¿Los niños pequeños deben comer carne?
Especialistas señalan que los bebés pueden comer carne desde los 6 meses
La alimentación juega un papel fundamental para que los niños crezcan sanos y desarrollen todo su potencial. Cuando el bebé crece, luego de los seis meses necesita los nutrientes que contienen alimentos que complementarán a la leche materna. La dieta actual de los pequeños no solo tiene efectos a corto plazo sino también en su vida en un futuro.
Las instituciones de salud, así como organizaciones enfocadas en la niñez y la alimentación, contantemente destacan la importancia de los alimentos que los niños necesitan consumir y los que deben limitar, entre ellos el azúcar agregado y el sodio.
Con una dieta equilibrada se procura su desarrollo físico y mental. Además les reduce la posibilidad de presión arterial alta y sobrepeso en la vida adulta, también un menor riesgo de diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, respiratorias y problemas emocionales.
Carne desde los seis meses
A partir de los seis meses de edad el bebé podrá empezar a comer sólidos. En la primera semana se puede agregar una cucharada colmada de carne cocida, desmenuzada con un tenedor o bien picada con cuchillo señala el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
La UNICEF señala que la cantidad mínima de carne que el bebé necesita es una cucharada colmada entre los 6 y los 9 meses, dos cucharadas entre los 9 y los 12, y tres cucharadas colmadas entre los 12 y los 24 meses.
De acuerdo a la Academia Estadounidense de Pediatría, para cuando tenga 7 u 8 meses de edad, el bebé puede comer una variedad de alimentos de diferentes grupos. Estos alimentos incluyen cereales, carne u otras proteínas, frutas, verduras, yogures, quesos y más.
¿Por qué es buena la carne para los niños?
Proteínas. La carne proporciona proteína completa importante para el desarrollo de sus músculos y órganos
Hierro. La carne es la mejor fuente de hierro hemo que es más biodisponible que el hierro no hemo que se encuentra en las fuentes vegetales. Este mineral está en todas las carnes, de cerdo, cordero, pollo o pescado.
El hierro es un nutriente fundamental para el desarrollo del bebé. Los bebés y los niños con anemia ferropénica (por deficiencia de hierro) pueden desarrollar dificultades de aprendizaje.
Vitamina B12. Sólo los alimentos de origen animal son fuente natural de vitamina B12 señala la Oficina de Suplementos Dietéticos de los Institutos Nacionales de Salud.
Los pescados y mariscos proporcionan la mayor cantidad de vitamina B 12 y vitamina D, además de casi todos los ácidos grasos Omega-3. En los bebés, los signos de una deficiencia de vitamina B12 incluyen retraso del crecimiento, problemas del movimiento y anemia megaloblástica.
Colina. Los huevos proporcionan la mayor cantidad de colina. El cerebro y el sistema nervioso la necesitan para regular la memoria y el estado de ánimo, para el control muscular y otras funciones.
El pescado en la dieta de los niños. La Fuente de la Nutrición de Harvard recomienda que los niños pequeños coman dos porciones de pescado por semana. Señala que tanto los estudios observacionales como los ensayos controlados han demostrado que las grasas Omega-3 en el pescado son importantes para el desarrollo óptimo del cerebro y el sistema nervioso de un bebé.
Recomendaciones
Cualquier corte de carne es apropiado, incluso los más baratos. Se debe sacar la grasa o la piel en el caso del pollo. Se puede cocinar a la plancha, hervida, al horno o a la parrilla.
Una vez cocida, la carne debe darse desmenuzada con un tenedor o rallada, pero nunca licuada o procesada, ya que luego le costará al niño aceptar otras texturas.
Las carnes y el pescado no pueden ser sustituidos por los nuggets, el jamón, las hamburguesas envasadas ni otros fiambres y embutidos, ya que tienen excesiva cantidad de grasa y sal, y muy poco hierro, que es lo que el niño necesita.
Niños que no comen carne
Los bebés y niños pequeños que siguen una dieta vegetariana o vegana es posible que necesiten suplementos específicos (como vitamina B12) además de los suplementos vitamínicos habituales recomendados para todos los bebés. Se requiere de una dieta bien planificada por un profesional para que los niños puedan obtener la mayoría de los nutrientes que necesitan para crecer y desarrollarse.