Comer un bolillo para el susto, ¿funciona el consejo de las abuelas mexicanas?
Luego de un sismo o un incidente te ofrecen un bolillo para el susto
En México existe la creencia popular de que es bueno comerse un bolillo para el susto. Luego de un sismo, un accidente, una caída, presenciar una pelea, un robo o algún hecho similar, es común que por consejos heredados de las abuelas, te ofrezcan comer un pan suave y esponjoso como remedio. Veremos qué fin tiene y si funciona.
¿Qué pasa en tu cuerpo cuando te asustas?
Cuando una persona está asustada o se percibe que está en peligro, el cerebro desencadena una oleada de adrenalina, que hace que el corazón lata más rápido y empuja al cuerpo instantáneamente al modo de “lucha o huida”.
La Asociación Americana del Corazón explica que el susto también afecta al hígado y al páncreas, provoca la transpiración y empuja la sangre hacia los principales grupos de músculos.
Las oleadas de adrenalina dependerán de la magnitud del susto, las más peligrosas son en respuesta a una situación que amenaza la vida o del estrés de descubrir el cuerpo fallecido de un ser querido.
La vesícula biliar almacena la bilis producida por el hígado. Luego de la liberación de adrenalina por un fuerte susto se vacía la vesícula biliar, es lo que comúnmente conocemos como “derramar bilis”, publica la Universidad Nacional Autónoma de México.
¿Y qué tiene que ver el bolillo?
Al vaciarse la vesícula biliar, algunas personas con alta sensibilidad a la bilis en el estómago, pueden presentar algunas molestias como nauseas, diarrea, vómito e inflamación del estómago.
De ahí surgen mitos como comer bolillo para que recoja la bilis, y así disminuye la molestia que alguna gente puede llegar a tener, señala el médico Jorge Saucillo.
Cuando la bilis se queda en el estómago, esta es digerida de manera normal a la hora de comer o hacer digestión, es una condición normal.
No es que el bolillo tenga una característica o propiedad especial pero es lo más práctico y que tenían a la mano las personas para proporcionar rápidamente al asustado. Con ello se procura que no tenga el estómago vacío, ayudar con la bilis, los jugos gástricos y así evitar los síntomas negativos por la liberación de adrenalina.
Cuando el cuerpo está bajo estrés también puede liberarse glucosa almacenada en varios órganos, lo que conduce a niveles elevados de glucosa en el torrente sanguíneo. Para quienes no tienen diabetes este aumento es modesto y temporal.
Con las personas diabéticas no se recomienda dar cualquier alimento que pueda elevar rápido los niveles de azúcar en sangre como lo puede hacer un pan hecho de harina refinada.
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