Cuál es el platillo que nunca deberás pedir en un restaurante italiano
Este par de clásicos platillos de la suculenta cocina italiana, no le están haciendo ningún favor a tu salud
No existe nada más suculento que la extensa gama de irresistibles platillos, que pone a nuestro alcance la gastronomía italiana. Sin lugar a dudas se trata de una de las cocinas favoritas a nivel mundial, de hecho todos amamos ir a darnos un capricho a un rico restaurante italiano. La palabra “mangia” que significa comer, es el himno de la cultura italiana. Es bien sabido que son los reyes de la abundancia y el buen comer. Con base en ello mucho sabemos que existe un estereotipo común cuando hablamos de las delicias italianas: comes comida delicioso, pero mucha a la vez.
Como parte de un estilo de vida saludable y sostenible, es importante procurar el equilibrio. Y es completamente válido darnos un gusto ocasional con nuestras comidas favoritas, sin embargo de manera más general es importante ser conscientes de lo que estamos eligiendo consumir para evitar la ingesta alta de calorías, grasas y sodio.
Para quienes están en un camino de pérdida de peso, existen algunos deliciosos platillos italianos que es mejor evitar, sobre todo uno en específico. Recientemente el portal digital de Eat this, Not That, realizó un interesante trabajo de investigación al respecto; que contó con el apoyo de la reconocida nutricionista Amy Tao de Based Wellness. Quien se dio a la tarea de confirmar cuál es el peor plato posible que nunca debemos pedir en un restaurante italiano. Adicionalmente dentro de sus más destacadas recomendaciones generales, aconseja eliminar las salchichas y embutidos de los platos de pasta o pizza y evitar todo tipo de entradas fritas, como los palitos de mozzarella y los calamares fritos debido a su alto contenido de sodio y grasa.
La reconocida nutricionista señala que hay un plato popular que debemos evitar en un restaurante italiano. Además de eso, hay otro ingrediente problemático que acecha en los menús de los restaurantes italianos que también será importante evitar. Así que sin más preámbulos, el peor plato que nunca debes pedir en un restaurante italiano es: Pollo parmesano.
En muchas ocasiones las personas suelen pedir el pollo parmesano, pensando en que resulta una buena opción de proteína y el pollo, claro que lo es. Sin embargo este delicioso y muy popular platillo, es empanizado, generalmente se baña en salsa marinara, se acompaña de pasta y por si fuera poco va gratinado. Lo cierto es que estamos muy acostumbrados a descartar ciertos platos por su “alto aporte calórico” y también es importante considerar su contenido en componentes cruciales que deterioran la salud. En el caso del pollo parmesano, desafortunadamente es un plato “alto en todo”: grasas saturadas, carbohidratos, sodio y azúcar.
En la popular cadena de restaurantes Olive Garden, el pollo a la parmesana que de hecho es gigante contiene 1,780 calorías ¡Prácticamente la ingesta total de un día! Para ser más específicos aún contiene: 43 gramos de grasas saturadas, 1 gramo de grasas trans y la terrible cantidad de 4,560 miligramos de sodio. Y si piensas que una porción regular te salvará, estás equivocado, pues no es mucho mejor opción. Un plato promedio de pollo parmesano, contiene: más de 1,000 calorías y 2,980 miligramos de sodio. Esto solo es un platillo, sin tomar en cuenta aperitivos, postres ni bebidas. No solo contiene lo equivalente a un día de calorías para la mayoría de las personas, aproximadamente aporta dos días de ingesta de sodio.
Sucede lo mismo con una versión similar del plato que sirven en Romano’s Macaroni Grill, que contiene un poco menos de calorías y significativamente menos sodio, pero aún tiene un alto contenido de sodio finalmente es una comida a 1.890 miligramos. Otra referencia que nos comprueba sobre esta bomba calórica, es Maggiano’s que revela un plato de pollo a la parmesana que contiene 3,070 miligramos de sodio. Si se te ocurre cambiarlo por ternera a la parmesana, en lugar de pollo, esta simple decisión aportará 5.000 mg de sodio.
Entonces, la mayor tendencia que se observa entre este plato clásico en estos típicos restaurantes que solemos visitar con frecuencia es el alto contenido de sodio. De hecho se cuenta con información liberada por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, que advierten sobre el consumo excesivo de sodio y cómo este proviene de alimentos procesados y de restaurantes. Es bien sabido que el consumo excesivo de sodio se asocia con graves afectaciones en los niveles de presión arterial, se considera que quienes tienen niveles elevados de presión arterial de 130/80 o más tienen hipertensión y por lo tanto un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular. Estas afecciones se encuentran entre las principales causas de muerte en el mundo. De hecho se cuenta con devastadores datos, que confirman que a partir del 2017, casi la mitad de todos los adultos en los Estados Unidos tenían hipertensión o estaban siendo tratados con medicamentos para la hipertensión.
Por si fuera poco la exquisita gastronomía italiana no deja de sorprendernos y existe otro plato con el que debemos de tener especial cuidado y que de hecho es uno de los componentes más famosos en los restaurantes italianos. Y por desgracia es … La salsa Alfredo.
Es normal que nos ofrezcan la salsa Alfredo en todos lados, como complemento de deliciosos platos. Sin embargo solo en la salsa (sin contar el tipo de pasta o proteína con la que se acompañe), estaremos aportando muchas calorías y otros complementos poco nutritivos a la dieta. Se trata de una de las salsas más calóricas que existen, está cargado de mantequilla, crema espesa y queso, es deliciosa sobre la pasta como fettuccine y aún más deliciosa con pollo. Pero está lejos de ser una opción saludable debido al alto contenido de sodio, grasas y calorías. Por ejemplo, Fettuccine Alfredo de Maggiano contiene 1.430 calorías, 79 gramos de grasa, 40 gramos de grasa saturada y 4.310 miligramos de sodio. Mientras que la versión de OIive Garden del plato contiene 1.010 calorías, 56 gramos de grasa, 34 gramos de grasa saturada y 850 mg de sodio, y la versión Macaroni Grill de Romano contiene 1.040 calorías, 59 gramos de grasa, 36 gramos de grasa saturada y 1.630 miligramos de sodio. Sucede lo mismo que con el pollo parmesano, termina siendo un plato que fácilmente aporta el total de calorías de todo un día.
Según un estudio del año 2017, estos platos también tienen un alto contenido de grasas saturadas, que no son esenciales para nuestra dieta, ya que se han relacionado con un mayor riesgo de enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular isquémico. Todas estas cuestiones nos invitan a tomar mejores y más saludables desiciones.
¿Qué es recomendable pedir en un restaurante italiano?
Lo primero que tenemos que decirte, es que no todo está perdido. Por lo tanto no deberás permitir que estos dos platillos, te impidan experimentar la belleza de la cocina italiana. La buena noticia es que hay muchas opciones saludables. Sin lugar a dudas serán un gran aliado para ayudarte a cumplir tus objetivos de peso corporal y salud.
- Como aperitivos: Apuesta por un cóctel de camarones, mejillones o almejas al vapor. Los caldos y sopas a base de tomate como la minestrone, o una ensalada verde para comenzar.
- Como plato principal: Para tu plato principal, disfruta de una salsa a base de vegetales, como la salsa marinara, y al elegir la adición de una proteína, evita las que han sido fritas y opta por una opción de pollo o pescado a la parrilla o al horno”. Elige verduras a la parrilla o al vapor y, si te apetece pasta (que es lo más probable), apuesta por el tamaño pequeño, con salsas ligeras y acompaña con ensaladas.
- Tips adicionales: Evita acompañar tus comidas con cócteles llenos de azúcar, agua mineral con una rodaja de limón y una copa de vino es perfecto. Solicita que utilicen aceite de oliva en lugar de mantequilla y manténte lejos del pan. Pide el postre para compartir entre varios comensales, te ayudará a quitar la ansiedad por algo dulce sin excederte.
Recuerda que es posible disfrutar de las delicias de la vida, al mismo tiempo que cuidas tu salud y peso. Solo es cuestión de tomar desiciones conscientes y aprender a seleccionar las mejores alternativas para nuestra salud, pequeñas desiciones y ajustes representan un cambio muy significativo.