Demandan en la corte a Cuomo y De Blasio para presionarlos a autorizar abrir restaurantes en NYC
Algunos cálculos apuntan que el 75% de estos locales y bares de la Gran Manzana no podrán resistir los límites impuestos por la pandemia
Más de 350 propietarios de restaurantes de la Gran Manzana interpusieron este martes una demanda colectiva contra el gobernador Andrew Cuomo y al alcalde Bill de Blasio, alegando daños económicos irreparables y presionando legalmente para que puedan abrir inmediatamente el interior de los locales con capacidad reducida del 50%, como en el resto del estado.
La querella legal fue presentada en una corte de Staten Island y fue respaldada por el líderes de la minoría republicana en el Concejo Municipal, el concejal Steven Matteo, la asambleísta estatal Nicole Malliotakis.
“La ciudad de Nueva York cumple con las métricas de reapertura del coronavirus, como cualquier otro distrito del estado, pero a los restaurantes se les prohíbe recibir comensales en el interior. No hay justificación para esto. Hemos tratado de razonar con el Alcalde y el Gobernador. No nos ha quedado más remedio que proceder con acciones legales “, dijo Malliotakis, quien representa a Bay Ridge, en Brooklyn.
Cerca de 24,000 restaurantes de la ciudad de Nueva York permanecieron cerrados desde el 17 de marzo debido a las políticas para prevenir la expansión del coronavirus, luego el 24 de junio se les permitió operar pero solo para servicios al aire libre.
Las autoridades de la Ciudad han dejado claro que la posibilidad de que se autorice su funcionamiento en el interior está muy lejana.
“Es una medida arbitraria”
El anuncio de la reapertura de las escuelas, los gimnasios y los centros comerciales, subió la temperatura del reclamo de los pequeños y grandes emprendedores gastronómicos de la ciudad, muchos de los cuales no han podido abrir en seis meses, porque no tienen posibilidades de ubicar mesas en sus áreas exteriores.
El concejal Matteo dio su espaldarazo a la acción legal colectiva que fue liderada por los propietarios de los restaurantes Bocelli y Joyce’s Tavern, asegurando que hasta ahora “no tenemos una explicación razonada de una restricción que es a todas luces ridícula. Si podemos ir a Nueva Jersey o a Long Island en cinco minutos y visitar un restaurante, porqué no pueden proponer un plan que salve de la quiebra de miles de comerciantes y a familias trabajadoras”.
Mark Fonte y Louis Gelormino, dos de los abogados involucrados en la demanda, dijeron a medios locales que el documento presentado sostiene jurídicamente que “Cuomo y De Blasio están actuando de manera arbitraria”.
“Si el clima se vuelve frío ante la llegada inminente del otoño, anticipamos que alrededor del 75 por ciento de los restaurantes de la ciudad cerrarán para siempre”, precisó Fonte.
No y no
El alcalde De Blasio cuando ha sido encarado desde varios frentes por quienes aseguran que es mucho más riesgoso para la reaparición de nuevos brotes del coronavirus la apertura de los edificios escolares y los gimnasios, ha dejado claro de manera muy tajante que no tiene previsto autorizar la apertura limitada de estos establecimientos, considerados vitales para la economía neoyorquina.
El argumento principal de la Ciudad ha sido que de acuerdo a la comunidad científica, las reuniones en el interior de este tipo de comercios ha disparado rebrotes del COVID-19 en Hong Kong y en Europa.
“Tenemos normas de seguridad que nosotros vamos a vigilar en el interior de cada escuela, pero no podemos controlar lo que sucede dentro de un restaurante o un bar a cada hora. Sabemos que la gente no usa máscaras en restaurantes y bares, por definición, estás comiendo y bebiendo. No usas una máscara. La posibilidad de transmisión aumenta enormemente”, ha replicado en varias oportunidades el mandatario municipal.
Así mismo el portavoz del gobernador Cuomo, Richard Azzopardi, defendió la prohibición del servicio de comida en áreas interiores. “La ciudad de Nueva York fue la más afectada y el Gobernador ha tomado medidas para reducir las infecciones en las áreas más densamente pobladas”.
En contraparte, el senador estatal republicano Andrew Lanza, que representa a Staten Island, refirió que esta regulación en la Gran Manzana es producto de un “capricho”.
“No terminamos de entender la lógica del Gobernador y el Alcalde. Si toman decisiones basadas en las métricas de contagio y permiten la reapertura de escuelas y de grandes almacenes, que son espacios cerrados, porqué seguir destruyendo a miles de negocios de comida de la Gran Manzana”, sostuvo el legislador.
Calamidad económica en el sector
Empresarios hispanos como el hondureño Giovanni Díaz quien ha sido testigo de la decadencia de estos comercios en Hell’s Kitchen, uno de los vecindarios del centro de Manhattan que concentra a centenares de pequeños restaurantes, describe el panorama luego de seis meses como una “calamidad económica”.
“No hay turistas en la ciudad y los pequeños empresarios no contamos con grandes incentivos y alivios económicos por parte del Gobierno. Los restaurantes van muy mal, independientemente de que se les permita abrir afuera. El movimiento no es el mismo. Se necesita más capacidad para recuperarse de meses de cierre”, dijo Díaz.
Richard Katehig, gerente del restaurant Route 66 en la Novena avenida de Manhattan, piensa lo mismo.
“Con el servicio de mesas afuera, no es suficiente. Estamos terminando un verano muy mal. La reapertura en el interior con medidas de control, nos puede salvar del cierre definitivo a muchos”, dijo el empresario.
Un agrio “menú” económico
- 1,000 restaurantes, bares y cafeterías de la ciudad de Nueva York ya han cerrado de manera definitiva en medio de la crisis económica causada por la pandemia.
- 75% de los restaurantes de la Gran Manzana podrían cerrar sus puertas de manera definitiva si en un corto plazo no se autoriza su apertura parcial en espacios interiores, calculan las asociaciones que agrupan a estos comercios.
- 1 de cada 5 trabajadores de la industria de la hospitalidad en restaurantes de la ciudad son de origen hispano.