DHS debe de poner en libertad a los inmigrantes neoyorquinos ya

La gran mayoría, el 80%, de los presos en la ciudad de Nueva York son personas de bajos ingresos.

La gran mayoría, el 80%, de los presos en la ciudad de Nueva York son personas de bajos ingresos.  Crédito: Shutterstock

Una celda o una prisión son el caldo de cultivo perfecto para el coronavirus. No hay que ser epidemiólogo para saber que acumular a personas en lugares pequeños y sin acceso a necesidades básicas, como el jabón, es una receta para el desastre. Este es el motivo por el que ciudades y estados de todo el país han puesto en libertad a miles de personas acusadas o condenadas por delitos menores.

Pese a esta alarmante situación, el gobierno federal tiene encarceladas a más de 38.000 personas acusadas simplemente de una falta civil: carecer de estatus migratorio legal. ICE ya ha destrozado familias, y ahora supone un riesgo real de muertes masivas.

Seamos claros. No existe una manera segura de detener a aquellos acusados de ofensas civiles de inmigración. Respetar las medidas de distanciamiento social en centros de detención es imposible. En estas instalaciones de los condados de Elizabeth, Hudson y Bergen, ya se han confirmado casos positivos de COVID-19, tanto entre trabajadores como entre inmigrantes detenidos. Dos doctores que son expertos médicos para el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) han alertado de que “existe un riesgo inminente para la salud de los inmigrantes detenidos,” y que un brote del virus dentro de un centro de detención también supone un riesgo para la salud pública. De producirse un brote dentro de estos lugares, aquellos infectados tendrían que ser trasladados a hospitales que ya están saturados y con falta de recursos, como por ejemplo respiradores.

Afortunadamente, algunos ya se han percatado de la situación. La jueza de la corte federal, Analisa Torres, ha ordenado la puesta en libertad de diez personas detenidas en centros de Nueva Jersey debido a que ICE “ha mostrado total indiferencia a sus necesidades médicas” y su detención presenta riesgos letales. Al parecer, este es el mayor grupo de inmigrantes liberados en esta nación debido a la pandemia del coronavirus.

Esto es solo la punta del iceberg. Hay más de 38,000 personas detenidas por delitos civiles de inmigración en Estados Unidos, de los cuales cerca de 1,200 están en centros de detención del área de la ciudad de Nueva York. ICE continúa poniendo sus vidas en riesgo.

Siempre ha sido problemático encarcelar a una persona pendiente de audiencias de inmigración por faltas civiles, y más teniendo en cuenta el historial de ICE a la hora de dirigir sus centros de detención. Además, y debido a que el COVID-19 ha aplazado de forma indefinida la mayoría de estas audiencias, ICE continúa deteniendo  a inmigrantes. Muchos tienen derecho a algún tipo de ayuda, pero languidecen detenidos sin representación legal, y sin derecho a depositar una fianza.

La solución a este problema es obvio. Muchos individuos acusados de faltas civiles de inmigración pueden apelar las resoluciones del gobierno mientras están en libertad. ICE siempre ha tenido la autoridad para detener o poner en libertad a personas bajo su criterio. De hecho, ICE ha liberado a 15 personas debido a sus edades o condiciones médicas del centro de detención del condado de Essex. No obstante, la puestas en libertad de personas de forma gradual no es suficiente.

No podemos dejar que ni un solo ser humano pierda su vida porque fueron acusados de una ofensa civil y nuestro gobierno no pudo mantenerlos a salvo. Mientras que las autoridades federales, estatales y municipales toman medidas extremas para abordar esta pandemia global, ha llegado el momento de tomar medias extremas para abordar las detenciones de ICE. Es el momento de poner en libertad a las personas detenidas por ICE.

Ahora, más que nunca, los fallos del sistema de inmigración de nuestra nación son evidentes. Tenemos que poner en libertad a los inmigrantes detenidos por ICE, o de lo contrario, los ponemos a ellos y al público en general, ante un gran riesgo.

-Corey Johnson es el presidente del Concejo Municipal de Nueva York  

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