Detrás de las cámaras viven un infierno: la madre de Vanessa Guillén está “a punto de pastilla” y el padre sufre en silencio
Las hermanas de la militar desaparecida también se consumen
FORT HOOD – Se cumplieron dos meses y Vanessa Guillén no aparece. Su madre, Gloria Guillén, sufre a diario. “Ya no puedo más”, dijo el martes en Fort Hood.
Levantarse todos los días es un reto y confiesa que necesita de una fuerza divina para hacerlo.
“Le agradezco a Dios todos los días por darme la fuerza para levantarme y estar aquí”, agregó la señora Guillén.
El reto no solamente es levantarse. Es aún más difícil encarar el día.
“Pienso en mi hija en todo momento, me desgarro entre la esperanza, el coraje, el miedo y la tristeza todos los días, eso me agota terriblemente”, compartió.
“Yo quiero a mi hija porque esa niña es mi vida, es mi todo”, expresó la madre ante los medios de comunicación el martes.
Ese anhelo por volver a tener a su hija entre sus brazos la consume, y personas cercanas a la familia han mostrado preocupación por la señora, quien admite estar mal de salud.
El martes en Fort Hood, Gloria no quiso participar en la reunión con los oficiales de la base militar y prefirió quedarse en el hotel. A la reunión solamente ingresaron el padre de Vanessa, Rogelio, y la hermana Mayra.
La madre llegó a Fort Hood ya cuando había iniciado la conferencia de prensa y al bajar del vehículo se le tuvo que ayudar. Su hija Lupe y otro familiar caminaron con ella apoyándola paso a paso hasta llegar al podio.
Este diario ha seguido el caso desde los primeros días que Vanessa desapareció y en las primeras apariciones de la madre se le notaba más fuerte; hoy se muestra muy pálida y es notorio que ha bajado repentinamente de peso.
“Estoy a punto de pastilla para poder estar aquí”, confesó Gloria. Y es que la vida ya no tiene sabor, su apetito desapareció y la depresión la consume.
“No puedo hacer nada más que pensar en mi hija, pienso dónde estará, si se encuentra bien”, explicó.
La mamá de Vanessa compartió que lo más terrible es que “uno se pone a pensar en todas las cosas que pudo haber hecho diferente”.
“Yo no quería que se inscribiera (en el Ejército) porque mi corazón de madre ya temía esto que iba sufrir yo”, contó.
El rostro vacío
La expresión en el rostro del padre de Vanessa solamente se puede describir como el de alguien que lo ha perdido todo.
Rogelio no habla ante los medios, camina al lado de su hija Mayra con la mirada perdida, se le nota preocupado y mira a sus alrededores, pero parece estar en otra parte.
El martes cuando su esposa llegó a la zona de la conferencia de prensa, Rogelio se alejó sin declarar ante los medios.
Parece un león enjaulado que no encuentra cómo desatar su rabia. Su hija esta desaparecida y en la reunión con los oficiales de Fort Hood solamente escuchó excusas, rodeos y promesas, así que su actitud es comprensible.
Las hermanas de Vanessa Lupe y Mayra no dejan de luchar y aunque todos los días hacen esfuerzos para crear conciencia sobre el caso, no dejan de caer en la tristeza porque su hermana no aparece.
“Es muy duro todo esto porque escuchas una cosa y luego te dicen otra. Se nos explican teorías y se hacen esfuerzos, pero me levanto por la mañana y mi hermana sigue desaparecida”, concluyó Lupe.
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