Qué sucede en el cuerpo al comer comida picante
Comer chile puede ser una experiencia intensa para algunos, sin embargo también se asocia con grandes beneficios medicinales
Cuando de trata de picante normalmente no existen términos medios, existen personas que lo aman y otras que lo odian. Los efectos de “enchilarnos” son innegables y es normal experimentar: nariz que moquea, quemazón en la boca sudoración e inclusive hipo. Lo cierto es que el chile es un componente único en ciertos platillos como el chili casero, las fajitas de habanero, el vindaloo de pollo y numerosas salsas. No hay dudas nada enciende las papilas gustativas tanto como la comida picante.
Sin embargo más allá de los síntomas físicos que podemos presentar al comer comida picante, es bien sabido que el consumo de chile se asocia con propiedades terapéuticas que vale la pena mencionar. Resulta que lo que sucede en el cuerpo al comer pimientos es bastante intenso, gran parte de sus bondades medicinales se relacionan con su contenido en capsaicina; un compuesto químico que se encuentra en los chiles, puede actuar como un analgésico natural. De hecho se cuenta con un estudio en el cual se avala que el consumo recurrente de chile, promueve la longevidad y mejora la calidad de vida. dicho trabajo de investigación concluyó que las personas que consumían alimentos picantes seis o siete días a la semana mostraron una reducción del 14% en el riesgo de mortalidad total, en comparación con aquellos que solo consumían alimentos picantes menos de una vez a la semana. Sin más preámbulos descubre lo que sucede en el cuerpo cada vez que comes picante ¡Te impresionará!
1. El riesgo de padecer úlceras disminuye
Uno de los principales mitos entorno al consumo de chile, es creer que afecta al sistema digestivo y es causa de úlceras. Sin embargo tenemos una noticia para ti, en realidad es todo lo contrario: la capsaicina inhibe la producción de ácido, aumenta el flujo sanguíneo al estómago y aumenta la producción de moco. En conjunto todos estos factores en realidad reducen el riesgo de úlceras. Así que la próxima vez que dudes en comer chile no será por miedo a sus efectos digestivos, como dato complementario se cuenta con un estudio en el cual se ha comprobado que uno de los culpables más comunes de las úlceras es tomar con frecuencia AINE (medicamentos antiinflamatorios no esteroides), como el ibuprofeno.
2. Se promueve la pérdida de peso
Una de las mejores noticias para los amantes del picante, son sus beneficios para acelerar el adelgazamiento. Resulta que se ha demostrado que el chile tiene ciertos compuestos activos, que se asocian con beneficios para reducir el apetito y aumentar el gasto de energía. También se ha comprobado que la capsaicina tiene múltiples beneficios para la salud metabólica, especialmente para la pérdida de peso en personas obesas. De hecho, se cuenta con una investigación en la cual se demostró que cuando las personas consumían compuestos de capsaicina antes de comer, consumían 74 calorías menos durante la comida. Otra referencia relevante, un estudio en el que también se encontró que consumir capsaicina resultó en quemar alrededor de 50 calorías más por día. La conclusión de ambos estudios es la misma: incluir el consumo de chile en la dieta diaria, se deriva en “pérdida de peso clínicamente significativa” en uno o dos años. Por último y no menos importante otros estudios sugirieron que la capsaicina y otros compuestos en los chiles pueden aumentar la oxidación de grasas.
3. La salud del corazón mejora
Las afecciones cardiovasculares se encuentran entre las primeras causas de muerte a nivel mundial, es por ello que cada día es más importante proteger la salud el corazón. De hecho se ha demostrado que las culturas que comen alimentos más picantes tienen menos casos de enfermedades cardiovasculares como accidentes cerebrovasculares y ataques cardíaco. Se ha comprobado que las personas que consumen variedades de chiles principalmente, como los jalapeños, los pimientos de Cayena y los chiles rojos, reducen los niveles de colesterol y combaten la inflamación. La capsaicina también bloquea un gen que estrecha las arterias, lo que aumenta el flujo sanguíneo en los vasos. Con los vasos sanguíneos dilatando, la presión arterial puede reducirse y ayudar a prevenir los coágulos de sangre. También se cuenta con datos liberados por Clínica Mayo, en los cuales se comprobó que la capsaicina tiene propiedades antiinflamatorias, lo cual es importante para la salud del corazón, ya que la inflamación conduce a la acumulación de placa en las paredes de los vasos sanguíneos.
4. Menor riesgo de padecer cáncer
Otro de los maravillosos efectos de la capsaicina, son sus propiedades anticancerígenas. Se cuenta con una investigación en la que se demostró que la familia de moléculas a la que pertenece la capsaicina tiene un superpoder bastante sorprendente: puede unirse a las proteínas en las células tumorales y eliminarlas sin dañar las células sanas circundantes. Lo cierto es que se cuenta con diversas referencias que lo respaldan, se cuenta con un estudio publicado en The Journal of Clinical Investigation en el cual se reveló que la capsaicina activa los receptores celulares en el revestimiento intestinal, reduciendo así el riesgo de desarrollar tumores.
5. Sistema inmunológico más fuerte
Un pimiento picante al día puede hacer la diferencia y mantenerte alejado del médico. Numerosos estudios han demostrado que la capsaicina tiene efectos antioxidantes y antiinflamatorios súper potentes, que ayudan al sistema inmunológico a combatir las infecciones. De tal modo que comer picante es un gran aliado para protegernos enfermedades e infecciones causadas por virus y bacterias.
6. El estado de ánimo mejora de forma natural
Es bien sabido que las endorfinas, son un producto químico que provoca placer y que se libera al hacer ejercicio, montar una montaña risa o reírte a carcajadas con un amigo. Pues si quieres mejorar de manera natural el estado de ánimo, la capsaicina puede tener el mismo efecto. Según información liberada en un estudio de la Universidad Northwestern, los capsaicinoides desencadenan señales que engañan al cerebro para que piense que tiene dolor. Y en respuesta, el cerebro libera esas hormonas del bienestar para combatir el dolor percibido.