Estos son los peores 6 alimentos ultraprocesados de todos los tiempos
Los alimentos ultraprocesados son el enemigo más letal de la buena salud. Se caracterizan por su alto valor calórico, son ricos en grasas saturadas, aditivos y azúcares añadidos, descubre cuáles son las peores opciones
No es ninguna novedad: los alimentos ultraprocesados son el enemigo más letal de la sociedad moderna. Su consumo excesivo y recurrente, se relaciona directamente con el desarrollo de enfermedades crónicas y es un hábito alimenticio que acorta considerablemente la esperanza de vida. Recientemente un alarmante estudio publicado en la revista BMJ Open, reveló que el 60% de las calorías en la dieta diaria de un estadounidense promedio provienen de alimentos ultraprocesados. Los investigadores también encontraron que estos alimentos ultraprocesados representan el 90% del azúcar añadida en la dieta diaria, de tal manera que no es ninguna casualidad el preocupante incremente en los casos de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas. También se ha comprobado que este tipo de alimentos, deterioran la salud mental y el estado de ánimo, su consumo recurrente aumenta el riesgo de padecer ansiedad, depresión, nerviosismo e irritabilidad.
Lo cierto es que estamos rodeados de alimentos procesados, que se destacan por su contenido en aditivos como aceites hidrogenados, sabores artificiales, emulsionantes y endulzantes. En su mayoría tienen largos y complicados nombres que ni siquiera podemos leer. La autora principal del estudio, Euridice Martinez Steele, destacó la importancia de limpiar nuestras dietas y señala que la fórmula infalible para evitar el exceso de azúcares añadidos: no reemplazar la comida real con alimentos y bebidas ultraprocesados.
Si bien la oferta de alimentos procesados es inmensa, nos dimos a la tarea de seleccionar los que son considerados como las 6 peores alternativas para la salud. Lo más preocupante es que son opciones muy comunes en cualquier despensa ¡Toma nota!
1. Papas fritas
Las papas fritas son tan irresistibles y accesibles, que se vuelve prácticamente imposible comer solo una y claro, es muy probable que terminemos consumiendo muchas más porciones de la cuenta. De hecho diversos nutricionistas han comprobado que sus efectos negativos comienzan solo 5 segundos después del primer bocado. Diversos aspectos de su composición se encuentra su alto aporte calórico, su contenido en grasas saturadas, sodio, colorantes y aditivos. Además la mayoría de las opciones comerciales, se caracterizan por su contenido en glutamato monosódico, un químico que altera los umbrales de saciedad y promueve el sobreconsumo. Llama la atención saber que una pequeña porción de 30 gramos puede contener hasta 300 mg de sodio, lo que se traduce en cerca del 15% de la ingesta recomendada por día. Adicionalmente su alto contenido en grasas las vuelve un producto muy calórico: 30 gramos aportan 153 calorías vacías y 4.5 g de grasas saturadas, que cubren el 83% de lo recomendado al día por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Con todas estas razones no es ninguna novedad saber, que el consumo excesivo de este tipo de botanas incrementa el riesgo de padecer hipertensión, enfermedades cardiovasculares, ataque cardíaco, diabetes y obesidad.
2. Pastelillos empaquetados
Nada más tentador que la amplia gama de pasteles envueltos en plástico, que se exhiben de manera muy tentadora en la mayoría de las tiendas de comestibles. Estos pasteles envueltos en plástico parecen durar meses y años en la despensa, lo cual refleja su extremo procesamiento. Se distinguen por ser sumamente calóricos, son ricos en harinas refinadas, con abundantes azúcares añadidos, conservadores y grasas trans. Los efectos de un alto consumo de este tipo de pastelillos son letales, en principio su alto contenido en azúcar los hace altamente adictivos, de tal manera que el cerebro siempre pedirá más, además tanta azúcar deprime al sistema inmunológico. Adicionalmente no aportan nada de nutrientes y sin embargo muchas calorías. Afectan el peso corporal, incrementan el riesgo de síndrome metabólico y se asocian con las más populares enfermedades degenerativas. También afectan el estado de ánimo y son una de las principales causas del aumento de medidas (sobre todo de circunferencia de cintura) que tanto se relaciona con problemas de salud crónicos.
3. Algunas variedades de pan
En los últimos años con la creciente popularidad de las dietas bajas en carbohidratos, el pan ha sido sometido a muchos cuestionamientos. Lo primero que tenemos que decir es que no todas las variantes de pan son iguales, por lo tanto las variantes que resultan nocivas para la salud son aquellas de pan blanco ultraprocesado. Lo que sucede con este tipo de pan, es que se trata de una fuente de carbohidratos de combustión rápida y alto índice glucémico. Por lo mismo el organismo lo utiliza como fuente de energía, lo cual se deriva en un desgaste en la insulina y picos en la glucosa en sangre. No es ningún mito decir que el pan blanco procesado engorda, es alto en calorías, rico en harinas refinadas, de poco valor nutricional y con nulo contenido en fibra. Apuesta por el consumo de pan integral o sin gluten, o incluso sin granos, que no tenga aditivos ni conservantes artificiales.
Pan blanco. /Foto: Anthony Shkraba/Pexels
4. Refrescos de dieta
No es ninguna sorpresa decir que los refrescos son pésimos para la salud en todo aspecto posible. Lo cierto es que ciertas personas tienen una falsa creencia entorno a los refrescos de dieta, ya que suelen pensar que son menos nocivos para la salud, por ser bajos en calorías y aparentemente sin azúcar. La mala noticia es que son inclusive una peor idea que los refrescos regulares ¿La razón? Contienen edulcorantes artificiales como aspartamo, sacarina y sucralosa, sustancias muy peligrosas para la salud. De hecho se han relacionado con dolores de cabeza, depresión, un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y apoplejía. También deterioran la salud bucal, causan aumento de peso y afectan el buen funcionamiento cerebral, renal, hepático, digestivo e intestinal. Evítalos a toda costa y apuesta por el consumo de agua natural, tés e infusiones.
5. Pizza congelada
Lamentablemente, no parece haber una versión mínimamente procesada de la pizza prefabricada. Las pizzas congeladas son un enemigo de la buena nutrición y aunque son una alternativa fácil y accesible lo mejor es evitarlas por completo. Son un alimento muy poco nutritivo y altamente calórico, contienen mucho sodio, grasas saturadas y carbohidratos, y normalmente contienen una lista de ingredientes muy larga, que por desgracia en su mayoría son procesados. Su consumo se relaciona con afecciones cardíacas, obesidad, problemas digestivos e inflamación abdominal. La mejor alternativa para los días con antojo de pizza, sin lugar a dudas es prepararla con masa casera (de preferencia con harina integral) y mejor aún con una base de coliflor.
6. Dulces y golosinas
Probablemente la categoría más amplia de esta selección son los dulces y golosinas. Existen todo tipo de atractivas alternativas en el mercado, como los caramelos, paletas, gomitas y barras de chocolate ¿La mala noticia? No solo aportan calorías vacías, contienen jarabe de maíz con alto contenido de fructosa y sabores artificiales. Comer demasiados dulces es una de las conductas que más deteriora la salud a corto, mediano y largo plazo, principalmente el aumento de peso será considerable. Y le sigue un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, problemas bucales, afectaciones graves en el funcionamiento mental y cognitivo. Por si fuera poco los dulces al ser tan adictivos, deterioran la salud emocional y la calidad del sueño.
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