Sorprendentes verdades que tienes que saber sobre los huevos, según los expertos

Los huevos son uno de los alimentos más populares, nutritivos y consumidos en todo el mundo. Existen algunos datos muy relevantes acerca de su consumo, sobre sus efectos en las salud cardiovascular y su adecuada conservación ¡Te sorprenderás!

El huevo puede ser usado como oráculo.

El huevo puede ser usado como oráculo. Crédito: Karolina Grabowska | Pexels

Tal vez no lo tengas tan claro, pero has comido muchos huevos en tu vida: según la American Egg Board, estima que en promedio una persona consume alrededor de 279 piezas al año. Es innegable que forman parte de los alimentos más populares y consumidos en el mundo, son un elemento fundamental en la canasta básica de lo más nutritivos y versátiles. Probablemente es por ello que creemos saber todo sobre los huevos, si bien existen algunos hechos que son de dominio popular; como su alto contenido en nutrientes: vitamina D, ácido fólico, vitamina B2, selenio, hierro, vitaminas A y E y otros. Además de su innegable aporte en proteínas de alto valor biológico: hay 6 gramos de proteína en 1 huevo grande y muy poca grasa saturada (1,6 gramos por huevo). También a estas alturas los expertos ya han roto el mito sobre sus efectos en el colesterol y la salud cardíaca, hoy sabemos que ayudan a aumentar el colesterol bueno “HDL”.

Lo cierto es que el huevo es un alimento fascinante que engloba algunos datos bastante interesantes. Sigue leyendo para conocer las sorprendentes verdades que debe saber antes de romper el próximo huevo en el desayuno o cocinar ese rico pastel. 

1. Los huevos marrones no son necesariamente más saludables

Mucho se ha dicho sobre el color del cascarón de los huevos y su directa relación con su composición nutricional, sin embargo un huevo es un huevo. Según especialistas de la Universidad de Illinois, si las gallinas han sido alimentadas con el mismo tipo de alimento serán nutricionalmente equivalentes, independientemente del color de la cáscara. Es momento de saber que el color del caparazón está determinado por la raza de la gallina. Para mayor contexto: las gallinas ponedoras de huevos blancos incluyen las siguientes especies de gallinas: Ancona, 55 Flowery Hens, Leghorns, Friesian, and Cinnamon Queens, entre otras. Las ponedoras de huevos marrones incluyen Rhode Island Reds, Plymouth Rocks, Chanteclers, Buckeyes, Delaware, Red Stars, entre otras. Sin embargo lo que hay dentro del caparazón es lo mismo, al menos que la gallina sea alimentada con una dieta especial de linaza. La linaza tiene un alto contenido de grasas omega-3, los mismos ácidos grasos saludables para el corazón que se obtienen del salmón y otros pescados grasos y es por ello que los huevos de gallinas alimentadas con linaza producen lo que se llama “huevos enriquecidos”. Llama la atención la información revelada en un estudio de 2020 publicado en Food Science & Nutrition, en la cual se confirma que el contenido en omega-3 de estos huevos suele ser de 125 miligramos (cinco veces la cantidad de los huevos normales) e inclusive puede llegar a 500 miligramos por huevo. Según un trabajo de investigación publicado en Nutrients, la dieta de una gallina también puede influir en el perfil de ácidos grasos de la yema y el contenido de micronutrientes como vitaminas, oligoelementos y carotenoides antioxidantes. En pocas palabras: la dieta de la gallina es lo que influirá en el valor nutricional del huevo, no el color de la cáscara.

2. Es probable que comer huevos no eleve los niveles de colesterol en sangre

Es cierto que las yemas de huevo contienen mucho colesterol, por lo tanto es normal pensar que comer muchas yemas eleva los niveles de colesterol a poco saludables ¡No necesariamente! Investigaciones recientes, han descubierto que en realidad es la grasa saturada, no el colesterol de la dieta, lo que aumenta el colesterol en la sangre. Es decir seguir una dieta rica en alimentos con abundantes grasas saturadas, como la carne, lácteos enteros, alimentos fritos y productos horneados, hacen que el hígado produce demasiado colesterol, especialmente el tipo LDL dañino. Hoy en día sabemos a través de numerosos estudios que los huevos mejoran los niveles del LDL, el llamado “colesterol malo”, al cambiar a los individuos del patrón B de LDL, las partículas de colesterol LDL pequeñas y densas más peligrosas, al patrón A LDL, que no está asociado con la aterosclerosis. Sin embargo, es importante mencionar que los expertos aún advierten sobre el alto riesgo que corren las personas con enfermedades crónicas, como las que tienen diabetes, hipertensión o cualquier afección cardiovascular. Es un hecho que deben ser cautelosas con la ingesta de colesterol en la dieta, y eso incluye los huevos. 

3. La ingesta moderada de huevos puede promover la salud del corazón

Uno de los principales mitos entorno al consumo de huevos radica en su contenido en colesterol y grasas saturadas, y con ello su relación directa con las enfermedades cardíacas. Sin embargo hoy sabemos que es una percepción errónea y se cuenta con numerosas referencias científicas al respecto. de hecho se cuenta con un estudio chino que lo avala. Dicho trabajo de investigación involucró a medio millón de personas y sugiere que comer un huevo todos los días en realidad puede ser un hábito de gran ayuda para el corazón. En el estudio observacional publicado en la revista Heart de BMJ, los investigadores encuestaron a los participantes sobre su frecuencia de consumo de huevos y luego analizaron su salud durante cuatro años en busca de vínculos con enfermedades cardiovasculares. Cabe mencionar que solo se eligió para participar en el estudio a personas sin enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y cáncer. Los investigadores encontraron que las personas que comían hasta 7 huevos a la semana, es decir lo equivalente a uno al día, tenían menos probabilidades de desarrollar una enfermedad cardiovascular que los participantes que no comían huevos.

4. Comer huevos puede ser seguro para los diabéticos

Otro de los aspectos que más ha despertado cuestionamientos acerca del consumo de huevos, son sus efectos en los niveles de glucosa en sangre. La buena noticia es que según un estudio observacional publicado en Medicine enfocado en encontrar el vínculo entre comer huevos y el riesgo de diabetes tipo 2, no encontró asociación entre un mayor consumo de huevos y el desarrollo de esta terrible enfermedad crónica. También se cuenta con otra referencia interesante, un ensayo controlado aleatorio de 42 personas con sobrepeso con prediabetes o diabetes tipo 2 en el cual se encontró que comer huevos puede incluso mejorar el control de la glucosa. Dicho ensayo asignó al azar a los participantes a comer un huevo grande todos los días o el equivalente de un sustituto sin huevo. Después de 12 semanas de la intervención, los análisis de sangre de los participantes en el grupo de huevos reales indicaron mejoras significativas en la glucosa en sangre en ayunas, lo que marcó una mayor sensibilidad a la insulina y ningún cambio en el colesterol en comparación con el grupo que no consumía huevos.

5. Siempre será mejor no lavar los huevos 

Muchas personas tienen la típica costumbre de lavar los huevos después de comprarlos y antes de almacenarlos en casa, pues tenemos una noticia para ti ¡No lo hagas! Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, el agua puede hacer que la cáscara del huevo sea más porosa, permitiendo que las bacterias pasen al interior del huevo. Además es importante que sepas que los huevos que compras en el supermercado ya fueron lavados a una temperatura que mata la salmonela sin cocinar el huevo. Si dudas hacerlo con los huevos de granja o cosechados en casa, aplica el mismo consejo: nunca es buena idea lavarlos, lavar los huevos sucios elimina la flor (una capa de micro membrana diseñada para proteger el interior y mantenerlo limpio) e invita a que las bacterias se introduzcan dentro del huevo. 

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