Pena de muerte: primera ejecución en 17 años en Indiana se retrasa por coronavirus

El Departamento de Justicia está determinado a proceder

Daniel Lee

La muerte de Daniel Lee por inyección letal, estaba prevista para el lunes.  Crédito: Departamento de Policía de Spokane | Cortesía

Una jueza federal de Indiana detuvo el viernes la primera ejecución federal en casi dos décadas, por la preocupación de que los familiares de las víctimas no pudieran asistir debido al coronavirus. Pero el Departamento de Justicia planea apelar el fallo.

No es que los familiares quisieran ver morir al asesino: durante mucho tiempo pidieron que le dieran cadena perpetua en su lugar. Ahora, su objeción por la pandemia podría posponer la ejecución indefinidamente.

La muerte de Daniel Lee, de 47 años, por inyección letal, estaba prevista para el lunes. Lee, de Yukon, Oklahoma, fue condenado en Arkansas por los asesinatos en 1996 del traficante de armas William Mueller, su esposa, Nancy, y su hija de 8 años, Sarah Powell.

Pero la jueza de distrito Jane Magnus-Stinson dictaminó este viernes que la ejecución se suspendería debido a la preocupación de la familia por la pandemia, que ha matado a más de 130,000 personas en Estados Unidos y está devastando las cárceles del país.

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Aproximadamente una hora después de la decisión de la jueza, el Departamento de Justicia avisó que apelaría ante el Tribunal de Apelaciones del Séptimo Circuito y presentó documentos judiciales pidiendo al juez de distrito que suspendiera la orden en espera de la apelación. El Séptimo Circuito, con sede en Chicago, incluye a Indiana, que es donde se llevaría a cabo la ejecución en la prisión federal de Terre Haute.

El Departamento de Justicia argumentó que es probable que gane la apelación y sostuvo que las ejecuciones requieren una extensa planificación y coordinación con otros funcionarios encargados de hacer cumplir la ley. Decenas de miembros del personal ya estaban siendo traídos de otras instalaciones para la ejecución planificada para el lunes.

“Estas preparaciones no se pueden echar atrás fácilmente”, aseguró el Departamento.

El fiscal general, William Barr, argumentó que parte de la razón por la cual la administración Trump quiere reanudar las ejecuciones es para brindar un sentido de justicia a las familias de las víctimas.

Pero los familiares de las personas asesinadas por Lee se oponen firmemente a esa idea. Querían estar presentes para dejar claro que la ejecución no se estaba llevando a cabo porque ellos lo pidieron.

“Para nosotros es una cuestión de estar allí y decir: ‘Esto no se hace en nuestro nombre; no queremos esto”, dijo Monica Veillette, una pariente.

La orden de la jueza Jane Magnus-Stinson pide retrasar la ejecución hasta que se haya terminado la pandemia. Esta orden solo aplica a la ejecución de Lee, no a otras dos que están programadas para la próxima semana.

La decisión de reanudar las ejecuciones ha sido criticada como una medida peligrosa. Los críticos argumentan que el Gobierno está generando una urgencia innecesaria y prefabricada en torno a un tema que no es prioritario en la lista de preocupaciones del país en este momento.

Los familiares de las víctimas tendrían que viajar miles de millas para presenciar la ejecución en una pequeña habitación donde el distanciamiento social recomendado para prevenir la propagación del virus es prácticamente imposible. Actualmente hay cuatro casos confirmados de coronavirus entre los reclusos en la prisión de Terre Haute, según las estadísticas federales, y un recluso murió en las instalaciones.

En una entrevista con la agencia The Associated Press a principios de esta semana, Barr dijo que creía que la Oficina de Prisiones podría “llevar a cabo estas ejecuciones sin causar riesgo”. La agencia ha implementado una serie de medidas adicionales, que incluyen controles de temperatura y el uso de mascarillas entre los testigos.

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El sistema de prisiones federales ha luchado en los últimos meses para detener la explosión de la pandemia de coronavirus tras las rejas. Hasta el viernes, más de 7,000 reclusos federales habían dado positivo. La Oficina de Prisiones dijo que 5,137 de ellos se habían recuperado. Casi 100 presos han muerto desde finales de marzo.

Wesley Ira Purkey, de Kansas, quien violó y asesinó a una niña de 16 años y mató a una mujer de 80 años, tiene prevista su muerte el miércoles. También está programada para el viernes la ejecución de Dustin Lee Honken, que mató a cinco personas en Iowa, incluidos dos niños. Por su parte, Keith Dwayne Nelson, programado para ser ejecutado en agosto, fue condenado por secuestrar a una niña de 10 años mientras estaba patinando frente a su casa en Kansas. La violó en un bosque detrás de una iglesia y luego la estranguló.

(Con información de AP)

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