¿Cómo se siente recibir la vacuna contra el coronavirus de Pfizer o de Moderna? ¿Y cómo funciona?
Ambos fármacos utilizan una biotecnología novedosa que no se ha utilizado antes en ninguna otra vacuna
Las farmacéuticas Pfizer y Moderna han sido pioneras en Estados Unidos al obtener la autorización de uso de emergencia de la FDA para sus vacunas contra el COVID-19, pero también al desarrollar fármacos que usan una nueva tecnología conocida como “ARN mensajero” (ARNm).
Ante una tecnología tan innovadora y ante la inminente distribución de las nuevas vacunas en este país y en el mundo es normal preguntarse: ¿Y cómo se siente recibir la vacuna contra el coronavirus de Pfizer o de Moderna? Algunos voluntarios que han participado en los ensayos clínicos de fase 3 en EEUU han narrado su experiencia.
¿Cómo funcionan?
El Instituto Nacional del Cáncer de EEEU define el ARN mensajero como un tipo de ARN que se encuentra en las células y que contiene “la información genética que se necesita para elaborar las proteínas y lleva esta información desde el ADN en el núcleo de la célula al citoplasma donde se elaboran las proteínas”.
A diferencia de las vacunas tradicionales, en las que se inyecta una dosis de virus vivo o atenuado al organismo, estas vacunas contienen la instrucción genética para que el cuerpo produzca por sí mismo un proteína, la proteína pico que contiene el SARS-CoV2. A su vez, esta instrucción activa el sistema inmunológico que comienza a producir anticuerpos contra la nueva proteína, desconocida hasta ese momento.
Se requiere una segunda dosis del medicamento para incrementar la respuesta del sistema inmunológico y alcanzar la efectividad cercana al 95 por ciento declarada por ambas compañías. De esta manera, cuando el organismo entre en contacto con el virus real, estará preparado para combatirlo. La tecnología ARNm se ha estudiado por décadas para combatir otras infecciones e incluso, ciertos tipos de cáncer.
Lo que se siente
Un voluntario de 24 años que recibió una dosis de la vacuna experimental luego de inscribirse en el ensayo a través del sitio web de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), narró a CNN cómo fue su experiencia.
Yasir Batalvi señala que, luego de firmar un formulario de consentimiento de 22 páginas de extensión, estaba un poco nervioso antes de recibir la primera inyección, pero sintió que debía participar “como un deber cívico”.
Luego relata que la primera la inyección se sintió como la de cualquier otra vacuna. Por la noche, el dolor en el brazo le impedía moverlo mucho por encima del hombro, pero fue “definitivamente manejable”. Sin embargo, al recibir la segunda dosis los síntomas fueron un poco más claros. “Esa noche fue difícil. Quiero decir, desarrollé una fiebre baja y fatiga y escalofríos”, le dijo el joven a la publicación. Sin embargo, Batalvi asegura que la gente puede sentirse segura de tomarla. “Tomé la vacuna, estuvo bien. Creo que podemos superarlo”, añadió.
Los síntomas de Batalvi son una respuesta normal a una vacuna. El doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de EEUU, le dijo a Mark Zuckerberg que estos leves efectos secundarios desaparecen en 24 horas, 48 como máximo. “Lo que el cuerpo te está diciendo con esa respuesta es que está respondiendo bien a la inyección”, afirmó.
Fauci aclaró que algunas personas pueden no sentir nada mientras otras experimentan dolor en el brazo, una sensación como de gripe y, una minoría de personas, fiebre. “Francamente, en comparación con una protección del 95 por ciento contra una infección que puede ser mortal o significativamente debilitante, creo que es un equilibrio adecuado“, apuntó.
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