4 consejos de alimentación para combatir la inflamación crónica
La inflamación crónica es el origen de todas las enfermedades degenerativas, es una condición que acelera el proceso de envejecimiento y disminuye la calidad de vida. Los hábitos de alimentación correctos son la clave para prevenir y combatir los procesos inflamatorios
La inflamación es una respuesta defensiva del sistema inumológico y se presenta como un aviso para neutralizar el efecto de los agentes patógenos que causan infecciones y enfermedades. La inflamación se presenta ante diversas agresiones que deterioran la salud, como es el caso de infecciones, lesiones, heridas o ante la acción de una sustancia tóxica. Lo cierto es que el organismo está perfectamente diseñado para hacer frente a estas agresiones, sobre todo cuando el sistema inmunológico se encuentra fuerte es el mejor aliado para poner en marcha el proceso de inflamación y así frenar el avance del daño y en una segunda etapa restaurar los tejidos. Este proceso puede durar días o meses y normalmente se encuentra localizado.
Sin embargo cuando la inflamación persiste durante más tiempo y deja de responder al efecto reparador del sistema inmunológico, se vuelve sumamente destructiva y es cuando hablamos de la inflamación crónica. Este tipo de inflamación es un proceso mucho más complejo que aporta todos los elementos propicios para que se presenten enfermedades degenerativas, no es tan evidente como cuando se presenta una inflamación aguda y en muchas ocasiones sus síntomas pueden ser engañosos.
Diversos especialistas en medicina coinciden en que actualmente se ha dado un importante incremento en las enfermedades inflamatorias crónicas y lo más preocupante es que ya no sólo afectan a un órgano en particular, interfieren en el funcionamiento de sistemas completos como el digestivo, respiratorio, articular o inmunitario.
Factores que activan la inflamación:
Resulta interesante saber que existen diversos aspectos que son los responsables de activar la inflamación, entre los principales se encuentran las infecciones o enfermedades causadas por virus, bacterias o parásitos; pueden intervenir algunos desequilibrios nutricionales, agentes irritantes externos, traumatismos, cambios de temperatura, agentes internos como puede ser la presencia de toxinas y estados emocionales alterados como padecer altos niveles de estrés, ansiedad o depresión. Con todas estás condiciones de por medio es bastante factible que se presenten diversos procesos inflamatorios como señales de alerta, lo que sucede es que estamos acostumbrados a combatirlos con medicamentos.
Los fármacos antiinflamatorios forman parte de las medicinas más consumidas en todo el mundo, si bien resultan una buena alternativa para ciertas condiciones de salud y son parte importante de tratamientos que literal salvan vidas, la costumbre de consumir de manera constante medicamentos antiinflamatorios no resuelve el problema de raíz. Esto se debe a que estos medicamentos pueden inhibir la facultad reparadora natural del cuerpo y como efecto secundario es muy frecuente que acidifiquen al organismo.
La solución se encuentra en la alimentación:
La alimentación puede ser la llave para combatir los procesos de inflamación crónica de raíz, optar por un estilo de vida saludable es el camino para ganar salud en todos los ámbitos posibles. Un óptimo consumo en nutrientes construye células sanas, las llena de energía y las protege de cualquier desgaste, este equilibrio celular es la base de la salud. La calidad de los nutrientes influye directamente, por lo que resulta fundamental revisar la dieta a profundidad aunque lo más importante es basarla en un abundante consumo de frutas, verduras y alimentos integrales.
La buena noticia es que existen algunos hábitos alimenticios recomendados por médicos y nutriólogos especialistas, que han sido diseñados con el objetivo de prevenir y combatir los procesos inflamatorios crónicos.
1. Realizar ajustes alimenticios
El primer e infalible consejo para combatir cualquier tipo de inflamación se encuentra en el poder de la alimentación, es por ello que realizar ajustes en los hábitos alimenticios habituales es prioritario.
- Comer crudos: Siempre que sea posible se deberá integrar en todas las comidas del día el consumo de vegetales crudos, este hábito se relaciona con efectos positivos para evitar la reacción inflamatoria transitoria.
- Masticar despacio y cuidar las porciones.
- Vigilar el consumo de proteínas: Las dietas que se caracterizan por un alto consumo en proteínas de origen animal, favorecen la inflamación en gran parte por ser alimentos más difíciles de digerir y en algunos casos por su contenido en grasas saturadas. En cambio una alimentación inspirada en el estilo de vida del mediterráneo, con un abundante consumo en frutas, verduras, cereales de grano entero, frutos secos, semillas, legumbres, aceites vegetales prensados en frío y pescados, lácteos y huevo de manera ocasional, mejora el funcionamiento del organismo entero y lo fortalece ante cualquier daño.
- Es básica una buena cocción: Es importante evitar las altas temperaturas y las cocciones largas, ya que se pueden perder nutrientes importantes en los alimentos y también se pueden generar moléculas tóxicas. Es importante evitar el consumo de comidas fritas o capeadas y optar por alimentos al vapor, asados y al horno.
- Evitar alimentos antiinflamatorios: Más alimentos de los que creemos causan inflamación, sin embargo hay unos más peligrosos que otros. Se deberá evitar a toda costa el consumo de productos procesados, azúcares, harinas refinadas y grasas, también es fundamental minimizar la ingesta de sodio.
- Un buen equilibrio entre los ácidos grasos Omega 3 y 6: Es recomendable optar por la ingesta de alimentos ricos en Omega 3 que se caracterizan por sus beneficios antiinflamatorios, se encuentra en productos como el aceite de oliva, los frutos secos, semillas y aguacate. Y aunque los ácidos grasos Omega 6 son necesarios para el organismo en exceso favorecen la inflamación, por lo que es importante evitar el consumo de aceites vegetales, como el de maíz o girasol.
2. Un gran aliado: El ayuno
No en vano el ayuno es una de las tendencias más recomendadas avaladas por la ciencia para recuperar la salud a otro nivel y también un gran método para perder peso. Integrar el ayuno como parte de nuestro estilo de vida es muy efectivo ante los procesos inflamatorios, es importante vigilar el tipo de alimentos que se consumen al finalizar el período de ayuno y complementarlo con comidas ligeras como frutas frescas, ensaladas, verduras asadas y legumbres.
3. Dietas depurativas
El cuerpo siempre nos manda señales de alerta y es muy normal que se presenten avisos en forma de cansancio extremo, dolores de cabeza, retención de líquidos, falta de energía, hinchazón, problemas digestivos y apatía. En general son condiciones que nos indican que es necesario hacer una cura depurativa un poco más prolongada, con el objetivo de eliminar toxinas del organismo y reducir la inflamación que se produce por el exceso de acidez en el cuerpo. Una buena recomendación es realizar un plan detox de 7 días que se destaque por el consumo como base de frutas y verduras en diversas presentaciones como es el caso de caldos de verduras, ensaladas de vegetales variados, frutas y en la comida alguna porción de cereales enteros.
4. El poder de las plantas medicinales
La naturaleza no deja de sorprendernos y cuenta con extraordinarios aliados medicinales que en muchas ocasiones vienen en forma de plantas y hierbas terapéuticas. Existen grandes alternativas que se destacan por sus inmensas propiedades antiinflamatorias, integrarlos como parte de los hábitos diarios es un gran plus.
- Aloe vera: El jugo de la sábila o aloe vera es un gran remedio con propiedades digestivas, se destaca por sus beneficios para regular el pH y restablecer la integridad de la mucosa digestiva.
- Cúrcuma: Una de las especias más valoradas hoy en día por sus potentes beneficios medicinales, su contenido en curcumina la vuelve un gran aliado para inhibir la síntesis de los mediadores de la inflamación.También aumenta la producción de cortisona natural, esto alivia el dolor y desinflama.
- Cardo mariano: Esta planta se destaca por su contenido en una sustancia que se llama silimarina, que se asocia con grandes bondades para desinflamar el hígado y a la vez potencia la actividad desintoxicante del organismo.