La señal de alerta que indica estás bebiendo demasiado refresco y prácticas ideas para sustuirlo
Un excesivo consumo de refrescos es el enemigo latente de la buena salud
Todos queremos estar más saludables, vivir por más tiempo y mejor. Con base en ello existen ciertos hábitos alimenticios que resultan peculiarmente nocivos para la salud y sin lugar a dudas uno de los principales es la ingesta excesiva de refrescos. Aunque la ciencia no reconoce formalmente la adicción a los refrescos como un trastorno real, beber demasiado puede resultar en una dependencia con graves consecuencias para el organismo.
Lo cierto es que los refrescos reúnen el escenario perfecto para ser altamente adictivos, contienen principalmente cafeína y azúcar, que son dos ingredientes que crean hábito y se asocian con comer en exceso y padecer todo tipo de antojos. Lo que sucede con los refrescos regulares, es que su alto contenido en azúcar provoca liberación de dopamina en el cerebro y su consumo estimula los centros de placer.
Es bien sabido que un alto consumo de refrescos conduce a diversas afecciones de salud, entre las que se destacan: el aumento de peso, mayor riesgo de diabetes, caries dentales, exceso de grasa alrededor del abdomen, dolor en las articulaciones, problemas de salud renal, mayor riesgo de enfermedad cardíaca, colesterol alto, mala salud intestinal, problemas hormonales (principalmente con respecto a la leptina, la hormona del hambre), pérdida de memoria, deshidratación, pérdida de cabello, hinchazón y un mayor riesgo de muerte, solo por nombrar algunos.
Médicos y nutricionistas coinciden en algo: la ingesta óptima de estas bebidas es cero, es momento de ser claros y saber que no aportan nutrientes, son calóricos y afectan la salud. También es cierto que beber una Coca-Cola de vez en cuando no simboliza ningún problema y tampoco te hace “adicto a los refrescos y el azúcar”, existen algunos parámetros en los cuales su ingesta se considera excesiva y el principal es consumir más de dos latas por día. Para ponerlo en mayor contexto: una lata de Coca-Cola de 12 onzas contiene 39 gramos de azúcar (aproximadamente 10 cucharaditas), que es más del 80% de la ingesta diaria recomendada para una dieta saludable.
Recientemente un estudio comprobó que una de las principales señales de peligro y que nos alertan sobre un alto consumo de refrescos, es experimentar dolores de cabeza cuando no se están consumiendo. Este infalible síntoma se presenta como una especie de abstinencia, como la que se da con muchas sustancias adictivas, de hecho si estás acostumbrado a beber refrescos con cafeína, el síntoma más característico sin lugar a duda serán los dolores de cabeza.
La razón por la cual se pueden presentar estos síntomas, es simple: tomar un estimulante de manera constante y luego dejar de hacerlo abruptamente produce un desconcierto en el organismo, que se manifiesta con dolores de cabeza, irritabilidad y mal humor. Si te interesa iniciar el camino para liberarte de tu adicción a los refrescos, los expertos recomiendan que lo manejes como lo harías con la mayoría de las sustancias adictivas e inicies gradualmente. Empezar con algunos simples cambios será de gran ayuda: Si estás bebiendo una botella de refresco de 20 onzas al día, pruebe con una botella de 12 onzas. Si estás bebiendo dos refrescos al día, prueba con uno.
También existen magníficos sustitutos que hacen más fácil todo y que se relacionan más con un cambio de hábitos, que sin lugar a dudas conducen a un estilo de vida mucho más sostenible y saludable. Toma nota y decídete a cambiar esta poco saludable costumbre.
1. Seltzer con una rodaja de fruta
La efervescencia y el toque fresco de la fruta lo convierten en un excelente sustituto de cualquier refresco. Opta por agregar frutas cítricas como la toronja, naranja, lima y limón, los frutos rojos también van de maravilla, agrega un toque único con tus hierbas de olor favoritas como la menta, hierbabuena y el romero.
2. Té de frutas
Actualmente la tendencia de nutrición natural pone a nuestro alcance todo tipo de recomendaciones para elaborar tés frutales caseros y medicinales. También existen muchas ofertas en el mercado, como el té de granada, mandarina, frutos rojos, manzana y mango y de especias como el jengibre, la canela y el cúrcuma, que adicionalmente ofrecen beneficios terapéuticos y antiinflamatorios.
3. Refresco casero de toronja
Aunque no lo creas es posible crear tus propias sodas caseras y esta es una magnífica alternativa: combina jugo de toronja fresco y recién exprimido, con agua mineral, si lo deseas agrega un poco de miel o stevia y hojitas de menta.
4. Café negro
La mejor opción para contrarrestar la falta de cafeína de los refrescos, es por supuesto el café. De tal modo que beber una taza de café negro siempre será de gran ayuda, también puedes crear bebidas refrescantes con café, mezcla con leche de almendra, canela y un toque de stevia. ¡Delicioso!