Madre de 39 años sin condiciones preexistentes muere tras segunda dosis de vacuna Moderna en Utah

La familia de Kassidi Kurill, de 39 años, espera los resultados de la autopsia para clarificar las causas de la muerte de la mujer, reportada luego de que recibiera la segunda dosis de la vacuna Moderna contra el coronavirus.

La madre de Ogden, en Utah, murió el pasado 5 de febrero luego de sentirse enfermar y ser trasladada de emergencia al hospital.

Pero, según los parientes de Kurill, la estadounidense era una persona saludable y no tenía condiciones preexistentes.

Su familia cree que Kurill, quien era madre de una niña, murió como resultado de complicaciones asociadas a la inmunización. Sin embargo, la oficina forense del estado no ha certificado muertes relacionadas con las dosis de la vacuna hasta el momento, y no parecen haber vínculos entre las recientes muertes de cuatro residentes de Utah (una de éstas Kurill) y la inoculación.

“Ella estaba saludable, feliz y activa, la mejor madre que tu hayas visto en tu vida, y de repente, se puso tan enferma en menos de 12 horas, entubada y en soporte vital”, declaró a Fox News Alfred Hawley, padre de la fallecida.

Kurill, que trabajaba como tecnóloga para varios cirujanos plásticos, recibió la segunda dosis de la vacuna el 1 de febrero.

Al siguiente día, la mujer empezó a quejarse de dolor de cabeza, nauseas e incapacidad para orinar. Dos días después, tuvo que acudir de emergencia al hospital ya que su corazón palpitaba de manera acelerada. Luego de ser sometida a pruebas de sangre, el personal médico descubrió que su hígado no estaba funcionando y que requería un trasplante.

La noche del 5 de febrero la mujer falleció.

No está claro el diagnóstico médico sobre el caso de Kurill.

El Dr. Erik Christensen, del Departamento de Salud de Utah, dijo que especialistas no han encontrado conexión entre la vacuna y las cuatro muertes de personas luego de recibir la inmunización, entre éstas, Kurill.

El experto dijo que es muy raro que alguien muera como resultado de la inoculación contra el coronavirus a menos que sufra de una anafilaxia o reacción alérgica grave en todo el cuerpo a un químico.

Christensen cree que, en el caso de la tecnóloga, la autopsia revelará una condición preexistente no diagnosticada como causa del fallecimiento.