3.16 millones de trabajadores solicitaron el seguro de desempleo la semana pasada

El distanciamiento social obligado con el coronavirus ha dejado más de 33 millones de desempleados en siete semanas

Homeless Family Placed In Hotel After Eviction

Crédito: Justin Sullivan | Getty Images

El desempleo continua haciendo estragos en un momento que es histórico también en este sentido.

Otros 3,169,000 millones de trabajadores en EEUU solicitaron el seguro de desempleo debido a la situación creada por el coronavirus la semana que acabó el 2 de mayo.

Son  677,000 personas menos que la semana anterior, según las cifras revisadas del departamento de Trabajo que dejan la estadística del 19 al 25 de abril en  3,846,000, ligeramente superior a lo estimado.

En total, desde que hace siete semanas se desató la crisis del coronavirus y se empezaron a cerrar negocios temporal o totalmente, se han perdido unos 33.5 millones de empleos. El viernes se conocerán las cifras oficiales de desempleo de la Oficina de Estadísticas Laborales correspondientes a abril y se espera que el desempleo haya llegado a porcentajes de dos dígitos.

En el caso de los latinos puede ser una lectura tan mala como parcial porque muchos de los trabajos perdidos no cuentan en ninguno de las cuentas que se hacen oficialmente. Los indocumentados no puede cobrar las ayudas del desempleo, por lo que no figuran en la estadística del jueves.

Mark Hamrick, economista senior de Bankrate, explicaba que siendo un número elevado de americanos los afectados en una semana, “el equivalente a una ciudad de buen tamaño”, las cifras empiezan a bajar. Eso si, las califica de “aún masivas”.

Gregory Daco, de Oxford Economics, también considera que las cifras están disminuyendo lentamente pero “están en niveles dolorosamente altos”. Hasta el 2 de mayo las solicitudes de desempleo eran 15 veces superiores a las registradas antes de la pandemia.

Desde una perspectiva histórica más amplia, el número total de personas que han aplicado por estos beneficios hasta la semana anterior esta tres veces superior al peor momento de la Gran Recesión de 2008, recuerda Daco.

El distanciamiento social ha obligado a muchos de los negocios que emplean tradicionalmente a mano de obra latina a cerrar o dejar de operar temporalmente. Desde restaurantes hasta construcción. En el caso de las personas que trabajan en hogares como asistentes de limpieza, cuidando niños o ancianos, el número de personas afectadas no cuenta en la estadística.

Las cifras de trabajadores recibiendo ayudas presentan también una foto algo borrosa de la realidad porque sigue habiendo problemas en los servicios de desempleo para atender la fuerte e inusual demanda. Es decir, son desempleados todos los que lo solicitan pero no todos los que lo solicitan lo han conseguido.

Ahora que muchos estados están empezando a relajar las órdenes de aislamientos y vuelve parcialmente la actividad el reto de la actividad económica no solo es cómo se abren los negocios y se vuelve a contratar sino si los consumidores “están dispuestos a tomar los riesgos en ausencia de una vacuna”, explica Daco. “La forma en la que se haga la recuperación económica, que depende de las soluciones médicas, es la gran incógnita”.

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