sus miles de clientes incluyen la marca de ropa deportiva Adidas, el banco BNP Paribas, la firma de bebidas Britvic, el minorista Office Depot y el negocio aeroespacial Rolls-Royce.
Con ingresos trimestrales de más de US$100 millones y 2.000 empleados, Coupa, que comenzó a cotizar en la bolsa de valores Nasdaq en 2016, ahora tiene un valor de mercado de US$13.000 millones.
Stuart Lauchlan, cofundador del sitio web de noticias tecnológicas Diginomica, dice que Coupa satisface “una necesidad comercial genuina”.
“La gran tecnología importa, por supuesto, pero lo que realmente importa es cómo se utiliza esa tecnología para el beneficio del balance comercial”, agrega.
“Rob Bernshteyn comentó el año pasado que Coupa se había ganado la legitimidad entre los compradores empresariales en algunas de las compañías más grandes del mundo. Se necesitó mucho trabajo para lograrlo”.
Mirando hacia el futuro, Bernshteyn dice que no tiene planes de bajar el ritmo o aprender a relajarse. “Esto no es realmente trabajo para mí, es una forma de vida. Realmente lo disfruto”.
Con una fortuna estimada en US$74 millones, el emprendedor dice que sus padres están orgullosos de lo que ha logrado.
¿Alguna vez se preguntó cómo habría sido su vida si se hubieran tenido que quedar en la Unión Soviética?
“Realmente no pienso en eso, paso mi tiempo pensando en el futuro. Pero no hubiera sido bueno, porque sé por algunos familiares y otras personas que se quedaron allí que las cosas no resultaron tan bien”.
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