Negocios de Elmhurst claman ayuda al Estado y la Ciudad para que crisis no los mate como el COVID-19

Durante un recorrido a restaurantes, panaderías y bodegas de una de las áreas en Queens que dejó mas decesos y contagios por el virus, la asambleísta Catalina Cruz y el contralor de la Ciudad, Scott Stringer se sumaron a microempresarios para denunciar el abandono

La asambleísta Catalina Cruz, durante la visita a negocios de Elmhurst, Queens junto al contralor Scott Stringer

La asambleísta Catalina Cruz, durante la visita a negocios de Elmhurst, Queens junto al contralor Scott Stringer Crédito: Edwin Martínez | Impremedia

José Luis Castañeda, dueño de la bodega Elmhurst Deli, de la Avenida Broadway con calle 80 de Queens, asegura haber sufrido las verdes y las maduras desde que comenzó la pandemia del COVID-19 en marzo pasado. El mexicano, quien tiene la tienda de víveres hace 8 años, ubicada a solo media cuadra del hospital Elmhurst, considerado uno de los mayores focos de mortalidad por el coronavirus, confiesa que ha sido muy duro mantenerse a flote, pero le duele más saber que hasta ahora no ha recibido un solo dólar de ayuda por parte de la Ciudad o el Estado.

Con mucha sencillez, y asegurando que si los gobiernos local y estatal no le tienden la mano, no tiene “de otra” que trabajar más duro para no ahorcarse con las deudas, la renta y los servicios, hizo un llamado para que no dejen morir a más negocios.

“Necesitamos ayuda. Bueno fuera que nos dieran al menos préstamos a bajo interés de inmediato o dinero para poder solventar un poco todo lo que hemos perdido”, comentó el tendero, tras revelar que su negocio inicialmente cerró por dos meses, con las facturas corriendo, y ahora que reabrió, todavía está lejos de ser como antes.

“Aquí se murió mucha gente y también uno ve negocios que están cerrando, y todas las noches uno no deja de pensar con preocupación que de pronto le toque a uno”, agregó el bodeguero, tras advertir que incluso bajo el riesgo de enfermarse, él y sus empleados han puesto el pecho a la pandemia para ayudar con sus ventas, pero quisiera sentir que el gobierno se los retribuye, más allá de decirles gracias. “Me he atrasado en la renta y pagar los biles ha sido muy duro“.

El sentir es el mismo en las palabras de Didier Guzmán, propietario de la panadería Aroma de Café, a pocas calles del Hospital de Elmhurst, quien confiesa que tras reabrir su local, siempre lo ha asaltado la preocupación de no poder mantenerse y terminar sumándose a los más de 2,800 negocios que según un reporte de la Contraloría Municipal han tenido que cerrar sus puertas desde que empezó la pandemia.

“Nosotros cerramos por un mes y aunque recibimos la ayuda federal para pagar empleados, no hemos recibido ni un dólar para mantenernos nosotros o pagar renta. Lo único que pedimos es ayuda, no necesariamente que nos regalen sino que nos den créditos fáciles de sacar con poco interés y para pagar con el tiempo. Eso nos ayudaría mucho, pero por ahora estamos solos”, comentó el colombiano, advirtiendo que ha perdido más del 50% de sus ingresos y justo el mes pasado le aumentaron la renta.

Estas fueron solo algunas de las historias con las que se encontraron este miércoles la asambleísta estatal Catalina Cruz y el Contralor Scott Stringer, quienes realizaron una jornada de visita a los negocios de Elmhurst para medir las aguas.

“Hemos visto no solo la dificultad de muchos negociantes para mantener sus negocios abiertos, sino también para reabrir los que estuvieron cerrados. La gente allí necesita ayuda, necesita más utensilios médicos de cuidado personal y la Ciudad no les está dando ni siquiera la información que necesitan ni les está diciendo con claridad cuándo se van a reabrir los restaurantes adentro. Ni siquiera responden preguntas básicas”, dijo la legisladora.

“El gobernador también debería hacer muchas cosas que hasta ahora no ha hecho. Debería poner al pequeño negociante y al trabajador primero, y ayudarlos a mantenerse en pie, pero los están dejando solos, les estan dando la espalda en una zona que puso tantos muertos también por la falta de ayuda”, recalcó la política de Queens, tras mencionar que está promoviendo un paquete de leyes en Albany para darle la mano a los negocios.

“Tenemos una legislación para ayudar a los negocios que se ven obligados a cerrar sus puertas, a que se puedan salir del contrato, o renegociar sin tener que pagar los costos pendientes y también ayudar a que los negocios que se ven obligados a declararse en bancarrota, tengan asistencia legal gratuita“, agregó Cruz, criticando que la ayuda financiera se les provea a grandes corporaciones, pero no de igual manera a pequeñas empresas.

El contralor Scott Stringer también urgió a la Ciudad y al Estado a que no le den la espalda a los pequeños negocios y pidió mayores ayudas.

“Necesitamos asegurarnos de que distritos como este tenga los recursos y la atención que se merece una comunidad como esta que fue epicentro del virus (…) sabemos que Wall Street saldrá adelante, pero también debemos asegurarnos de que Main street también regresará a la luz”, dijo el Contralor. “Sabemos que Nueva York volverá mejor, pero tenemos que asegurarnos que los más vulnerables vean la luz”.

Tras ser cuestionados sobre las quejas de los pequeños negocios de Queens, y las críticas por la falta de apoyo financiero y de infraestructura, la Administración Cuomo advirtió que en el proceso de reapertura de los locales comerciales, ha habido ayuda, pero la prioridad ha sido la salud.

“Hemos trabajado con el sector privado para lanzar un fondo para pequeñas empresas de $100 millones, incluso cuando el Estado de Nueva York deberá lidiar con una caída de $62 mil millones en ingresos durante los próximos cuatro años, debido a la pandemia”, comentó Jack Sterne, vocero de la Gobernación.

“Nuestra reapertura gradual se centra únicamente en proteger la salud pública y, gracias a esta estrategia basada en datos, hemos reabierto con éxito industrias desde la construcción hasta el comercio minorista y los gimnasios, al tiempo que logramos una de las tasas de infección más bajas del país, incluyendo 19 días seguidos con menos del 1% de las pruebas dando positivo”.

El funcionario agregó que el Estado ha autorizado otras guías que buscan tenderle la mano a los negocios en sus ingresos.

“Hemos relajado las reglas para permitir que los restaurantes sirvan alcohol, con comida para llevar y entrega a domicilio, redujimos la burocracia para que puedan expandir inmediatamente las comidas al aire libre”, agregó Sterne.

Al cierre de esta edición la Oficina del Alcalde De Blasio no respondió a las quejas de los negocios de Elmhurst ante la falta de ayuda.

Datos de crisis de pequeños negocios en NYC

  • 2,800 pequeños negocios han cerrado en medio de la pandemia desde marzo
  • 1,289 restaurantes han cerrado por el COVID-19
  • 844 negocios minoristas cerraron sus puertas
  • 26.4% ha sido la reducción general de los negocios
  • $100 millones es el programa de ayuda a pequeños negocios con el que la Gobernación asegura haberlos ayudado
  • Miles de muertes por el COVID-19 se registraron en Elmhurst, Queens

En esta nota

Contralor Scott M. Stringer Covid

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