Por qué Estados Unidos subestima las reinfecciones de coronavirus

¿Nos acostumbraremos a vivir con el virus?

Tos crónica y falta de óxigeno, los síntomas que la han acompañado a lo largo de estos meses.

Tos crónica y falta de óxigeno, los síntomas que la han acompañado a lo largo de estos meses. Crédito: Jesús Diges | EFE

Kaitlyn Romoser contrajo la covid-19 por primera vez en marzo, probablemente en un viaje a Dinamarca y Suecia, justo cuando se empezaba a comprender el alcance de la pandemia. Romoser, de 23 años e investigadora en un laboratorio en College Station, en Texas, dio positivo y tuvo algunos días de síntomas leves, parecidos a un resfriado.

En las semanas siguientes, tuvo lo que pareció ser una recuperación completa. Incluso se hizo otra prueba, que fue negativa, para unirse a un estudio como una de las primeras donantes de plasma sanguíneo convaleciente en un intento por ayudar a otros.

Seis meses después, en septiembre, Romoser volvió a enfermarse, después de un viaje a Florida con su padre. Esta segunda vez fue mucho peor. Perdió el sentido del gusto y el olfato, y sufrió persistentes dolores de cabeza y fatiga.

De nuevo dio positivo para la covid, junto con su gato.

Romoser cree que fue un caso claro de reinfección, en lugar de un misterioso resurgimiento de la infección original que estaba inactiva. Debido a que el coronavirus, como otros virus, muta regularmente a medida que se multiplica y se propaga en una comunidad, una nueva infección tendría una huella genética diferente.

Pero, como ninguno de los laboratorios había guardado sus muestras para hacer una secuenciación genética, no hubo forma de confirmar su sospecha.

“Sería bueno tener pruebas”, dijo Romoser. “Literalmente me han llamado mentirosa, porque la gente no quiere creer que es posible volver a infectarse ¿Por qué mentiría sobre estar enferma?”

Mientras millones de estadounidenses luchan por recuperarse de la covid-19 y millones más luchan por obtener vacunas, funcionarios de salud pueden estar pasando por alto un inquietante subgrupo de sobrevivientes: los que se infectan más de una vez.

La importancia de identificar reinfecciones

Identificar qué tan común es la reinfección entre las personas que contrajeron la COVID-19, así como qué tan rápido se vuelven vulnerables y por qué, tiene implicaciones importantes para comprender la inmunidad y para los esfuerzos de la nación para diseñar un programa de vacunación eficaz.

Los científicos han confirmado que son posibles las reinfecciones después de la enfermedad inicial causada por el SARS-CoV-2, pero hasta ahora las han caracterizado como raras. Se han comprobado menos de 50 casos en todo el mundo, según un rastreador de reinfecciones global.

Solo cinco en los Estados Unidos, incluidos dos detectadas en California a fines de enero.

Parece un número bastante insignificante. Pero no retener pruebas para realizar la secuenciación genética, significa que muchos estados no están rastreando o investigando rigurosamente los casos sospechosos de reinfección, según una revisión de Kaiser Health News (KHN).

KHN envió consultas sobre la vigilancia de reinfecciones a los 50 estados y al Distrito de Columbia. De 24 respuestas, menos de la mitad proporcionaron detalles sobre casos de reinfección sospechosos o confirmados. En los que funcionarios dijeron que están monitoreando activamente la reinfección, han encontrado muchos más casos potenciales de los que preveían.

Por ejemplo, en el estado de Washington, funcionarios de salud están investigando casi 700 casos que cumplen con los criterios para una posible reinfección, con tres docenas en espera de secuenciación genética y solo un caso confirmado.

En Colorado, autoridades estiman que las posibles reinfecciones representan solo el 0.1% de los casos positivos de coronavirus. Pero con más de 396,000 casos reportados, eso significa que casi 400 personas pueden haberse infectado más de una vez.

En Minnesota, autoridades han investigado más de 150 casos sospechosos de reinfección, pero no tienen el material genético para confirmar un diagnóstico, dijo un vocero.

En Nevada, donde el verano pasado se identificó el primer caso de reinfección por la COVID-19 en el país, Mark Pandori, director del laboratorio estatal de salud pública, dijo que no hay duda de que estos casos pasan desapercibidos.

“Puedo predecir que estamos perdiendo de vista casos de reinfección”, dijo. “Son muy difíciles de determinar, por lo que se necesitan equipos especializados para hacer ese trabajo, o un laboratorio central”.

Estos casos son diferentes de los llamados “covid de largo plazo”, en los que la infección original desencadena síntomas debilitantes que persisten durante meses, y se pueden seguir detectando partículas virales.

La reinfección ocurre cuando una persona se infecta con la COVID-19, elimina esa cepa y se vuelve a infectar con una cepa diferente, lo que genera preocupaciones sobre la inmunidad sostenida contra la enfermedad. Estas reinfecciones ocurren regularmente con otros cuatro coronavirus que circulan entre los humanos y causan resfriados comunes.

Las pautas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) piden investigar una posible reinfección cuando alguien da positivo en una prueba de la covid-19 al menos 90 días después de una infección original (o al menos 45 días para los casos “muy sospechosos”).

La confirmación de la reinfección requiere la secuenciación genética de ambas muestras de sangre, para saber si los genomas involucrados son diferentes.

Pero Estados Unidos no tiene la capacidad para este proceso, que identifica la huella digital de un virus específico para que pueda compararse con otras cepas. Jeff Zients, jefe del grupo de trabajo federal de la covid-19, señaló a fines de enero que el país ocupa el puesto 43 en el mundo en secuenciación genómica.

Hasta la fecha, solo se ha secuenciado una fracción de las muestras positivas, aunque la administración Biden está trabajando para expandir rápidamente el esfuerzo.

El 1 de febrero, la doctora Rochelle Walensky, directora de los CDC, dijo a periodistas que la secuenciación genética se ha “multiplicado por diez” en las últimas semanas, de 251 la semana del 10 de enero a 2,238 la del 24.

La agencia está trabajando con empresas privadas, estados y laboratorios académicos para aumentar hasta 6.00 secuencias por semana a mediados de febrero.

El doctor Scott Lindquist, epidemiólogo estatal de Washington para enfermedades transmisibles, dijo que los funcionarios han priorizado la secuenciación genética en el laboratorio estatal, con planes para comenzar a tener los genotipos del 5 % de todas las muestras recolectadas.

Eso permitirá a los funcionarios clasificar esas casi 700 posibles reinfecciones, dijo Lindquist. Más importante aún, el esfuerzo también ayudará a señalar la presencia de formas significativamente mutadas del coronavirus, conocidas como variantes, que podrían afectar la facilidad con la que se propaga y, quizás, la forma en que enferma a las personas.

El espectro de las reinfecciones complica una de las preguntas centrales de la amenaza de la covid-19: ¿Cuánto tiempo después de la infección natural o la vacunación las personas permanecerán inmunes?

Los primeros estudios sugirieron que la inmunidad sería de corta duración, solo unos pocos meses, mientras que investigaciones más recientes encuentran que ciertos anticuerpos pueden persistir en pacientes infectados por la covid-19 durante más de ocho meses.

La posibilidad de reinfección significa que incluso los pacientes que han tenido la covid-19 deben permanecer atentos para prevenir otro contagio, dijo el doctor Edgar Sánchez, médico de enfermedades infecciosas de Orlando Health en Florida.

“Muchos pacientes preguntan: ‘¿Cuánto tiempo tengo que preocuparme por volver a tener covid?’”, dijo. “Literalmente les digo: ‘Probablemente estés a salvo durante unas semanas, incluso un par de meses, pero más allá de eso, no está muy claro’”.

El mensaje es similar para la sociedad en general, explicó el doctor Bill Messer, experto en genética viral de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregon en Portland, que ha estado reflexionando sobre la psicología cultural de la respuesta a covid. La evidencia sugiere que puede no haber un regreso claro a la normalidad.

“No creo que suceda que acabemos con esta pandemia venciendo al virus”, dijo. “Creo que es más probable que aprendamos a sentirnos cómodos viviendo con este nuevo virus que circula entre nosotros”.

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