La normalización no llega a las solicitudes iniciales de desempleo
En el octavo mes de de pandemia 1,3 millones de trabajadores solicitan seguro de desempleo en una semana
La pandemia no ha acabado y la crisis económica tampoco está contenida.
El año pasado unas 212,000 personas solicitaron por primera vez el seguro de desempleo en la semana que acabó el 3 de octubre. Este año del COVID-19 la cifra es de 840,000 a los que se unen 464,440 que han solicitado la ayuda especial durante la pandemia (PUA) y que normalmente no tienen derecho a este beneficios como los contratistas independientes y freelancers.
En total son 1.3 millones de nuevos desempleados que necesitan asistencia. Son apenas 53,000 menos que la semana anterior.
Por segunda semana consecutiva las cifras de California son una estimación, basadas en las cifras de hace tres semanas, porque las sospechas de fraude en este estado han obligado a parar la tramitación de aplicaciones de seguro de desempleo. Esta semana empieza a aceptar de nuevo solicitudes y de momento se desconoce el impacto que esto tendrá en el conteo definitivo ya que es uno de los estados que ha registrado un mayor número de desempleados.
A la espera de este ajuste, los datos muestran que una vez se ha recuperado parte del shock en el empleo de la primavera, el avance sobre este está siendo muy lento y las solicitudes de seguro de desempleo siguen por encima de lo registrado en la peor semana de crisis precedentes.
En la semana que acabó el 19 de septiembre unos 25.5 millones de trabajadores dependían de ese seguro de desempleo. Es un millón menos que la semana directamente anterior pero en 2019, la cifra total de quienes cobraban un beneficio por ello era de 1,4 millones de personas.
El subsidio no es elevado. Aproximadamente el 40% del salario que cobraban antes de perder el empleo. Los $600 semanales con los que se complementaba el seguro de desempleo gracias al CARES Act, algo que mantuvo a flote a millones de familias y a la economía en su conjunto, se terminaron en julio.
El beneficio para personas que normalmente no califican para el seguro de desempleo, el PUA, se termina a finales de año. Además, la mayoría de los estados proporcionan 26 semanas de beneficios regulares, unos seis meses, en octubre se cumplen ocho meses de crisis y en los estados en los que hay extensiones se están activando, en otros, simplemente hay menos petición continuada de estos beneficios.
La señal que ha mandado el presidente, Donald Trump, es que no habrá una extensión de la mejora del beneficio de $600 semanales ni de otros estímulos en los próximos meses algo que debilita a millones de hogares y la demanda clave para justificar una oferta y producción de bienes y servicios que anime la creación de empleo.