Por qué no siempre es bueno cocinar con aceite de oliva
El aceite de oliva es oro líquido para la salud y una de las mejores fuentes de grasas para cocinar. Sin embargo utilizarlo en exceso podría interferir con tus esfuerzos por bajar de peso, conoce la opinión de los especialistas
No existen dudas: el aceite de oliva es increíblemente saludable y se podía decir que compararlo con otros aceites de cocina resulta ofensivo. El aceite de oliva es oro líquido para la salud y eso se debe en gran parte a su alto contenido en grasa monoinsaturada, un tipo de grasa dietética conocida por aumentar el colesterol HDL “bueno” y disminuir el colesterol LDL “malo”. Y aunque hay muchos otros beneficios para la salud de cocinar con aceite de oliva con regularidad, también es importante tener en cuenta que el aceite de oliva sigue siendo un alimento graso. Y el principal efecto secundario de cocinar una cantidad excesiva de alimentos grasos es el aumento de peso.
El primer punto a considerar son las calorías, aunque el aceite de oliva tiene un aporte calórico completamente saludable ¡Sigue siendo una grasa! Y lo que sucede al utilizarlo en la cocina es que solemos rociar el aceite sin medir la cantidad, típico al saltear algún guisado o plato de pasta e inclusive al preparar ensaladas. A esto debemos de sumar que la mayoría de las botellas de aceite de oliva hacen que rociar y cocinar sea un proceso fácil y limpio, por lo tanto si no tenemos cuidado con la cantidad de aceite que estamos usando, es muy factible acumular calorías sin darse cuenta.
Para mayor contexto: solo una cucharada de aceite de oliva equivale a alrededor de 120 calorías, esto aplica tanto para la versión de aceite regular como extra virgen. Ahora pasemos a la cantidad que solemos utilizar al cocinar ¡Nunca es solo una cucharada! Sobre todo cuando estamos cocinando algún salteado grande, inclusive friendo pollo empanizado, la cantidad de aceite que utilizamos suele ser mayor y con ello automáticamente se aumentarán significativamente las calorías de cualquier platillo.
Es cierto que cocinar con aceite de oliva es un gran hábito culinario y no queremos que se mal interprete la información. No en vano es el ingrediente base de la dieta mediterránea clasificada por 4º año consecutivo como la más saludable y recomendada. Su lista de bondades es amplia y contundente. El aceite de oliva protege la salud cardiovascular, combate la inflamación, regula el colesterol y el azúcar en sangre, mejora la digestión y favorece el funcionamiento digestivo. También es una de las mejores fuentes de grasas saludables, que se asocian con cualidades para estimular el metabolismo y potenciar la quema de grasas. Sin embargo, si no tenemos cuidado con la cantidad de aceite de oliva que estamos comiendo, como sucede con cualquier otro alimento graso saludable: las calorías aún pueden acumularse y revertir cualquier tipo de esfuerzo de pérdida de peso que haya estado buscando.
Entonces, el aceite de oliva es excepcional, nutritivo y una de las mejores fuentes de grasas saludables. Por lo tanto, utilizarlo con cautela al cocinar es la principal medida para evitar subir de peso y seguir obteniendo sus maravillosas virtudes. Así que nos dimos a la tarea de investigar sobre la mejor forma recomendada por nutricionistas para racionar con éxito el aceite de oliva.
Una forma fácil de racionar el aceite de oliva al cocinar:
Probablemente uno de los trucos más sencillos y favoritos de diversos nutricionistas, cuando se trata de cocinar con aceite de oliva es usar una botella con atomizador. Rociar las verduras o carnes con aceite de oliva puede controlar fácilmente la cantidad de aceite que se usa, aportará un sabor increíble, grandes beneficios nutricionales y reducirá significativamente la cantidad de calorías.
También otra buena alternativa son las botellas de aceite de oliva en aerosol, son fáciles de comprar en el supermercado y una manera mucho mas precisa de utilizar menos aceite del necesario. Sobre todo es una presentación perfecta para freír y saltear todo tipo de alimentos. Ahora, algunas recetas suelen indicar que se añada el aceite de oliva directamente en una sartén, ¡y está bien! El consejo es en lugar de simplemente verter el aceite, utiliza cucharas para medir y divide la cantidad de aceite de oliva que usas. También es importante no someterlo a altas temperaturas, algunos gurús de la nutrición afirman que nuestro amado aceite de oliva “tan saludable” se convierte en nocivo para el corazón cuando se calienta a temperaturas superiores a 200 ºC. Lo que sucede al calentarlo más de la cuenta, es que se produce un proceso de hidrogenación, ocasionando que el líquido gane saturación al añadir multitud de átomos de hidrógeno. Cabe mencionar que esto no es un suceso tan dramático: el aceite no liberará toxinas dañinas, pero comenzará a descomponerse y gran parte del valor nutricional que asociamos con el aceite de oliva, como los ácidos grasos omega-3 y antioxidantes, se destruyen por el alto proceso de calentamiento.
Ahora ya lo sabes, el aceite de oliva sigue siendo igual de saludable que siempre y de hecho es una de las mejores opciones de grasas saludables. También es un gran aliado culinario, va de maravilla con todo tipo de platillos: tapas, botanas, pastas, ensaladas, ceviches, guisados, pescados, carnes e inclusive se añade en batidos y postres. Simplemente como en todo el secreto está en la moderación.
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