Trump acepta formalmente la nominación republicana en medio de protestas por la justicia racial
El presidente se ha dirigido a una gran multitud reunida a las afueras de la Casa Blanca, desde donde se oían gritos y abucheos de manifestantes
El presidente Donald Trump aceptó la noche de este jueves la candidatura republicana a su reelección como presidente de Estados Unidos. Su discurso de cierre de la Convención Nacional Republicana llega en medio de protestas por la justicia racial y en contra del racismo institucional.
“Me presento ante ustedes esta noche honrado por su apoyo, orgulloso del extraordinario progreso que hemos logrado juntos durante los últimos cuatro años increíbles y rebosante de confianza en el futuro brillante que construiremos para Estados Unidos durante los próximos cuatro años”, dijo el presidente al llegar al atril desde el que habló durante más de una hora.
Antes de dar el sí al partido republicano, Trump envió un mensaje de fuerza a las víctimas del huracán Laura, que tocó tierra en Estados Unidos y ha dejado grandes destrozos en estados como Lousiana. El presidente también mencionó a su hermano Robert Trump, que murió este mes en Nueva York, y agradeció a su familia por el apoyo y al vicepresidente Mike Pence por estar a su lado estos casi cuatro años.
El mandatario habló desde la Casa Blanca, a pesar de las críticas por usar la sede oficial de la Presidencia para un evento de campaña de su partido. Desde allí, según los reporteros que estaban en el lugar, se escuchaban los gritos y abucheos de la agitación social, que se ha avivado después de que un policía disparara siete veces por la espalda a un hombre negro en Kenosha, Wisconsin.
Ivanka Trump, hija del presidente, se dirigió a la multitud allí reunida para presentar a su padre y, tal y como han hecho el resto de oradores ensalzó su gestión al frente del país y trató de construir una imagen positiva incluso de su respuesta al coronavirus, que se ha llevado en Estados Unidos a más de 180,000 vidas, según la Universidad Johns Hopkins.
“Cuando Washington elige estrategia, el presidente usa su sentido común. Cuando los políticos eligen al partido, el presidente elige al pueblo”, dijo Trump para alejar a su padre de algunas posturas del partido republicano y de lo que hace cuatro años llamaban el “establisment“.
Tras aceptar su candidatura, Trump entró de lleno en la tarea de atacar a su rival político, Joe Biden, un denominador común de casi todas intervenciones de la Convención Nacional Republicana -con la notable excepción de la primera dama Melania Trump– y a la que el candidato a la reelección recurrió insistentemente a durante su discurso.
“Tu voto decidirá si protegemos a los estadounidenses que respetan la ley o si damos rienda suelta a anarquistas y agitadores violentos y criminales que amenazan a nuestros ciudadanos”, dijo el presidente en su esfuerzo por criminalizar las protestas y por vincular a Biden con los manifestantes de Black Lives Matter y con las fuerzas políticas progresistas que lo considera demasiado moderado.
Trump no hizo mención alguna a la brutalidad policial ni al racismo institucional que ha desatado las protestas, sino que se puso del lado de los departamentos policiales e hizo hincapié en su mensaje de “ley y orden”. El mandatario aprovechó el tema para asegurar que Biden quitaría fondos a la policía, a pesar de que el demócrata ya ha dicho que no apoya ese movimiento.
Al igual que hizo Mike Pence la noche del miércoles e Ivanka Trump unos minutos antes, Trump trató de ofrecer una imagen de líder fuerte y de buen gestor de la crisis del coronavirus. Para ello, volvió a mencionar la restricción de vuelos con China y dio un baile de cifras que dejaban mejor parado a Estados Unidos, el país del mundo con más muertes y más contagios.
El muro fronterizo con México, la máxima promesa electoral de la campaña 2020, no ocupó una parte tan central esta vez. El presidente dijo haber construido en su mandato 300 millas. CNN confirmó que de las 275 millas nuevas que había a 7 de agosto, solo cinco millas se colocaron en lugares donde antes no existía ningún tipo de barrera. Las millas restantes se corresponden con reemplazos o refuerzos del vallado.
Los más de 60 minutos de discurso de Trump estuvieron llenos de afirmaciones engañosas o difíciles de verificar, algo que no sorprende mucho. El presidente y su campaña buscaron acortar la distancia que lo separan de su rival demócrata -una media de diez puntos porcentuales- recurriendo a mensajes rebuscados. Veremos si su estrategia surte efecto.