Administración Trump avanza con polémico plan para registrar datos de voz y ADN de inmigrantes
La nueva regla busca ampliar la vigilancia de extranjeros
Una propuesta del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), publicada el viernes para ampliar la toma de datos biométricos de los inmigrantes, es “contraría nuestra creencia fundamental en la dignidad de la persona y la santidad de la familia”, afirmó Anna Gallagher, directora de la Red Católica de Inmigración Legal (CLINIC).
La propuesta da al público 30 días para analizar y hacer sus comentarios a la regla, que cubre 328 páginas, y que si se aplica afectará muchos tipos de solicitudes de inmigración, incluido el asilo, la inmigración por vínculos familiares y por empleo, las visas de los miembros de grupos religiosos y programas que el Congreso ha creado para ayudar a los sobrevivientes de la violencia doméstica y el tráfico humano.
Gallagher calificó la propuesta como “orwelliana”, en una referencia a la novela 1984 de George Orwell, y añadió que es un “manual con instrucciones detalladas para la recolección gubernamental de datos y una afronta a nuestra democracia”.
Bajo esta propuesta el gobierno recogerá, y guardará en sus archivos “posiblemente para siempre el ácido desoxirribonucleico (ADN), escaneos de iris del ojo y rostros, voces y otras características personales”, añadió.
“Aún las sobrevivientes del tráfico humano y la violencia doméstica, incluidos los menores de edad, tendrán que cumplir con el requisito o no podrán obtener la protección de la ley”, dijo Gallagher. “La lectura de esta propuesta es escalofriante”.
Según la propuesta, el Gobierno podría solicitar en cualquier momento nuevos datos biométricos a los inmigrantes que hayan recibido algún beneficio, como una tarjeta verde o un permiso de trabajo, para garantizar la continuidad de la “investigación de antecedentes” hasta que lo inmigrantes se conviertan en ciudadanos estadounidenses.
La propuesta afecta directamente a los inmigrantes que realizan peticiones a través del Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS), y también busca ampliar la cantidad de datos biométricos que se toman a los inmigrantes que realizan procesos como ajuste de estatus, peticiones familiares y solicitud de autorización de empleo, entre otros.
“Esta regla propuesta elimina cualquier ambigüedad en torno al uso de datos biométricos por parte del Departamento, estableciendo estándares claros sobre cómo y por qué recopilamos y usamos esta información”, dijo la semana pasada, en un comunicado, el subsecretario de Seguridad Nacional, Ken Cuccinelli.
Por su parte, Sarah Pierce, analista de políticas de Migration Policy Institute, dijo en un mensaje por Twitter que la propuesta “es una de las políticas más inquietantes de esta Administración”.
La abogada de inmigración advirtió que la propuesta “sometería a decenas de millones de no ciudadanos a ser llamados en cualquier momento por agentes de USCIS para un examen biométrico” al que calificó de “invasivo”.
La medida hace parte de los esfuerzos de la agencia para mantenerse al día con los “desarrollos tecnológicos” y permitir que sus funcionarios identifiquen fácilmente a los inmigrantes como parte de la política del Gobierno para evitar el fraude en el sistema de inmigración.
La propuesta eliminaría el límite de edad para la recopilación de esta información, lo que permitiría al Gobierno federal obtener datos biométricos de inmigrantes menores de 14 años.
La Administración argumenta que esta ampliación en la recolección de datos ayuda a los inmigrantes y a los involucrados en sus peticiones a tener una verificación más conveniente de su identidad.
“Aprovechar la tecnología disponible para verificar la identidad de una persona que estamos evaluando es de un gobierno responsable. La recopilación de información biométrica también protege contra el robo de identidad y frustra a los estafadores que no son quienes dicen ser”, defendió Cuccinelli.
Esta no es la primera vez que el Gobierno del presidente Donald Trump intenta recolectar muestras de ADN de los inmigrantes.
En marzo pasado la Administración dio su visto bueno final a una norma para almacenar muestras de ADN de los inmigrantes indocumentados, una polémica medida que ya se aplicaba en la frontera a través de un programa piloto implementada desde comienzos de año.
El pasado 6 de enero, la Patrulla Fronteriza comenzó a recolectar muestras de ADN de cualquier persona en su custodia a la que tomaba las huellas dactilares, y lo hace mediante el uso de hisopos que se pasan por la cara interna de las mejillas, según un documento oficial del DHS.