Científica hondureña explica avances en vacuna contra el COVID-19

María Elena Bottazzi hace parte del grupo de investigadores que trabajan en desarrollar una vacuna contras los coronavirus

Varios centros trabajan en desarrollar una vacuna contra el coronavirus.

Varios centros trabajan en desarrollar una vacuna contra el coronavirus. Crédito: ANDREW CABALLERO-REYNOLDS | AFP / Getty Images

Científicos en Estados Unidos ya trabajan en el desarrollo de una vacuna que pueda atajar el coronavirus actual (SARS-CoV-2) y al mismo tiempo sirva en un futuro a otro que todavía desconocemos, explicó la experta en microbiología molecular María Elena Bottazzi.

“Queremos contribuir a la información de seguridad de vacunas que son usadas para coronavirus en general, ya sea SARS 1 (enfermedad respiratoria aguda producto de coronavirus), SARS 2 (que produce la enfermedad COVID-19) y eventual y potencialmente un SARS 3″, dijo Bottazzi en entrevista telefónica.

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En 2011, esta hondureña tuvo la oportunidad de trabajar junto a un grupo de expertos en una vacuna para tratar coronavirus. Dijo que la vacuna que ya tienen en laboratorio y el COVID-19 son genéticamente similares en un 80%.

Además, ambos SARS utilizan los mismos receptores para ingresar a las células humanas.

Proteína “recombinante”

Según la profesora de la Escuela de Medicina de la texana Universidad de Baylor, en aquel entonces desarrollaron una vacuna que utilizaba una “plataforma de proteína recombinante”, que era “producida sintéticamente” en el laboratorio utilizando el código genético del virus para recrear la proteína en el laboratorio sin manipularlo.

Uno de los aspectos más importantes de aquel trabajo fue el identificar la proteína “spike” (en punta) en el coronavirus que no es otra cosa que la proteína utilizada por el virus para infectar las células del organismo que contagia.

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Este paso adquiere mayor relevancia tras la aparición del COVID-19 en China a finales del año pasado, desde donde se ha expandido al resto del planeta y acumula más de 1,3 millones de casos confirmados a nivel global, de los que cuales más de 72.000 concluyeron con la muerte del paciente, según el recuento del Centro de Sistemas, Ciencia e Ingeniería (CSSE) de la Universidad Johns Hopkins (Maryland).

El resultado obtenido en las investigaciones de Bottazzi junto a un grupo de científicos pudo ser evaluado con éxito en animales, pero no llegó a la fase de pruebas en seres humanos.

Según la decana asociada de la escuela de Medicina Tropical de Baylor, “ya no había interés y ya no había fondos” para continuar con la investigación en vista de que el brote del síndrome respiratorio agudo y grave (SARS), que entre 2002 y 2003 se extendió por más de treinta países y provocó unas 800 muertes, había quedado atrás y las prioridades presupuestarias eran otras.

La importancia de usar esa vacuna

Para la profesora, es importante conocer cuál es el perfil de seguridad en un estudio en humanos y después ver si es posible “que esta vacuna pueda ser usada en el concepto de una vacuna heteróloga”, es decir que la vacuna pueda contribuir a dar inmunidad para varios tipos de SARS.

“Creemos que es importante porque hasta ahora está circulando el SARS 2 del COVID-19, pero qué tal si mañana el virus muta suficientemente o hay otro coronavirus”, se preguntó. “Queremos determinar si es posible que nuestra vacuna pueda conferir protección parcial o cruzada”, indicó.

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“Ya hemos hecho un estudio donde vemos qué anticuerpos contra la vacuna contra el SARS pueden proteger contra el SARS 2, porque los anticuerpos neutralizan el virus en estudios que hemos hecho en laboratorios”, aseguró la profesora del Departamento de Virología y Microbiología Molecular de la universidad texana.

Según indicó, estos esfuerzos no pueden quedar ahí, por lo que trabajan en el desarrollo de otra versión de esta vacuna basada en el dominio del receptor específicamente para el COVID-19.

Vacunas de bajo costo

Lo que pretende conseguir la también codirectora del Centro para el Desarrollo de Vacunas del Texas Children’s Hospital, en Houston, junto al grupo de expertos que se encuentran en su equipo de trabajo es lograr tener dos vacunas en paralelo.

Bottazzi, licenciada en Microbiología y Química Clínica por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), confió en que la vacuna que se desarrolle sea “fácilmente transferida a varios manufacturadores globales y que sea hecha a muy bajo costo porque si es muy cara, la población pobre del mundo no va a poder tener el mismo acceso”.

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