¿Quién está detrás del negocio de pruebas y medicamentos falsos contra COVID-19 en México?
Seis de cada 10 medicamentos que se comercializan en México son falsos, caducos o robados, según reconoce la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica
MÉXICO – Era un día tranquilo de finales de mayo pasado en la Oficina de Aduanas de Estados Unidos entre el estado de Texas y Chihuahua cuando un mexicano de 36 años se presentó con una maleta repleta de sanitizantes y mascarillas que transportaba desde Ciudad Juárez. Los agentes aduanales no revisan siempre los equipajes a detalle, pero se detuvieron con este.
Así se dieron cuenta que el material médico no tenían permiso oficial de ingreso y de que, escondido en un segundo fondo había al rededor de mil pruebas rápidas de COVID-19. Todas escondidas y? ¡Todas falsas!
El reporte del decomiso se hizo oficialmente desde el gobierno de Estados Unidos que mantiene una batalla en contra del tráfico ilegal de medicamentos y pruebas que supuestamente sirven para verificar si una persona tiene el coronavirus, para tratarlo o paliar los efectos, pero son falsos o no autorizados y de lado sur de la frontera hay muchos de éstos.
“Los grupos criminales suelen tener una capacidad de adaptación mucho más amplia que las instituciones policiales y de justicia de ciertos países”, advirtió la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) en un informe donde reconoció que la pandemia del nuevo coronavirus provocó un aumento del tráfico de máscaras, desinfectantes y otros productos médicos de mala calidad o falsificados.
En México, la organización con mayor presencia y poder actualmente, según las propias autoridade reconocen, es el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), un grupo criminal con precedentes de venta ilegal de medicamentos bajo esquemas de intimidación.
El año pasado, la Fiscalía General de la República reconoció que uno de los principales distribuidores de fármacos “piratas” en el país era el CJNG que había encontrado un jugoso negocio en la producción de medicinas sin autorización.
Y para distribuirlas, “obliga a las pequeñas y medianas empresas a comprarlas venderlas”, advirtió el informe. ¿Cómo la obligan? Los delincuentes llegan a los negocios, amenazan a los encargados o a los dueños para que coloquen el producto falso entre el auténtico y, si se oponen, los matan.
El informe de la Fiscalía advierte que los medicamentos falsificados tratan de igualar colores, diseños, logotipos, sellos y las pastillas y empaquetados para cualquier enfermedad del cáncer al VIH, paludismo, osteoporosis, diabetes, hipertensión, colesterol, males cardiovasculares, alzheimer, disfunción eréctil y hasta analgésicos y vitaminas.
“Ellos van a buscar cualquier debilidad del Estado, de las instituciones o de las personas para hacer su negocio aunque vayan vidas de por medio y siempre con amenazas de muerte ”, observa Hipólito Mora, líder del autodefensas en La Ruana, en el estado de Michoacán, uno de los blancos de la extorsión.
“Así hicieron para cobrar cuotas del cultivo de aguacate, de limón, a los vehículos. Antes era otra organización (Los Templarios), pero igual nos cobraban por las motos y por dejarnos tener a los hijos en la escuela… Lo cierto es que tienen años de ser un Estado paralelo no veo por qué no podría vender cualquier cosa para el coronavirus”
Cadenas de abastecimiento
Seis de cada 10 medicamentos que se comercializan en México son falsos, caducos o robados, según reconoce la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica que denunció el año pasado una cultura de la ilegalidad que permite su adquisición más allá de las farmacias extorsionadas, en tianguis, por internet y sin receta médica en una red de abastecimiento nacional.
No es un negocio nuevo. Entre 2011 y 2017 las autoridades de seguridad federal decomisaron 537 toneladas de fármacos mientras la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha bloqueado más de 8,500 páginas web que comercializaban medicamentos clandestinos.
Ahora lo que ocurre es que se agregó un nuevo “producto” que requiere atención total y para allá se movió el mercado negro con estrategias de todo tipo. En tiempos recientes se denunció el uso de la plataforma Mercado Libre aunque las autoridades de salud pública han dejado en claro que no hay sitios certificados en internet para vender la prueba COVID.
En Mercado libre se han publicado anuncios de test con sangre que revelan resultados en 20 minutos por 40 dólares, envío gratis a todo el país y una promesa “Más allá del resultado, habrá ayuda y opciones para usted, en caso de ser afirmativo.
La policía cibernética de la Ciudad de México detectó hace unas semanas una plataforma de internet apócrifa del laboratorio Bayer que ofrecía supuestas pruebas de detección del COVID-19: la página https://www.facebook.com/Bayercdmx/.
El anuncio se montó en Facebook donde los usuarios eran persuadidos a comunicarse a un número telefónico. Los delincuentes cibernéticos solicitaban la compra mínima de 15 unidades de la supuesta prueba, lo que equivale a un aproximado de 500 dólares hasta que las autoridades contraatacó por la misma red social
“La Secretaría de Seguridad Ciudadana local por medio de la Policía Cibernética exhorta a la ciudadanía a denunciar y no dejarse engañar ante este tipo de hechos, y les recuerda que la venta de medicamentos a través de redes sociales es ilegal”.
Alberto Quezada, un ingeniero en electrónica de la capital mexicana, fue víctima de esta red. “Vi que la ofrecía Bayer y me pareció confiable”, recuerda en entrevista con este diario. “Tomé la información y la compartí en un grupo de WhatsApp de toda la empresa donde trabajo. Lo bueno fue que alguien se dio cuenta de la advertencia del gobierno de la CDMX, pero sé que podría haber provocado algo malo”.
En el estado de Colima, donde las autoridades también han detectado la venta de medicamentos y pruebas ilegales en contra el coronavirus, lanzaron una estrategia más didáctica sobre los medicamentos que están autorizados y explicó por diversos medios que las tres pruebas para el diagnóstico de COVID.
Son: 1. Architect SARS CoV-2 IgG; 2. 2019-nCoV Specific Test y 3. COVID 19 IgG-IgM Cassette.
“Los gobiernos de este país se están enfrentando a una situación muy complicada porque la gente que compra productos piratas lo hacen porque son hasta 10 veces más baratos y no se fija tanto en especificaciones médicas”, observó Juan Estrella, sociólogo de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El Estado mexicano no realiza pruebas masivas para detectar el virus entre la población y el precio en hospitales ronda entre los 100 y 500 dólares.
Lucro internacional
Los peligros de usar un medicamento fraudulento contra el COVID no es cualquier cosa. La agencia de Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) advirtió recientemente que puedan provocar daños graves o mortales porque generan reacciones desconocidas frente a tratamiento médico autorizado y se corre el riesgo de propagar la enfermedad.
“Tener una prueba casera para el COVID-19 sería muy útil, pero no aún no se ha autorizado ninguna”, advirtió sobre los test para llevar a casa que son falsos.
EEUU, como México, son parte de un objetivo mayúsculo de las bandas criminales que hacen negocio con la pandemia en redes internacionales
Una operación coordinada por Interpol entre 90 países para hacer frente a la venta ilegal de medicamentos y productos médicos en línea terminó en marzo pasado con 121 detenciones, la incautación de 34,000 máscaras falsificadas y 4.4 millones de unidades de fármacos.
Entre las víctimas estaban los gobiernos e Alemania, Suiza y Eslovenia, a pesar de los pronósticos de la ONU que había advertido que “los países más vulnerables a los delitos de falsificación de medicamentos son aquellos que carecen de personal capacitado en diferentes áreas y enfoques en materia de compras públicas sanitarias y técnicos para detectar productos médicos falsificados y de calidad inferior”.
Después de la operación de Interpol, agregó que había otros factores que mantiene débiles a los Estados frente a quienes lucran con la pandemia y dijo que los grupos delictivos organizados, “explotan el miedo y la incertidumbre que rodean al virus” y , el aumento de la demanda y la escasez de suministros”.