Además de en ese país, las consecuencias peores de Eta también se han sufrido en Nicaragua, Honduras y en el sur de México. En total, ya se han contabilizado decenas de muertos y más de 100 personas siguen desaparecidas en el área centroamericana, donde Eta tocó tierra por primera vez en Nicaragua el martes con fuerza de categoría 4 con vientos de unas 140 millas por hora (220 kilómetros por hora).
En la vecina Honduras se han reportado al menos 21 muertos, aunque solo se han confirmado ocho hasta el momento. María Elena Mejía Guadrón, de 68 años, perdió la vida cuando las aguas del río Chamelecón se desbordaron e inundaron el barrio Planeta de San Pedro Sula antes del amanecer del jueves.
Su hija, Mirian Esperanza Nájera había huido de su casa en la oscuridad con sus dos hijos y su madre.
ero mientras se aferraba a sus hijos, la corriente se llevó a Mejía. Nájera siguió buscando desesperadamente a su madre.
El cuerpo de Mejía fue recuperado posteriormente y llevado a la morgue donde fue identificada por sus familiares.
“Cuando comenzaron las inundaciones, toda la familia estaba saliendo de la casa”, dijo una amiga de la familia Nery Solis, “Mirian cargaba a sus dos hijos y de repente la corriente los agarró y no pudo atrapar a su mamá”.
En el sur de México, al otro lado de la frontera con Guatemala, 20 personas murieron debido a que las fuertes lluvias atribuidas a Eta provocaron deslizamientos de tierra y crecieron arroyos y ríos, según Elías Morales Rodríguez, funcionario de defensa civil del estado de Chiapas.
El peor incidente en México ocurrió en el municipio montañoso de Chenalhó, donde 10 personas fueron arrastradas por la crecida de un riachuelo; sus cuerpos fueron encontrados más tarde río abajo.
Tras abandonar Centroamérica, Eta ganó fuerza en las aguas abiertas del Caribe y azotó Belice, las islas Caimán y cruzó Cuba durante el fin se semana. La tormenta tropical se desplaza ahora por el Golfo de México donde se espera que vuelva a convertirse en huracán después de tocar tierra a útlimas horas de este domingo en Lower Matecumbe Key en el extremo sur de Florida.
Este estado sigue sintiendo sus efectos, en particular fuertes vientos, lluvias y marejada ciclónica, según el último boletín del Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés).
Se espera que el tiempo en esa región del estado siga deteriorato hasta al menos este martes. Los vientos del ciclón alcanzan la velocidad de 60 millas por hora (100 kilómetros por hora), según el NHC.
Eta es la tormenta con nombre número 28 de la actual temporada atlántica, cuyo final se prevé para el 30 de noviembre y que se considera excepcionalmente intensa respecto a la media.
El NHC advirtió que hay que prepararse para más posibles temporales. Ya localizó dos áreas del Atlántico, una en el Caribe y otra en el medio de este océano, donde pueden formarse nuevas tormentas.
Con información de AP