Una dieta saludable durante todo el embarazo predispone 50% menos de probabilidades de tener un parto prematuro, según un nuevo estudio

Seguir una dieta saludable basada en el consumo de alimentos integrales, evitando las carnes rojas y productos procesados, es una medida fundamental en un embarazo sano. Un reciente estudio comprobó que seguir una dieta sana, es la mejor medida para evitar complicaciones incluida la diabetes e hipertensión gestacional, preeclampsia y bebés prematuros

Exceso de cafeína se ha asociado con la pérdida del embarazo y el bajo peso al nacer.

Exceso de cafeína se ha asociado con la pérdida del embarazo y el bajo peso al nacer. Crédito: Unsplash

No es ningún secreto hablar sobre lo fundamental que es seguir una dieta saludable durante el embarazo, toda mujer necesita obtener los nutrientes esenciales necesarios para garantizar el óptimo desarrollo del bebé y sobre todo cuidar la salud de ambos. Según un reciente estudio las mujeres embarazadas que siguen una dieta saludable desde la concepción tienen un 50% menos de probabilidades de tener un parto prematuro. Los investigadores también descubrieron que comer bien reduce el riesgo de varias otras complicaciones comunes del embarazo, como sucede con la diabetes gestacional, presión arterial alta y preeclampsia. Además los expertos que encabezaron el estudio enfatizaron que una dieta equilibrada durante el embarazo deberá basarse en el consumo de frutas, verduras, cereales integrales y frutos secos, al mismo tiempo que deberá limitar la ingesta de carnes rojas y procesadas.

¿En que consistió el estudio?

El estudio fue realizado por el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (NICHD) Eunice Kennedy Shriver en los Estados Unidos y fue publicado en American Journal of Clinical Nutrition. El trabajo involucró a casi 1.900 mujeres que respondieron a cuestionarios sobre sus dietas entre semana 8 y 13 de embarazo. También se les pidió que estimaran lo que comieron en los tres meses anteriores. De tal modo que sus respuestas fueron analizadas de acuerdo con tres medidas de alimentación saludable: el índice alternativo de alimentación saludable (AHEI), la dieta mediterránea alternativa (AMED) y la dieta de enfoques dietéticos para detener la hipertensión (DASH). Y los hallazgos fueron sorprendentes, se descubrió que las mujeres con un puntaje alto de dietas AMED O DASH entre las semanas 24 y 29 de embarazo tenían un riesgo 50% menor de tener un parto prematuro. Mientras que las mujeres con un puntaje alto de AHEI entre las semanas 16 y 22 de gestación, presentaban un 32% menor riesgo de diabetes gestacional que las mujeres con un bajo puntaje.

De tal modo, los investigadores comprobaron que los patrones dietéticos más saludables durante la periconcepción y el embarazo caracterizados por puntuaciones más altas de AHEI, AMED o DASH, se relacionaron con menores riesgos de complicaciones comunes del embarazo, incluida la diabetes e hipertensión gestacional, preeclampsia y bebés prematuros.

Complementario a ello a principios de este año, otro estudio advirtió que las madres que consumen una dieta poco saludable durante el embarazo pueden encaminar a sus hijos hacia el aumento de peso y la obesidad. Sin lugar a dudas un hallazgo interesante, teniendo en cuenta la creciente epidemia de obesidad infantil en el mundo.  Es así como un grupo de doctores del Brigham and Women’s Hospital en Boston, investigaron los vínculos entre la dieta de una futura madre y las tasas de crecimiento de sus hijos entre el nacimiento y la adolescencia. Como era de esperarse el equipo de investigadores descubrió que las mujeres que siguen una dieta basada en el consumo de alimentos inflamatorios durante el embarazo, son más propensas a ocasionar un mayor aumento de peso en niños entre tres y diez años de edad. Este tipo de dieta se caracteriza por un alto consumo de alimentos ultraprocesados y comidas rápidas, que a grandes rasgos se destacan por su aporte calórico y alto contenido en azúcares, grasas trans artificiales, sodio, harinas refinadas y todo tipo de carnes procesadas.

Lo cierto es que la obesidad infantil es uno de los problemas de salud más serios a futuro, finalmente los niños con sobrepeso y obesidad tienden a seguir siendo obesos en la adolescencia y edad adulta. Además es un ciclo sin fin, ya que desde jóvenes se incrementa considerablemente el riesgo de padecer diabetes, hipertensión, colesterol alto y afecciones de salud mental, como ansiedad y depresión. 

Es por ello que es indispensable un adecuado y completo seguimiento médico durante todo el embarazo y lactancia. Además es clave contar con la supervisión dietética de un nutricionista, sobre todo considerado que los problemas de peso suelen comenzar durante el embarazo, ya que las vías que programan el metabolismo, el crecimiento y los comportamientos alimentarios son sensibles a las influencias en el útero.

Los expertos recomiendan que las mujeres embarazadas consideren seguir una dieta mediterránea, en la cual se enfatiza el consumo de alimentos de origen vegeta como son abundantes frutas y verduras, legumbres, frutos secos, semillas, cereales integrales y grasas saludables, como el maravilloso aceite de oliva. Complementariamente se aconseja la ingesta dos veces por semana de pescados grasos (siempre bien cocidos, ningún marisco en crudo) y un abundante consumo e agua natural. Se trata de alimentos que son libres de cualquier procesamiento, que son ricos en vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes, además de aportar magníficas propiedades antiinflamatorias que estimulan al sistema inmunológico.

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