Dueños de restaurantes denuncian que desamparados están usando cubiculos exteriores como camas y baños
Aunque el programa de "restaurantes abiertos", que cuenta ya con 9,900 locaciones, ha sido una tabla de salvación para muchos negocios, algunas personas sin hogar aprovechan las estructuras para pasar la noche
Desde el pasado 22 de junio, cuando la Ciudad de Nueva York autorizó que restaurantes, panaderías, bares y otro tipo de negocios de comidas podían reabrir con mesas en espacios exteriores, ese programa se convirtió en el salvavidas de quienes hasta ese momento se sentían ahorcados por los efectos de la pandemia del COVID-19.
Los dueños de los restaurantes que sobrevivieron a la crisis económica y que solicitaron el permiso para ofrecer sus servicios afuera, comenzaron a construir frente a sus negocios cubículos, cabinas de madera y hasta carpas, para poder garantizar la comodidad y la seguridad de los clientes y generar ingresos.
Y aunque la gran mayoría coincide con el alcalde Bill de Blasio, en que esa iniciativa les dio un respiro y ha salvado de caer al precipicio a los más de 9,900 negocios que se han beneficiado del programa, hay una queja.
Al caer la noche, y cuando se levantan las mesas y las sillas de los cubículos, en algunas zonas de la Gran Manzana, como Elmhurst, Astoria y Jackson Heights, en Queens, Hell’s Kitchen y Chelsea, en Manhattan y sectores de Brooklyn, mayormente, las construcciones artesanales que sirven de comedores en el día, se vuelven refugio de desamparados.
Así lo denuncia Didier Guzmán, dueño de la panadería Aroma de Café, ubicada en la calle 81 con la avenida Broadway, en Elmhurst, quien asegura con mucha molestia y preocupación, que además de la falta de ingresos que le ha dejado la pandemia, ahora debe lidiar a diario con indigentes que se “apoderan” del frente de su negocio para dormir y hacer sus necesidades.
“Este programa de las mesas afuera ha funcionado un poquito, porque nos ayuda a tener más de lo que teníamos antes en marzo, cuando el 75% del negocio se había caído, pero la verdad ha sido muy duro tener que lidiar con el desorden, el mugre y la suciedad que nos dejan todas las noches los que vienen a dormir aquí”, asegura el colombiano, advirtiendo que incluso su restaurante ha sido objeto de vandalismo.
“El área está siendo vandalizada, hay gente que está haciendo grafitis en las puertas de nuestros negocios, y hay gente que ahorita como cerramos más temprano, les queda más tiempo para hacer cosas en la noche. Si alguien pasa por aquí entre las 2:00 y 3:00 de la mañana, se ve mucho desorden y la policía no hace nada“, se quejó el negociante. quien pidió mayores acciones a las autoridades y a la Administración De Blasio para que ubique a los desamparados en refugios.
“Estos cubos se han vuelto casa de borrachos y adictos. Ellos se meten a dormir ahí en el cajón que hicimos para los clientes, durante la noche y eso no es bueno para nosotros. No hicimos una cama para los borrachos y los desamparados sino un comedor para comer. Cada mañana cuando llega el panadero, encuentra gente durmiendo ahí, como si nada. hay que limpiar porque se orinan, y hacen otras cosas y dejan muhca basura”, agregó Guzmán.
Sandy Luna, del restaurante Lunas’ Kitchen, de la Avenida Roosevelt, también tiene la misma queja y pide mayores medidas de la policía.
“Aquí vemos mucha basura que la gente bota y a veces agarran esto del frente como si fuera un espacio para estarse ahí que nos afecta a todos”, dijo la joven.
Y aunque el alcalde Bill de Blasio ha asegurado que la Ciudad sigue trabajando fuertemente para poner freno al problema del desamparo, que cuenta con un aproximado de 70,000 personas sin hogar en la Gran Manzana y miles más durmiendo en las calles, vecinos como Pedro Valdés, quien ha visto con sus ojos a indigentes durmiendo en cubiculos de restaurantes, levantan su voz y piden soluciones.
“Yo paso por aquí a la madrugada y siempre veo a mucha gente durmiendo y también veo mucho borracho, y aunque sé que eso no es bueno para los negocios, porque les toca limpiar y arreglar lo que ellos dañan, no quiero justificarlos, pero creo que la culpa es de la Ciudad. Si la gente no tiene trabajo y no tiene donde dormir, pues que más va a hacer… aprovechar estos lugares para dormir”, aseguró el ecuatoriano, quien teme un día quedar sin hogar.
“La crisis está tan fuerte que hasta nosotros que tenemos un trabajito, un día podríamos quedar en la calle y al ver esos espacios pues cualquiera se metería a dormir allí”, agregó.
La asambleísta de Queens, Catalina Cruz, aseguró que en su distrito siempre están en conversaciones con el Departamento de Desamparados para ayudar a quienes no tienen hogar y aunque pidió que aquellos negocios de su área que enfrenten alguna problemática, se lo hagan saber, advirtió que urge buscar soluciones contra el desamparo.
“No solo tenemos que velar por los negocios sino por las personas que tienen la vida más difícil y que terminan en las calles, pero lo que estamos viendo es que al final del dia, el trabajo de la Ciudad, que es darle apoyo tanto al pequeño negociante, como a quienes no tienen hogar, no se está haciendo como se debe de hacer”, advirtió la legisladora.
Ante las denuncias y las quejas por la falta de acción y la exigencia de que se le ponga un pare a ese tipo de presencia la presencia de desamparados denunciada en los cubículos exteriores de los restaurantes, y se los ayude a reubicar, la policía de Nueva York aclaró que esa ya no es labor del NYPD, pues desde julio pasado desmantelaron la unidad que tenían y que se encargaba de manejar asuntos de desamparados.
La policía advirtió que los agentes acuden a un lugar cuando se reporta la comisión de un delito y si ese es el caso, deben llamar, pero los indigentes y su presencia, se sale de su área de acción. Los 92 agentes, tres detectives y 25 sargentos supervisores que integraban ese equipo de trabajo, fueron reasignados a otras funciones.
“Para denunciar un delito, los miembros del público deben llamar al 911”, dijo la Sargento Mary Frances O’Donnell, portavoz del NYPD. “(El grupo de) extensión para personas sin hogar ha sido eliminado del departamento”, agregó.
Intentamos obtener una respuesta de la Administración De Blasio sobre las quejas de los dueños de restaurantes y sobre el manejo que se está dando al problema de los desamparados que rondan los espacios para comer al aire libre, y no respondieron nada.
Hace unos días, tras recibir las quejas sobre la presencia de varios campamentos de desamparados ubicados en varios puntos de la ciudad, el Alcalde desestimó las quejas y manifestó que solo eran hechos aislados.
Expansión de programa
Y en medio de las quejas de algunos restaurantes, el alcalde De Blasio anunció la expansión del programa “Restaurantes abiertos” a seis calles más de la Gran Manzana, donde los fines de semana no habrá tráfico vehicular, lo que eleva a 81 el total de corredores viales usados para ese propósito. Cuatro de las seis calles agregadas están en Manhattan, una en Brooklyn y la otra en Queens y funcionaran para tener mesas afuera entre las 5 p.m. y las 11 p.m. los viernes por la noche y desde el mediodía hasta las 11 p.m. los sábados y domingos.
“Seguimos reimaginando nuestro paisaje urbano y brindamos a las pequeñas empresas más oportunidades que nunca de recuperar las pérdidas causadas por el COVID-19”, dijo el mandatario. “Tanto a los restaurantes como a los comensales les ha encantado este programa desde el principio, y estamos orgullosos de ampliarlo aún más”.
De sulado, la Comisionada del Departamento de Transporte, Polly Trottenberg, mencionó: “Con los comensales de los fines de semana disfrutando de comer al aire libre en algunos de sus corredores comerciales favoritos, (el programa) ‘Calles abiertas: restaurantes’ ya ha redefinido de manera efectiva el espacio de las calles de la ciudad de Nueva York y, junto con los restaurantes abiertos, ha hecho que miles de neoyorquinos vuelvan a trabajar”, mencionó la funcionaria.
“Hoy nos complace anunciar aún más lugares para cenar al aire libre en la ciudad, desde Harlem hasta Boerum Hill y Astoria”, agregó.
Datos sobre el plan de restaurantes
- Para obtener ayuda para completar una solicitud, los restaurantes pueden llamar a la línea directa: 888-SBS-4NYC (888-727-4692).
- Para aquellos que deseen reportar inquietudes o alguna violación sobre un restaurante con mesas en el exterior, puede comunicarse a la línea de 311 o la app NYC311.
- 27,000 restaurantes se estima hay en la Gran Manzana
- 9,900 es el total de restaurantes que están ofreciendo servicios al aire libre
- 70,000 se estima que es la población de desamparados en la Gran Manzana